Relató que el cadáver le fue entregado a la tía, «que es doliente y que tenía la facultad para recibirlo», además de tener la autorización de la madre.
Desde el Cementerio del Este, Romero insistió en que existió una violación de Derechos Humanos en torno al culto religioso, a la libertad de religión, a la misma libertad de expresión y dignidad humana, debido a que le fue prohibido a los deudos celebrar los ritos funerarios bajo los cánones cristianos.
«No se permitió el derecho a velarlos, ni de vestir a ninguno de los asesinados. Tuvieron que ver a sus seres queridos con sábanas encima (…) No fueron enterrados en compañía de sus familiares», alertó.
En horas de la mañana de este domingo, el cuerpo del exinspector del Cicpc, Óscar Pérez, fue enterrado en el camposanto de La Guairita en un lugar que fue escogido por el Gobierno, al que solo permitieron la entrada de dos familiares.
Este sábado, los cadáveres de las otras cinco personas que perdieron la vida durante el operativo policial registrado el 15 de enero en El Junquito, fueron inhumadas en similares circunstancias.