Venezuela

¿Cómo funciona la justicia militar de Maduro?

Al menos 150 civiles son procesados ante la justicia militar acusados de cometer diversos delitos durante las protestas contra el presidente Nicolás Maduro. El sometimiento de civiles ante la Corte Marcial viola las disposiciones de la Constitución de 1999 impulsada por el fallecido Hugo Chávez.

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Vladimir Padrino y Nicolás Maduro
FOTOGRAFÍA: ARCHIVO | AP

El procesamiento ante tribunales castrenses de manifestantes opositores, que se enfrentan con piedras, bombas molotov y palos contra uniformados en un mes de violentas protestas, refleja el uso de un sistema judicial que depende directamente del Ejecutivo Nacional. Maduro utiliza la justicia no civil con fines de persecución política, denunciaron abogados y defensores de derechos humanos.
Diputados de oposición calculan en 200 los civiles pasados por el tamiz de la justicia verdeoliva, aunque balances de diversas ONG ubican en 150 esa cifra. La organización Foro Penal contabilizó 31 civiles juzgados en el céntrico estado Carabobo, ignorando los mandatos de la Constitución.
«Desde el año 2000 se viene aplicando una justicia militar con criterios totalmente contrarios al Convenio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y a la Constitución Nacional», asegura Marino Alvarado, un veterano activista dedicado a seguir casos de procesados ante la justicia castrense.
Las detenciones vulneran la Carta Magna, que establece que el sistema judicial castrense no debe aplicarse a civiles, pero «la Sala Penal y la Constitucional del Tribunal Supremo aplican la jurisprudencia anterior a la Constitución de 1999», explica Alvarado en una entrevista con El Estímulo.
La Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, quien denunció la ruptura del orden constitucional por unas sentencias del Supremo que desataron las protestas, ha denunciado arrestos arbitrarios en el marco de las manifestaciones opositoras iniciadas el 1 de abril, que dejan 36 muertos y más de 700 heridos.
Según la oposición, el Ministerio Público se niega a imputar a esas personas, por lo que el Gobierno estaría recurriendo a cortes marciales.
Antes de estallar las manifestaciones contra Maduro, entre 40 y 50 civiles ya se encontraban procesados ante la justicia militar por diversos delitos.
Entre el grupo de civiles juzgados antes del mes de abril, destacan dos activistas del partido opositor Voluntad Popular, Gilbert Caro y Stacy Escalona, por supuesta rebelión. Ambos son acusados de delitos de diversa índole y sometidos a jueces y fiscales uniformados. Los más comunes son asalto y ofensa al centinela, violación a zonas de seguridad militar y rebelión, apunta Alvarado.
El activista denuncia que militares retirados también están siendo sometidos al sistema jurídico militar. Estudiantes universitarios, sindicalistas e indígenas se enfrentan a la Corte Marcial. Unas 21 personas con distintas actividades han sido procesadas entre 2015 y 2016 «por discutir con militares por la compra de comida en las colas», añade.
En Venezuela, los civiles están expuestos a un sistema jurídico dependiente del Ejecutivo. El presidente Nicolás Maduro tiene la potestad de designar a jueces y fiscales militares, y puede «suspender un juicio en cualquier estado que se encuentre», recuerda Alvarado.
«Esto puede ser peligroso porque se crea un marco de la instrumentalización de la justicia y hay una ventana para la represión», alerta.

Para el activista, lo más preocupante del uso del sistema penal para fines políticos es el silencio del Defensor del Pueblo, Tareck William Saab, o de la «ambivalente» actitud del Ministerio Público ante el proceso a civiles sin presentar pruebas, según denuncian abogados.
«El Ministerio Público no acusa, no actúa y recurre más a la fiscalía militar como consecuencia de fines de persecución política», agrega.
Para neutralizar las protestas, Maduro activó el 18 de abril el llamado Plan Zamora en el estado Carabobo, un operativo de seguridad «cívico militar» para «garantizar el funcionamiento» del país ante supuestas amenazas de «golpe de Estado» y en el marco de protestas contra su Gobierno.
Laura Louza, directora de la ONG Acceso a la Justicia, explica que el enjuiciamiento de civiles ante tribunales militares refleja que en Venezuela se pasa de un estilo de gobierno autócrata-legalista a una dictadura formal. «Si el sistema jurídico civil ya no sirve para reprimir, ahora se acude a un sistema militar típico de una dictadura».
«Es decir, hay una cárcel especial que es El Helicoide con una policía especial que es el Sebin. Ahora se tendrán jueces militares».

Alvarado comenta que el sometimiento de civiles ante el sistema jurídico verdeoliva está contemplado en la Ley de la Fuerza Armada y en el Código Penal Militar aunque la «Constitución de 1999 establezca lo contrario».
El TSJ vs la Constitución

La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, hasta el 2005, sostuvo mediante varias sentencias el criterio de mantener a los civiles, que presuntamente habían cometido delitos tipificados en el Código Orgánico de Justicia Militar, dentro de la esfera de los Tribunales Penales Ordinarios. Sin embargo, mediante un dictamen de la Sala Penal de junio de 2005, cuando el magistrado presidente era Eladio Aponte Aponte, se determinó que los civiles sí pueden ser juzgados por tribunales militares. Lo que, según los expertos, simboliza una involución en materia de derechos humanos.
El diputado opositor Armando Armas considera que la detención de Stacy Escalona, acusada por el Tribunal Sexto de Control Militar con sede en Valencia, a cargo de la capitana Luz Mariela Santafe Acevedo, de presunta rebelión y sustracción de armamento militar; y la del profesor de la Universidad de Carabobo, Santiago Guevara, imputado por la capitana Lorenza Del Carmen Domínguez, titular del Tribunal Primero de Control de la Corte Marcial, por supuesta traición a la patria e instigación a la rebelión, «constituyen dos claros ejemplos de la desnaturalización de la justicia, propia de los regímenes dictatoriales».  
Louza añade que la detención contra el profesor Guevara es «emblemática» y lanza un claro mensaje a sectores que disienten del Gobierno. «Los casos de civiles ante la justicia castrense se volverán más comunes y actuará más radical», advierte.
Alvarado apunta que las detenciones a civiles en el contexto del plan de «justicia socialista» lanzado por el Gobierno y la activación de un comando antigolpe, pueden ser utilizadas «con fines contra líderes políticos y dirigentes sociales».]]>

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