¿Mesa de diálogo o monólogo?
A medida que se profundiza la crisis política, social y económica, la más aguda de nuestra historia republicana sin visualizarse certidumbre alguna, hemos derivado en un país que transcurre su diario acontecer; en un estadio de crispación de nervios y acusaciones que lo han convertido en la capital mundial de la intolerancia, donde la pirotécnica verbal no cesa sobre todo entre las diferentes facciones del campo opositor.