¿Quién gana el 1S?

Como si fuera una competencia, el 1S es una fecha de referencia para una pugna que se negocia debajo de la mesa. Son sectores del Psuv y gobierno por una parte, y de la MUD por otra, los que aspiran definir los términos de la transición de la salida del presidente Maduro, mientras éste cree que todos los que están a su alrededor se inmolarán con y por él.

Están negociando, y la inclusión de actores de la MUD que había dejado por fuera Ramos Allup, y que ahora están forzando la incorporación de sus términos, se mide hoy. Ese es el objetivo del 1S, mientras gente honesta se movilizará en protesta de un gobierno indolente, donde mueren niños por desnutrición como consecuencia del desmontaje de los logros del pueblo durante el gobierno de Chávez. Sin embargo, en el marco de esa buena voluntad, los extremistas de un lado y del otro, que juegan a la concreción del pacto o su disolución definitiva, tendrán carne de cañón para su sed de violencia.

Intereses ocultos, tras el llamado al 1S desmerita dicha movilización en su convocatoria, y ojalá estas cúpulas sean desbordadas por la mejor buena voluntad de las mayorías, pero sabemos que será difícil que no se den escenas de violencia con amplias posibilidades de llevarse al extremo o no, dependiendo de los intereses de las cúpulas en reposicionamiento de fuerzas para pactar. Unos quieren borrón y cuenta nueva, impunidad y posibilidad de seguir participando de la repartición de la renta a través de la nueva alternabilidad, los otros se pelean el timón y el derecho a quedarse que lo que más pueda después de tanto tiempo sin renta que manejar.  

Por eso el 1S, lo que tenemos seguro es quién no ganará: el pueblo. Posiblemente la repolarización podrá salir victoriosa, y de seguro el pueblo regresará a las mismas colas tarde o temprano.

Mientras poco más del 60% ve al referendo revocatorio como una solución a los problemas del país, más del 90% está seguro que el diálogo verdadero, es el que puede realmente solucionar la crisis del país. Pero este diálogo no es entre dos nada más, para que dé resultado, debe ser un multidiálogo propositivo.

Mientras tanto, las cúpulas nos siguen queriendo cambiar espejitos por oro, y es ahí donde la necesidad de una referencia política es imprescindible para salir de esta trampa bipolar y maniquea.