Venezuela

La hora del pueblo

Lo dijo Abraham Lincoln: “se puede engañar a todos durante poco tiempo; se puede engañar a pocos durante todo el tiempo; pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. No sé cuánto habría considerado Lincoln que era “todo” tiempo, pero para los venezolanos casi diecinueve años es suficiente. Para millones de nosotros, es casi toda su vida. 

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FEDERICO PARRA / AFP

El chavismo llegó al poder con muchas promesas. Todo lo que ofreció acabar lo multiplicó por miles: la corrupción, la egolatría, el jalabolismo, los abusos, las violaciones sistemáticas a la Constitución y dentro de ella, las gravísimas violaciones a los derechos humanos, la existencia de presos políticos, el irrespeto a la autonomía universitaria, los intentos de recentralización. Encima, destruyó la empresa privada y las empresas del Estado, empezando por PDVSA. Desinstitucionalizó todos los poderes, ha atentado ene veces en contra de la propiedad privada y creó unas Fuerzas Armadas que son más una guardia pretoriana del gobernante de turno, que los garantes de la Constitución y custodios de nuestras fronteras. Los militares de Chávez, según él herederos del Ejército Libertador, los pusieron a vender papas, a sacar piojos y los dejaron corromperse para poderlos manejar a su antojo. En la Venezuela de hoy contar con los militares es más un deseo que una realidad.

Por eso, llegó la hora de decir “¡ya basta!” a tanta arbitrariedad. A tanta burla. A tanto abuso. Llegó la hora de salir todos juntos a exigir que se cumpla la Constitución. En paz, pero con contundencia. No es posible aguantar más. El chavismo se llenó la boca diciendo que era mayoría. Y durante mucho tiempo -el suficiente para destruir al país- lo fue. De casi tener 80% a favor pasó a tener 80% en contra y sigue bajando. Lo sostienen los militares y el TSJ. La Sala Constitucional se convirtió en un supra poder a las órdenes del Ejecutivo, algo inaceptable en una democracia. Los altos jerarcas del chavismo saben que si pierden el poder no es Yare lo que les espera: es La Haya y muchos otros tribunales en países donde la justicia no está a la venta. Por eso huyen hacia delante y cometen los exabruptos que hemos visto. Tenemos que prepararnos para aún más abusos de poder, pero no podemos perder el norte: la Asamblea Nacional es la representación del pueblo venezolano clara y sin duda alguna. Siete magistrados mandados por un ex presidiario (sólo en Venezuela) no pueden suplantarla, mucho menos quitarle sus funciones. No hay poder que represente más al pueblo que el congreso.

Hoy más que nunca es necesaria la unidad de todos los factores de oposición y una estrategia meridianamente transparente para llevar de la mano al pueblo alzado por la restitución de la democracia. ¡Claro que podemos! 

A estas alturas y luego de haberla visto obviar tantas y tantas pruebas de tantos delitos, no sé cómo interpretar las declaraciones de la Fiscal General de la República. No me inspira la más mínima confianza. Pero sí sé que contamos con el apoyo de la abrumadora mayoría de la OEA y del mundo civilizado. A la marcha de mañana hay que ir con la convicción de que no hay nada más fuerte que un pueblo unido que exige sus derechos. Llegó la hora del pueblo. Ya no más chavistas y opositores. Venezolanos somos todos y todos juntos reconstruiremos el país.

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