Respaldan Constituyente con pancartas de la Constitución de 1999

El ambiente no era de fiesta como suele suceder en las movilizaciones chavistas. Tal vez porque era sábado y no les gustaba la idea de tener que trabajar (es que marchar se ha convertido en una de las funciones de los empleados públicos).
Tal vez porque era sábado y ese día llegaba el agua a su casa (hubieran preferido estar lavando la ropa).
Tal vez porque era sábado y querían hacer la cola para comprar comida o recorrer farmacias en la infructuosa búsqueda de medicinas.
O tal vez solo porque era sábado y hacía mucho sol.
Cualquiera fuera la razón, este sábado el ánimo de los seguidores del oficialismo estaba distraído. Muchos caminaban como fastidiados, sin repetir consignas, escondiéndose del sol con carteles; unos incluso llevaban puestos audífonos, otro iba leyendo una Biblia, unos se concentraban en el chupi (agua saborizada congelada) que tenían en sus bocas. Solo reaccionaban ante las cámaras de televisión o a las arengas de alguno que otro animador de tarima.

La convocatoria para la movilización, que esta ocasión estaría protagonizada por los trabajadores del sector alimentación, estaba pautada para las 9:00 de la mañana. Pero fue a la 1:30 de la tarde cuando comenzó el camino, por la Avenida Urdaneta, con destino a Miraflores. Llegaron a su destino sin problemas, como de costumbre.
El punto de salida era el Ministerio de Alimentación, en la Avenida Andrés Bello, donde en la mañana fue instalada una tarima que trancó el acceso al Hospital Ortopédico Infantil. Como consecuencia, los médicos tuvieron que caminar o llegar en mototaxi porque había pacientes esperando para ser operados.
Desde allí, debían pasar los puntos musicales (con animadores, refrigerio y todo lo que suele acompañar estos actos): la Plaza La Candelaria, el Ministerio de Industrias, la Esquina de Carmelitas y Puente Llaguno. Encabezando la movilización estuvo el ministro de Alimentación, Rodolfo Clemente, quien afirmó que allí estaban los que querían paz.
«Somos gente de amor comprometida con el legado de nuestro gigante. Y seguiremos apoyando al presidente Nicolás Maduro en la Constituyente y para fortalecer el Clap. Además le damos la bienvenida al sector privado que sea leal y comprometido con la patria», expresó.

El objetivo era respaldar la Asamblea Nacional Constituyente convocada por Nicolás Maduro. Y eso hicieron, pero con pancartas que mostraban la imagen de la Constitución de 1999, que quedaría derogada con esta acción.
“Le decimos a Nicolás Maduro que aguante; y al nuestro pueblo, que se levante. Que no se equivoquen, porque estamos dormidos pero cuando haya que salir lo haremos, por la paz”, declaraba una señora –que llevaba de vestido la bandera tricolor– a una reportera de Radio Nacional de Venezuela.

El uniforme para esta, como para otras actividades, era el mismo: camisa de la institución pública, carnet y en algunos casos, alcohol. En sus bolsos no había elementos para protegerse de gases lacrimógenos, sí bolsas de hielo, vasos y termos Contigo, cerveza, guarapita y aguardiente.
Los adultos mayores, los más emocionales y los que no se negaron a responder por qué estaban dispuestos a apoyar la iniciativa de Maduro. “Porque soy chavista”, dijo Miguel, de 83 años de edad. “Y porque esta Constituyente es una maravilla. Era lo que estábamos esperando, porque asegura los beneficios que nuestro comandante nos dio con las misiones. Y si viene alguien distinto no nos lo podrá quitar”, agregó.

José María, de 76 años de edad, boina roja y un cuadro del Corazón de Jesús dijo que la Constitución ya había cumplido 18 años y era momento de reflexionar sobre algunos de sus artículos.
“Hay que castigar a estos muchachos terroristas, hay que hacer una ley contra ellos porque su tiempo se acabó. Todo esto es un fenómeno cosmogónico: que es cuando la naturaleza se manifiesta a través del hombre. Y Cristo es el culpable de todo esto, porque él fue el que empezó”, dijo.

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