Venezuela

ENCUESTA | Se acelera el reloj de la bomba de tiempo venezolana

Un estudio de opinión de la firma Venebarometro describe hoy en números a Venezuela como una sociedad al borde de una explosión social, con un presidente impopular, partidos políticos que no logran aglutinar el descontento de las vastas mayorías y un acelerado empobrecimiento de las hambrientas familias. Para el 92,9% de los consultados, la situación del país es negativa. El 50,7% la considera “Muy Mala” y el 32,9% como “Mala”, mientras el 9,3% la ve como “Regular hacia Mala”. Una de las grandes preguntas que se le formulan a diario a analistas, periodistas, políticos y opinadores de oficio es hasta dónde se puede tensar la cuerda en Venezuela, antes de que se rompa en un gran estallido social. Para muchos observadores, de hecho ya cada día se producen pequeños estallidos en todo el país, como bien lo documenta el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, que reporta un promedio de 19 protestas diarias en la primera mitad de 2016. “Todavía hay espacio para que siga empeorando, aunque no mucho. Venezuela es hoy una olla de presión que necesita urgentemente de una válvula de escape”, señala el analista político Edgar Gutiérrez, socio director de Venebarómetro. “Las elecciones de parlamentarias ya demostraron que los venezolanos aspiran a un cambio y hay mucha evidencia que sugiere que hay claridad que la resolución de la crisis pasa por lo política. Hoy, con mayor presión, esa válvula la representa el referendo revocatorio. Cerrarla, va a representar un punto de quiebre”, dijo en declaraciones a El Estímulo. Según el Reporte Especial de Venebarómetro, el desabastecimiento y escasez de alimentos es el principal problema del país para el 75,5% de los consultados, inclusive para el 61,6% de quienes se definen como afectos al oficialismo.

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AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

La “Inseguridad”, como llaman en Venezuela eufemísticamente a la violencia criminal que cada día cobra decenas de muertes, heridos, agresiones, secuestros y robos, es el segundo problema nacional para el 70,7%, inclusive para el 65,6% de los chavistas y para el 73% de los opositores (que suelen expresar sus opiniones de una forma más libre por menos miedo a las represalias económicas del gobierno).

El alto costo de la vida es lo más grave para el 44,4% de los entrevistados. Inclusive para el 53,9% de los chavistas y el 39% de los opositores. Venezuela sufre una inflación galopante en vías de convertirse en una franca hiperinflación. Para este año 2016 el FMI predice un alza de precios del 700% que crecerá hasta 2.400% en promedio en 2017. El gobierno del presidente Nicolás Maduro oculta las cifras oficiales. Según el propio FMI, del que Venezuela es socio aunque ha cortado relaciones, la situación del país es insostenible.

Los “Servicios de Salud” ocupan el cuarto lugar entre los principales problemas, con registro de 24,8%, lo que no extraña en un país con déficit crónico y escasez de medicinas, equipos e insumos médicos en el que las pólizas ordinarias de seguro no alcanzan para cubrir más que tres días de hospitalización en una clínica privada. Cada día organizaciones no gubernamentales, activistas sociales, personal médico, políticos, y pacientes denuncian las pésimas condiciones de hospitales y ambulatorios. Frecuentemente se reportan muertes de niños recién nacidos en centros pediátricos, así como el drama de miles de pacientes que esperan infructuosamente por operaciones en los colapsados hospitales públicos. Las campañas en las redes sociales en pos de medicinas y tratamientos se han convertido en la última esperanza para familiares y pacientes, mientras se reportan constantes muertes de personas por falta de medicación más que por las enfermedades mismas. Los más altos voceros del gobierno niegan que exista esta realidad que se puede constatar en cualquier calle de Venezuela. Con hambre y desempleo…. El desempleo es otro de los principales problemas del país para el 10,4% de los consultados, incluyendo para el 7,4% de los chavistas. El gobierno de Maduro niega que haya problemas de empleo en el país, pese a que la economía se hunde en una depresión histórica con un retroceso del Producto Interno Bruto (PIB, o suma total de riquezas que se produce en un año) del 10% según estimaciones del FMI y del 8% según la Cepal, una dependencia de Naciones Unidas cuyos representantes han mostrado públicamente sus simpatías con el chavismo. La inestabilidad política, un problema que según analistas impide avanzar en la búsqueda de soluciones a la situación económica y social- sólo ocupa las preocupaciones del 7,8% de los consultados por Venebarómetro.

El problema de la alimentación, que el gobierno niega o atribuye a una supuesta “guerra económica” en la que muy pocos creen, se agrava aceleradamente y es acaso la síntesis de todos los problemas de Venezuela, pues afecta directamente el bolsillo de las familias, su estabilidad emocional y la salud, especialmente de los segmentos más vulnerables de la población. El 17% de los consultados solo come una vez al día, un dramático avance con respecto a febrero, cuando eran el 4,8% y en abril, cuando ya había subido a 13,4%. El porcentaje de quienes comen solo dos veces al día se ha duplicado hasta 44% en junio contra 24,3% en febrero y saltó dramáticamente respecto al 30,3% de abril. Oriente es la región más golpeada Visto por regiones del país, la encuesta revela cómo los problemas de alimentación se ensañan más justamente con los estados más pobres. El 49,1% de los habitantes del Oriente como sólo una vez por día y el 47% dos veces. Justamente en ciudades y poblados de esa región se ha reportado los peores casos de saqueos, protestas y represión por comida.

