Venezuela

Maduro revive "el legado" y amenaza con volver polvo cósmico a sus aliados

Desde su nacimiento, la relación del PSUV con sus socios del Gran Polo Patriótico ha sido tormentosa. Chávez soñó con el “partido único”, montado sobre los restos de sus camaradas, y ahora su sucesor pone a sus amigos contra las cuerdas.

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Nicolás Maduro
Foto: Gregorio Terán | AVN

La revolución devora a sus hijos. O a sus hermanos. El sueño del “partido único”, acariciado por el difunto comandante Hugo Chávez, amenaza con hacerse realidad por obra y gracia del Consejo Nacional Electoral (CNE).

El proceso de reinscripción de las organizaciones políticas coloca al borde de la ilegalización a toda la oposición venezolana, pero también pone contra las cuerdas a los socios del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

El único que se salva de la guillotina roja es el PSUV. ¿La razón? Ninguno de los miembros del Gran Polo Patriótico (GPP) obtuvo el equivalente al 1% de los votos en los dos últimos comicios nacionales (presidenciales 2013 y parlamentarias 2015). Aunque sí se presentaron con sus tarjetas propias –la otra condición que impone el CNE- al no alcanzar el mínimo de votos requeridos, están obligados a registrarse nuevamente so pena de quedar ilegalizados.

Distintos integrantes del GPP han pegado el grito al cielo. El Partido Comunista de Venezuela anunció que no acataría la resolución del CNE. Patria Para Todos también mostró su desacuerdo y la tachó de “discriminatoria”. Por su parte, el exalcalde Juan Barreto, fundador de Redes, denunció: “en estas condiciones nos ilegalizarán, pasamos a la clandestinidad, nos encapucharemos, pero vamos a dar la pelea legal”.

Peleas ocurren hasta en las mejores familias y el chavismo no es la excepción. La polémica por el registro de las organizaciones políticas agria una relación que ha atravesado distintos episodios de tensión, casi siempre por una misma razón: la inclinación natural del PSUV a arrasar con sus amigos.

– La voz del padre –

El 15 de diciembre de 2006, los partidos de la coalición oficialista aún celebraban la segunda reelección presidencial alcanzada 12 días antes. Sin embargo, el líder de la revolución apagó la música y acabó con la fiesta. “Necesitamos un partido, no una sopa de letras con lo cual estaríamos cayéndonos a mentiras y engañando al pueblo”, expresó Chávez desde el Teatro Teresa Carreño.

El PSUV nacería sobre las tumbas de sus aliados. “No voy a perder tiempo y enfrascarme en un debate que sería insulso”, indicó el comandante, para dejar en claro que su idea no estaba en discusión. “Los partidos que quieran manténganse, pero saldrían del Gobierno. Conmigo quiero que gobierne un partido. Los votos no son de ningún partido, esos votos son de Chávez y del pueblo, no se caigan a mentiras”, echó en cara a quienes le habían ayudado a conservar la silla de Miraflores por seis años más.

Hace 11 años, el padre de la revolución bolivariana acumuló 7.309.080 votos, de los cuales Podemos aportó 759.826 (6,53%), PPT 597.461 (5,13%) y PCV 342.227 (2,94%). En esa contienda el partido más votado de la oposición fue Un Nuevo Tiempo (UNT), del candidato Manuel Rosales, con 1.555.362.

El peculiar exhorto de Chávez –con aquel “saldrían del Gobierno”- abrió un boquete a sus aliados, que vieron partir a varios de sus dirigentes más destacados. PPT fue quizás el más golpeado, perdiendo a Aristóbulo Istúriz, Alí Rodríguez Araque, María Cristina Iglesias y Rodolfo Sanz, entre otros. Del PCV se marcharon Jesús Faría, David Velásquez y Roberto Wohnsiedler. Malaquías Gil llegó al Parlamento de 2005 con Podemos, prefirió luego vestir de rojo y hoy es magistrado de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia.

– Disminuidos e intervenidos –

El finado mandatario solía afirmar que respetaba la diversidad, pero castigaba con severidad cualquier gesto de indisciplina. Luego de la ruptura con Podemos en 2007 por las discrepancias sobre el proyecto de reforma constitucional, cargó contra PPT y PCV en la campaña regional de 2008, tachándolos de “contrarrevolucionarios” por apoyar a abanderados distintos a los inscritos por el PSUV.

“No sean mentirosos, ustedes no apoyan a Chávez. Ustedes tienen sus propios planes contrarrevolucionarios. El PPT y el PCV van a desaparecer del mapa político, igual que desaparecieron AD y Copei. ¡Van a desaparecer del mapa político! Yo me voy a encargar de eso, tengan la seguridad”, juró a sus camaradas en un acto que se llevó a cabo en octubre de 2008 en el estado Trujillo.

No los eliminó. Después de azotarlos, les pasó la mano y relanzó el GPP Simón Bolívar. Sin embargo, jamás volverían a ser los mismos. Atravesados por sus conflictos internos, el TSJ tuvo que intervenir para dejar las siglas de PPT y Podemos dentro del redil oficialista, al tiempo que PCV se convirtió en el principal aliado del PSUV.

Chávez conquistó su tercera y última reelección en 2012 con 6.386.669 votos. PCV contribuyó con 489.941 (3,29%), PPT con 220.003 (1,47%) y Podemos con 156.158 (1,04%). La formación que ahora encabeza el exgobernador del estado Aragua, Didalco Bolívar, fue superada en esos comicios por Redes, MEP y Tupamaros.

El proceso que llevó a Nicolás Maduro a la Presidencia de la República en abril de 2013, reivindicó la importancia de la coalición oficialista. El PSUV acumuló 6.193.662 papeletas, mientras que la tarjeta de la Unidad, con Henrique Capriles Radonski, concentró 7.363.980. La diferencia la marcaron los socios. Aunque retrocedieron, PCV (283.678 – 1,89%) y PPT (117.486- 0,78%) metieron el hombro. Podemos levantó el perfil (210.478 – 1,40%) y Tupamaros irrumpió como la segunda fuera detrás del gallo rojo (247.648 – 1,65%).

Si dentro de las filas opositoras se cuestiona a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por no ser más que una plataforma electoral, ¿qué puede decirse del GPP? Pese a que siempre exigen ser tomados en cuenta y claman por un “Gobierno del Polo Patriótico”, en la práctica el PSUV ignora estos llamados y avanza sin incorporarlos en las instancias que definen el rumbo de la revolución.

La última decisión del CNE atenta contra la supervivencia de unas organizaciones que siempre han tenido que resistir las arremetidas de su gran hermano. Al evaluar el panorama, el representante de uno de esos partidos concluye: “como estos son seguidores del ‘legado’, quizás quieren cumplir la promesa de Chávez de volvernos ‘polvo cósmico’”.

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