Venezuela

La mentira oficial sobre el "agua y el gasecito" para reprimir protestas

El mismo día en que otro manifestante opositor venezolano fue asesinado a balazos por agentes del Estado, el presidente Nicolás Maduro negó lo que han sido eventos comunicacionales, públicos y notorios: la Guardia Nacional y la Policía Nacional usan armas letales para contener a manifestantes opositores.

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AFP PHOTO / Federico Parra

El artículo 68 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela reza: «(…) Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas. La ley regulará la actuación de los cuerpos policiales y de seguridad en el control del orden público”.

Maduro dijo este jueves en una rueda de prensa ante corresponsales internacionales que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ha hecho un «esfuerzo heroico» al lidiar con las manifestaciones opositores «sin armas de fuego, ni perdigones».

Aseguró que el uso de estos objetos está «prohibido».

En la larga rueda de prensa que ocasiones era un largo soliloquio al mejor estilo de su predecesor, trasmitida por VTV, el mandatario afirmó que «solamente el agua y el gasecito lacrimógeno están permitidos» y agregó que se llevará a cabo una investigación sobre el asesinato de Fabián Urbina, un estudiante de 17 años de edad, para asegurarse de que no haya una «conspiración» detrás de los hechos.

Maduro se refería al anterior asesinato a balazos de Fabián Urbina, un manifestante, en el distribuidor Altamira, de Chacao, en la protesta del lunes. El joven habitante de Turmero, estado Aragua, fue abatido con proyectiles. La Fiscalía abrió un proceso contra tres sargentos de las Guardia Nacional por este caso, calificado como homicidio por la Fiscal Luisa Ortega Díaz.

El caso tomó resonancia porque corresponsales internacionales y cámaras del canal de noticias VivoPlay captaron a tres efectivos de la Guardia Nacional disparando sus armas de reglamento: pistolas automáticas 9 mm.

Pero los de esta semana no han sido los únicos casos.

En los 83 días que van de protestas en las calles de Venezuela se han hecho varias denuncias de más muertes y múltiples heridos por perdigones y balas a lo largo del país. Manifestantes, transeúntes y periodistas están entre las víctimas registradas.

Alfredo Duque, quien perdió un ojo al ser alcanzado por disparos de perdigones, puede dar otro testimonio de ello.

Los gremios de periodistas y organizaciones de defensa de la libertad de expresión han denunciado la agresión a colegas, y el frecuente robo de sus equipos de trabajo. Como son los testimonios gráficos los que han ayudado a desmontar las mentiras oficiales, los periodistas se han convertido en el blanco preferido de las fuerzas de la represión.

El pasado 24 de mayo se reportó el asesinato de un manifestante por arma de fuego. Esto ocurrió en medio de una incursión de la GNB en el campus de la Universidad de Oriente, en el estado Bolívar. Funcionarios dispararon balas de plomo a estudiantes desarmados que protestaban en el decanato de la institución. Varios jóvenes fueron heridos a balazos.

Ese mismo día se reportó el ingreso de una persona herida de bala y dos por perdigones a Salud Chacao, en la capital del país. Otros tres heridos por disparos de plomo fueron recibidos en Salud Baruta, junto a 11 por perdigón.

Cabe destacar que ingresaron 15 heridos por impacto de bombas lacrimógenas a Salud Baruta, lo que evidencia el uso indebido del «gasecito» por parte de la GNB, ya que las bombas no deben ser disparadas directamente al cuerpo.

Los mismos chorros de agua a los que se refiere Maduro pueden causar heridas graves en las personas, como demuestra el caso de Manuel Melo, quien perdió un riñón y la vesícula por la saña en el uso de la «Ballena», el carro hidráulico antimotines capaz de arrastrar por el suelo a cualquier manifestante.

En cada protesta pacífica y posterior represión que desata enfrentamientos entre los agentes del gobierno y la línea dura de los estudiantes y otros opositores, han quedado abundantes registros de disparos de bombas lacrimógenas de forma horizontal y a corta distancia, lo que convierte los cartuchos en proyectiles potencialmente letales.

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Heridos en Caracas, zona de Las Mercedes, durante la represión del 2 de junio.

Uno de los casos más famoso de asesinato causado por el disparo directo de bombas fue el del estudiante de la Universidad Metropolitana Juan Carlos Pernalete, a finales de abril. El aparato comunicacional del gobierno de Maduro pretendió atribuir la muerte a los propios manifestantes y dijo que usaron una pistola para matar ganado.

También el 24 de mayo se denunció la agresión con perdigones a un periodista de El Estímulo mientras cubría una protesta. Gustavo Vera se había identificado como prensa a los GNB, mostrando sus credenciales y cámaras, pero los funcionarios lo acorralaron y dispararon a quemarropa.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa en Venezuela (SNTP) y el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) también han reportado, a través de sus cuentas de Twitter, varias agresiones a periodistas.

El Foro Penal incluso desarrolló un Reporte sobre la represión en Venezuela durante las Manifestaciones, en el que se especifican todas las agresiones e irregularidades ocurridas en las protestas.

Para descargar y consultar el documento en formato PDF, haga clic aquí.

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