Venezuela

Crónica: Cuatro horas encerrado en el Metro de Caracas

Los rieles de la capital y ese mar de gente que camina apurada con la mirada puesta en una cama y un plato de lo que se haya conseguido en la cola de tres horas del supermercado, se adhiere al hacinamiento diario, los robos y revueltas.

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Buhoneros en el Metro de Caracas
Texto: Romhy Cubas (@RomhyAlex) / Foto: Andrea Hernández (Archivo)

El Metro de Caracas es uno de los medios de transporte más concurridos de la ciudad, ante el incremento del pasaje de las camionetas  -Bs 80,00 por un recorrido sin retorno- los Bs 36,00 que cuesta un ticket multiabono válido para diez viajes en el subterráneo, es preferido por muchos sin necesidad de ahondar en el motivo.

Los rieles de la capital y ese mar de gente que camina apurada con la mirada puesta en una cama y un plato de lo que se haya conseguido en la cola de tres horas del supermercado, se adhiere al hacinamiento diario, los robos y revueltas, los inevitables pero periódicos suicidios y un cronograma que no tiene hora ni fecha en el calendario.

En teoría, un tren pasa cada cinco o diez minutos, en la práctica usted puede pasar una hora esperando que llegue el único medio que su bolsillo alcanza a pagar para llegar a casa “medio sano y medio a salvo”. Algo parecido pasa con el aire “condicionado” cuyo funcionamiento sigue siendo un misterio –suerte el que le toca pero nadie entra en un vagón creyendo que se lo va a encontrar.

Este lunes 14 de noviembre los usuarios del metro ya acostumbrados a retrasos, empujones, calorones y manadas desesperadas que sin mucho esfuerzo se transforman en estampidas vivieron con humillación y frustración un encierro de cuatro horas en la Linea 2, la cual moviliza a más de dos millones de personas a diario y conecta desde Zona Rental a quienes van hacia Zoológico, Las Adjuntas, Los Teques y Valles del Tuy en el oeste de la ciudad. Miles de personas pasaron horas a la deriva, sentados en el piso, algunos caminando por los rieles por la impotencia de la espera.

De parte de los operadores las excusas abarcaron desde “fallas en un cable de extensión” hasta trenes accidentados en varias estaciones y cortes de luz en otras. A las 11 de la noche la cuenta oficial del subterráneo informó brevemente por Twitter que “motivado al ingreso de usuarios a la vía férrea la L2 fue cerrada momentáneamente mientras son desalojados los usuarios», y que «seguían ofreciendo el servicio con unidades de Metrobús”.

Las 5:00 pm en Caracas

Son las cinco de la tarde y como dice la bachata muchos no han dormido nada, la aguja indica en el reloj que la jornada de trabajo/colegio ha llegado a su fin. Es la “hora pico” de Caracas, la ciudad es más caótica que de costumbre y las calles se inundan de transeúntes que se dirigen a todas partes o a ninguna en particular.

Carlos Carrasco reside en Caricuao y el metro es su vía usual de transporte. A las cinco de la tarde se montó en la estación de Capitolio e hizo transferencia a El Silencio en donde tomó el tren que se dirige hacia Capuchinos. “En ese momento ya había un poco de retraso en el sistema”, explica. El vagón tarda 15 minutos en arrancar pero cuando llega a Capuchinos en el andén contrario, con dirección a Zoológico, ya hay un tren que tiene una hora varado en el lugar.

Como es usual cuando la urgencia supera la paciencia muchos usuarios se cambian de carril, de andén, de tren, apostando por el que arranque primero. “Yo me quedé en el tren que va hacia Zoológico pero pasó alrededor de otra hora y seguía parado; estoy hablando de que yo entré a Capitolio a las 6pm y ya iban a ser las 7pm”.

