Venezuela

¿En serio, la salida del conflicto venezolano es la calle?

Después de una especie de “clase magistral” sobre referendos por parte de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) Tibisay Lucena, - qué lejos de aclarar el panorama político en Venezuela, pareciera haber dejado más dudas- muchos se preguntan y, ahora sí en serio, si la única salida que le queda a quienes no quieren al régimen revolucionario es irse a la calle en una reedición de la primavera árabe pero, en el norte de América del Sur.

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Protestas

Hay dos antecedentes, uno fue «la marcha sin retorno», convocada por Hermán Escarrá en el año 2010, donde invitaba a los venezolanos a comprar chocolates y Gatorade para radicalizar la protesta en la calle contra Hugo Chávez y no volver a las casas hasta lograr su salida. Hay que decir que no sabemos si los ciudadanos compraron el chocolate y las bebidas, lo que nunca ocurrió fue la protesta callejera.

El 23 de enero de 2014, el dirigente político Leopoldo López convocó a la denominada “salida” como medida de protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro, quien sucedió en el poder a Hugo Chávez.  López decía, “hay que alzarse, y que no se mal interprete, hay que alzarse de conciencia, comenzaremos una serie de asambleas en la calle con la gente”. Hoy el dirigente del partido político Voluntad Popular cumple una condena de más de 13 años de cárcel.

Algunos politólogos definen a estas acciones de calle como resistencia civil o resistencia no violenta, acciones políticas que se basan en el uso de métodos no violentos por parte de grupos de civiles para desafiar a un poder, a una fuerza, una política o un régimen en particular.

Gene Sharp, politólogo nacido en Baltimore, Estado Unidos, escribió sobre la resistencia civil, que se trata de “actos simbólicos de oposición pacífica, o intentos de convencimiento que van más allá de la simple expresión verbal, pero sin llegar a ser actos de no-cooperación o intervención. Estos actos pueden estar dirigidos a influir en: el adversario, el público en general, el mismo grupo que se queja o una combinación de las tres”.

En la Constitución Venezolana existe un artículo, el número 350, que se refiere a esta llamada resistencia civil o resistencia no violenta, que dice, “el pueblo venezolano, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.

Con respecto a este artículo constitucional, el sociólogo y profesor de la Universidad Simón Bolívar Iván de la Vega indicó que, “este tipo de situaciones no controladas socialmente se destapan como sucedió el 27 y 28 de febrero de 1989, donde no existían las redes sociales ni el control gubernamental sobre los medios de comunicación. Una vez que se dio el estallido, se prendió el país por los cuatro costados, eso no es lo que se quiere pero, si se siguen alargando las fechas de estos trámites administrativos en el CNE, la salida podría ser esa. Aunque no sea lo que se está buscando, la cosa no pinta bien”.

De la Vega manifestó que la situación del país es crítica en todos los ámbitos y la política conlleva a una presión en lo social muy alta.

“Y estas son casi fechas límites para optar por una salida democrática, y en la medida que el gobierno presiona utilizando este tipo de organismo (CNE) que obviamente son pro-gobierno, la salida pareciese ser más por un estallido político y no social y esa una olla de presión que puede reventar en cualquier momento, mientras el partido de gobierno y los miembros del ejecutivo buscan ganar tiempo y no resolver de manera estructural los problemas”, aseguró de la Vega.

Vale destacar que, el politólogo estadounidense Gene Sharp, inclusive escribió un manual para este tipo de situaciones, resistencia civil no violenta, y lo dividió de la siguiente manera:

*Declaraciones formales (sólo verbales, generalmente no son acciones):
Contiene discursos públicos, cartas de oposición o de apoyo, declaraciones de organizaciones, acusaciones y declaraciones de intención, peticiones en grupo o en masa.

*Comunicaciones con un grupo más amplio:
Trata de la utilización de panfletos, periódicos, revistas, radios, televisión, rótulos aéreos y terrestres, videos, anuncios.

*Gestiones colectivas:
Delegaciones (grupos que se presentan ante funcionarios con responsabilidades), grupos de presión a los parlamentarios, pancartas en lugares públicos.

*Actos públicos simbólicos:
Según Sharp, consiste en la ostentación de banderas y colgantes simbólicos, usos de símbolos (insignias por ejemplo), oraciones y cultos públicos, autodestrucción de los propios bienes (casas, documentos, credenciales), alumbrados simbólicos, linternas, antorchas.

*Presiones sobre individuos (Funcionarios):
En este aspecto, Gene Sharp indica en su manual que se debe molestar al funcionario, abrumándolo con el silencio y la persecución pero con respeto, sin violencia. Vigilias frente a oficinas públicas, generalmente de noche con o sin oraciones.

*Procesiones:
El politólogo hace referencia a la realización de marchas a sitios significativos, desfiles, procesiones religiosas y caravanas.

*Homenajes a los muertos:
Luto político, homenajes, funerales simbólicos, funerales combinados con manifestaciones.

Todas estas acciones están recogidas en su obra “La Política de Acciones no Violentas” de Gene Sharp, en la cual provee un análisis de una metodología para actuar frente al poder en un conflicto. En el manual Sharp no descarta la huelga general como recurso extremo. No estamos haciendo apología a la utilización de esta u otra metodología que busque una salida distinta a la democrática, pero si para mostrar que la aplicación del artículo 350 constitucional no puede ser criminalizado por el gobierno en cuestión.

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