En la región de Occidente, donde también se han reportados constantes protestas contra la escasez y el hambre, el 56% de los encuestados dijo que come sólo dos veces por día; cifra que se reduce a 46,7% en Los Andes, una zona agrícola tradicional productora de alimentos que consume todo el resto del país. En la región Central, con más poder de presión política y social, más actividad económica, centros de manufactura y mejores vías e infraestructura, sólo el 53% dijo comer las tres veces al día. La rabia social atraviesa a los venezolanos Según el trabajo, 39,8% estará “Muy Dispuesto” a salir a protestar contra la escasez de alimentos, el alto costo de la vida y la inseguridad. El 21,1% dijo que «Quizás saldría protestar” y la cuarta parte (25,8%) dijo que está “Nada Dispuesto” a protestar. En mayo de 2015 el 16,8% estaba “Muy dispuesto a salir a protestar” y el 63,6% “Nada dispuesto a salir a protestar”.

Respecto a los culpables de este colapso nacional, el 32,6% de los consultados culpa personalmente al presidente Nicolás Maduro y el 29% al Gobierno. El 9,3% lo atribuye a una “Guerra Económica” ese etéreo concepto impuesto por el chavismo para atribuir a otros el peor desastre económico del país en años. El 9,3% culpa a la Oposición y el 2,3% a los llamados “Bachaqueros” como llaman en Venezuela los intermediarios en el mercado negro que se enriquecen aprovechando la fuerte escasez de toda clase de productos básicos a precios controlados. Maduro, solitario protagonista de esta historia, tiene un 73,4% de calificación negativa, con 51,3% de evaluación “Pésima” y 16,3% de “Mala”.

Esa es la segunda peor evaluación histórica del hijo político de Hugo Chávez desde que en septiembre de 2015 arrojó un 77,9% de rechazo y un 20% de evaluación positiva.

Hablando de Chávez, el 55,4% de los consultados considera que el militar que cambió el rumbo del país con su discurso incendiario y de odio social, su política de controles, intervencionismo y estilo autocrático, “Lo hizo muy mal y su doctrina debe ser descartada”. Para un promedio del 37% el promotor de la llamada revolución bolivariana “Hizo las cosas bien y su doctrina debe ser mantenida”.

Comparada con la evaluación de Maduro, esta cifra parece esconder una gran cantidad de chavistas descontentos con el heredero, un hombre de pocas decisiones que está bajo presión de la oposición para que acepte ir a un referendo en el que según todas las encuestas su mandato sería revocado. Otra vez en el conflictivo y empobrecido Oriente del país (zona rica por ciento en recursos petroleros) se nuestra el mayor rechazo, con el 76,5% que opina que el chavismo ha hecho “una mala gestión y debería descartarla”, la doctrina de Chávez.

En la populosa región Central ese porcentaje es del 53,6%. Si se atiende al concepto de «Bloques Situacionales», el 66,2% del país político es de Oposición y sólo el 27% es del chavismo, u oficialismo. Esta es la segunda mejor evaluación para los opositores desde el 68,3% de septiembre e 2015, poco antes de la selecciones legislativas que le dieron una mayoría aplastante en la Asamblea Nacional, mayoría que el chavismo se encargó de neutralizar a través de su control sobre las restantes instituciones del Poder Público y de las armas. “El bloque político situacional es una clasificación estadística de distintas variables, incluye evaluación de Maduro, situación, comportamiento electoral”, explica Gutierrez. La definición de Oficialismo es la peor desde el 21,3% de septiembre de 2015 y el 26,3% de junio también del año pasado «Para el oficialismo, sin duda son los peores (resultados). En diciembre obtuvo el 41% de los votos, en este momento su mejor indicador electoral pudiera ser 29%. Sucede que en caso de haber revocatorio, el oficialismo no está movilizado y podría caer a 11%», explica Gutiérrez. Sobre los partidos políticos,llama la atención que el oficialista Psuv acapara el 25% de la militancia de quienes se indentificacn con estas organizaciones.

Mientras, los opositores están repartidos en sus preferencias, con 11,9% a favor de Primero Justicia, 9,6% que apoya a la MUD, La Mesa de la Unidad Democrática, que no es un partido sino una polataforma electoral; el 8,4% apoya Acción  Democrática, un partido histórico resucitado, y 7,3% respalda a Voluntad Popular, el partido fundado por Leopoldo López, el preso político más famoso del país. «La MUD sigue siendo una coalición diversa, pero ha demostrado alta capacidad para articularse electoralmente. Su reto es cuando no hay elecciones», señaló Gutiérrez.

«El Psuv sigue siendo el partido político -individualmente considerado- que marca mejor. Es decir, coloquialmente; es el enano más grande. Este indicador viene bajando sostenidamente desde 2013. Hoy el chavismo está en una mutación. Está cambiando de piel. Se está realineando. Lo que haga o deje de hacer hoy la camarilla que está en el poder, impactará definitivamente en su futuro. Ya hoy la disidencia interna comienza a ganar notoriedad y pudiera capitalizar», agrega.

Hay una pieza clave en todo esto: el Consejo Nacional Electoral, un supuesto poder independiente donde cuatro rectoras -de cinco autoridades- son abiertas militantes del Psuv. En los últimos meses, según políticos opositores, la imagen del sarcásticamente llamado «ministerio del poder popular para las elecciones»  se ha deteriorado por las trabas al revocatorio contra Maduro.

Según las mediciones de Venebarómetro, «el CNE apenas goza de la confianza del 33%» del electorado. El 64% desconfía. En enero de este año la confianza estaba en 52%. «Mi explicación a estos números es que la amplia victoria opositora de diciembre y que el CNE haya dado esos resultados pudo haberlo ayudado. La actitud de entorpecer el referendo revocatorio tal y como la ha hecho hasta el momento, sin duda lo golpea en imagen», resume Gutiérrez.

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