Venezuela

Desde mantener la "unidad" hasta constituir nuevo gobierno: retos de la AN en su cuarto año

Este sábado nuevos rostros asumen la conducción de la Asamblea Nacional (AN), un organismo enmarcado en el pacto de gobernabilidad que firmó aquella coalición opositora denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), hasta lo que hoy solo queda en el recuerdo de una elección que permitió que quienes se oponían a Nicolás Maduro asumieran la mayoría parlamentaria.

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FOTOGRAFÍA: Cortesía

De esa unidad no queda ni la mesa. Hoy, existen alianzas para ciertos temas aunque sí los sigue uniendo el objetivo de un cambio de gobierno. Las formas para llegar a ese objetivo… “He allí el dilema”.
La particularidad de los partidos que este 5 de enero se sentarán en lo más alto del Hemiciclo de Sesiones, es que, generalmente sus puntos de vista han estado en aceras diferentes según el “momentum” del país y siempre, eso sí, en la mira -y boca- del gobierno: Voluntad Popular (VP), Acción Democrática (AD) y Un Nuevo Tiempo (UNT). Una triada perteneciente al «¿extinto?» G4.
Un bateador designado asume las riendas de la Asamblea Nacional. El diputado por el estado Vargas, Juan Guaidó no era la opción principal para este cargo cuando VP discutió y firmó este acuerdo entre diciembre de 2015 y enero de 2016. El agua que ha corrido desde entonces ha hecho que no solo VP sino otros partidos tengan que mover sus piezas.
Una historia que ya es repetida en la tolda naranja. Freddy Guevara, diputado por el estado Miranda, que se encuentra en la embajada de Chile desde hace seis meses, en condición de protegido, era quien se perfilaba para juramentarse en este 2019 como nuevo presidente de la Asamblea. Pero, paradójicamente, Guevara llegó a ser diputado porque su compañero de partido, Carlos Vecchio tuvo que irse del país a raíz de un orden de captura emitida por el gobierno de Nicolás Maduro.
Las Primera y Segunda Vicepresidencias las asumen personas claves para el diálogo tanto dentro de la oposición como con el oficialismo, en determinados momentos. Edgar Zambrano, diputado por el estado Lara y Stalin González, diputado por el Distrito Capital, respectivamente.
Anulada prácticamente por un supuesto desacato ordenado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que le impide ejercer sus funciones constitucionales, ahorcadas económicamente por el Ejecutivo y cuestionada por quienes votaron por ellos en 2015, los opositores tienen una nueva oportunidad de empezar de cero en un-nuevo-momento crítico para el país.
Cinco días después de que se juramente esta junta directiva, Nicolás Maduro se dispone a levantar su mano para un nuevo período constitucional que culminaría en 2025. Un período no reconocido ni por la Asamblea ni por una buena parte de la comunidad internacional.
Y es justo en este punto donde se concentran expectativas, escenarios y hasta frustraciones adelantadas.
Una corriente opositora encabezada por la dirigente María Corina Machado, plantea que la Asamblea asuma el gobierno después del 10 de enero ante un supuesto vacío de poder al no reconocer a Maduro como presidente.
Aunque dentro de la Asamblea, la fracción del movimiento de Machado es minoritaria, en la calle, muchos coinciden con la postura así como recientemente lo hicieron los profesores de derecho constitucional de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Otros analistas y abogados ven inviable y fuera de los marcos legales tal posibilidad. Más allá de las consideraciones externas, dentro de la Asamblea no habría un consenso para tal decisión.
VP ha sido considerado como un partido “radical”, mientras que AD y UNT se han mantenido con posturas más conservadoras a lo largo de estos años, incluso, han sido señalados de “colaborar” con el gobierno.
Serían entonces estos partidos y estos rostros -Guaidó, Zambrano y González- quienes encabezarían un eventual gobierno de tener cabida esta propuesta.
¿Pudieran llegarse a un acuerdo? Ante esta solicitud, parece difícil pues muchos consideran que sería un “suicidio” para la Asamblea.
Además, antes de llegar a ese punto, el Parlamento debe trabajar la unidad interna.
Por ejemplo, el jefe de fracción según el acuerdo de gobernabilidad, le corresponde a las minorías. En el momento en que se firmó el acuerdo, las minorías eran muy distintas y todas estaban alineadas a la MUD. Hoy, las minorías en el Parlamento también tienen posturas muy distintas. Desde el Movimiento Progresista; el Bloque 16 de julio; La Causa R; pasando por el partido Cambiemos, del diputado Timoteo Zambrano; el nuevo movimiento de Delsa Solorzano, Encuentro Ciudadano, hasta quienes integran el de Leocenis García, Prociudadanos.
Uno de los nombre que podría contar con un consenso podría ser el de Carlos Berrizbeitia.
Otro de los obstáculos, que no sería una nuevo, es cómo la Asamblea logrará sobrevivir un año más ante el mar de posibilidad del oficialismo que van desde un revocatorio hasta la desaparición del Poder más representativo del país pasando por la posibilidad de encarcelamiento o exilio de más parlamentarios.]]>

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