Venezuela

“Mi hijo murió de hambre porque no tenía nada que darle”

Júnior González nació con hipoxia cerebral. No tenía fuerza para chupar la teta de su madre. En el barrio Mario Urdaneta se contabilizan extraoficialmente 60 niños desnutridos de la etnia wayúu.

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FOTOGRAFÍA: DAGNE COBO BUSHBECK | IMAGEN DE REFERENCIA

Júnior González, de un año, murió a causa de una bronconeumonía bilateral, con desnutrición severa y deshidratación aguda, según su indica acta de defunción. Para momento de su fallecimiento vivía con su madre Julia Rodríguez, de 38 años, y sus cuatro hermanos en el barrio Mario Urdaneta, en el kilómetro 20 de la vía a la Concepción. “El médico me dijo que él era un niño sano, que lo mató el hambre”.

A 12 cuadras de la avenida principal, al final de una trilla de arena, está una troja donde ella y sus pequeños “pasan las buenas y malas”. La mujer fue abandonada por su marido cuando la cesárea por la que nació Júnior se complicó. Ella aún llora desconsolada la muerte de su bebé. “Mi hijo tenía un año y murió de hambre porque no tenía nada que darle. Yo le pedía a la gente para los alimentos”.

Desde su nacimiento el pequeño presentó hipoxia cerebral, sin embargo la falta de una adecuada alimentación complicó su estado a los nueve meses de nacido. “Los médicos me dijeron que tenía que alimentarlo bien porque él no agarró la teta, no tenía fuerza para chupar”. Julia trabajó como empleada doméstica y con eso mantuvo sus hijos, pero “los cobres no me alcanzaban”.

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