Entonces los trenes que se dirigen hacia Las Adjuntas comienzan a llegar y arrancar sin que el tren donde Carrasco se encontraba mostrara señales de movimiento, por lo que luego de un par de horas decidió pasarse al otro andén. “Gracias a Dios porque al final el tren en el que me encontraba en un principio lo desalojaron y lo apagaron”.

Los trenes comienzan a pasar sin dirección ni sentido, la gente está confundida porque no sabe hacia dónde van o de dónde vienen los trenes.

“Había un desorden, la gente no sabía si el tren venía o iba porque no estaban en sus correspondientes andenes. En ese momento el tren que en teoría iba para Las Adjuntas avanza pero en el anden contrario, el que en teoría va hacia Zona Rental; pasa Maternidad, La Yaguara, Carapita, Antímano… en Mamera se queda la gente que iba para Zoológico”, recuerda. Cuando a las 7:40 pm llega el tren que se supone que va para Zoológico la gente entra como puede, desesperada y cansada pero antes de arrancar un operador anuncia, para que no se preste a confusiones, que ese tren no va para Zoólogico, va para Las Adjuntas.

La paciencia es poca a tantos metros bajo tierra, los usuarios se bajan molestos del vagón y un grupo de personas sube a golpear los vidrios de las casetas donde los operadores se esconden; les reclaman y gritan en su impotencia. “Si hubiesen tenido piedras las hubieran lanzado”, señala Carrasco.

La situación se pone tensa, llega la policía y la Guardia Nacional a tratar de mantener la calma sin mucho éxito, el eterno tren que va para Las Adjuntas se marcha y a las 9pm llega el esperado tren dirección Zoológico. “El tren no se mueve, la gente no tiene claro hacia dónde va, en los dos lados del andén los trenes estaban parados y nadie se podía movilizar”.

Es entonces cuando en la estación Mamera un grupo de personas decide caminar por los rieles, por ende cortan la electricidad, y el metro retrasado es ahora un metro que no presta servicio. Estas personas prefieren caminar por los rieles a subir al barrio en donde se encuentra la estación y en donde un taxi cobra desde Bs 4mil a Bs 6mil para llevarlos hasta Caricuao.

“La policía volvió y dijo que iban a traer patrullas para llevarnos hasta Zoológico. Nos tuvieron en una cola afuera de la estación Mamera y ya eran como las 10 de la noche, pasa como media hora sin que llegue nada, las camionetas cobraban 300 lo mínimo para llevarte hasta Las Adjuntas” señala Carrasco. A las 10:30 por fin llega la solución, jaulas de la PNB que movilizan a un puñado de usuarios hasta Antímano, en donde se habilitan algunos Metrobuses. A diez para las once de la noche el transporte público se recoge.

Al igual que Carrasco, Naujly Pérez regresaba del trabajo cuando se montó en la estación de Altamira para ir hacia Zona Rental. Eran las 5pm cuando entró al metro, llegó a su casa a las 10:20pm.

“Me monte en Altamira y  llegué a Zona Rental como a las cinco de la tarde, ya había un metro parado que iba hasta Zoológico y estaba repleto, me monté y pasaron tres metros saliendo hacia Las Adjuntas mientras el de Zoológico estuvo varado como hasta las 7pm que fue que arrancó. Cuando arrancó en Parque Central se quedó media hora parado, en Nuevo Circo se volvió a quedar media y hora y cuando llegamos a Teatros no arrancó más. La gente salía desesperada, en la hora que duramos parados en Teatros se fue la luz como cinco veces”, señala Pérez.

Así como ellos miles de usuarios estuvieron varados en la Línea 2 del Metro de Caracas por horas la noche de este 14 de noviembre. Algunos resolvieron y pagaron taxis o camioneticas al doble del precio estándar, otros caminaron por los rieles, otros no tenían a quien llamar y simplemente esperaron y esperaron.

Al día siguiente a las 9:17 am el MetroReporte de la cuenta oficial anunciaba que “el sistema se encuentra 100% operativo en todas sus líneas, estaciones, Rutas #Metrobús, #BusCCS y sistemas cables”

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