Dossier

Un año de escándalos que volvió loco al venezolano

El año 2016 ha sido catalogado como uno de los peores de la historia contemporánea venezolana. Desde que inició, hechos impactantes y determinantes fueron sucediendo, sacudiendo al país, generando incluso más tumulto y preocupaciones en sus ciudadanos que no tuvieron momento de sosiego, ni memoria suficiente para tanto escándalo

COMPOSICIÓN FOTOGRÁFICA: VÍCTOR AMAYA
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Fue un año de hambre, de saqueos, de violencia, de persecuciones y de tristezas. Un año donde los conflictos políticos se intensificaron con el fracaso del Referendo Revocatorio y el diálogo. Se vivieron tensiones, heridos y muertes en zonas remotas y no tan remotas del país a causa de una desenfrenada delincuencia y una mayor impunidad. Se evidenciaron las ineficiencias del gobierno y se puso en peligro la credibilidad de la MUD. Se intensificó la crisis económica, la escasez y las dificultades.
Se dice que el venezolano tiene memoria corta. Sin embargo, es difícil seguirle el ritmo a un país cambia todos los días. “Hacemos periodismo de guerra. Es que estamos como en guerra. No sabes cómo se van a desarrollar las cosas, todos los días pasa algo nuevo”, afirma Juan Ernesto Páez Pumar, jefe de información del Diario 2001, uno de los pocos rotativos de Caracas que no sigue la línea oficial y se mantiene impreso. No obstante, aunque pasaron situaciones más insólitas e impactantes, las reacciones fueron escasas. “No se concretaron los hechos. Las grandes noticias quedaron pospuestas. Cerramos el año de manera gatopardiana; todo está igual o peor”, explica el Director de Contenidos de  El Estímulo Media, Omar Lugo.
Este también fue el año de las expectativas. La mayoría opositora de la Asamblea Nacional prometía un cambio real y expedito a las circunstancias del país. O así creyeron muchos. “Es algo lamentable. Para muchos este era el año del cambio y no sucedió. Eso generó como efectos una frustración generalizada, un escepticismo de poder cambiar y la desconfianza en que no hay alternativa que funcione para salir de esto”, explica el sociólogo Amalio Belmonte. Asegura que el venezolano olvida lo más difícil para no sumirse en la decadencia. “Este país nunca había tenido los problemas que tuvimos este año. Evadimos los problemas mientras estos son reemplazados por las circunstancias diarias”.
En Clímax hacemos un recuento de algunas noticias que marcaron este año, las más relevantes, para que la memoria no sea tan corta. Tampoco hay que olvidar que este año hubo un «microfonazo» en la Asamblea Nacional, se prometió tumbar el dólar paralelo, se prometió que con los CLAP la escasez de alimentos sería menos aguda, se decomisaron juguetes a Kreisel, se ordenó bajar precios a la fuerza a comercios en Navidad, se inundó la autopista Valle-Coche allí donde los expertos advirtieron que ocurriría al llover por las obras de ampliación, una turba asaltó el hemiciclo de la Asamblea Nacional en plena sesión legislativa, se aprobó un «juicio político» al presidente Maduro en el Parlamento, Nacho fue el orador de orden del 5 de julio en la AN, se dieron a conocer los Panama Papers que salpicaron al Gobierno nacional con funcionarios con cuentas en paraísos fiscales, y el gabinete económico llegó a cambiar en menos de diez días con la entrada exprés del sociólogo Luis Salas que afirmaba que la inflación «no existe». Sucesos para no olvidar y también para reflexionar.
La tragedia del Arco Minero: Masacre de Tumeremo
Mientras se festejaba el hallazgo de una veta de oro en la mina de Atenas, en la localidad de Tumeremo del estado Bolívar, se produjo un enfrentamiento entre un grupo de mineros y una banda criminal liderada por el tercer delincuente más buscado dentro del estado Bolívar: «El Topo». El hecho ocurrido el 8 de marzo culminó con la denuncia de 28 mineros desaparecidos y la especulación de 16 víctimas fatales.
El diputado de la Asamblea Nacional Américo de Grazia recibió los testimonios de los familiares de las víctimas, denunciando el caso. A pesar de las afirmaciones de los parientes, el gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, al principio negó los hechos contundentemente. En declaraciones a VTV, el jefe regional afirmó que en Tumeremo se produjo “un enfrentamiento” entre bandas por el control de la minería ilegal en la zona, que no dejó heridos.
Pero la sociedad civil habló de masacre y hubo protestas. El Gobierno tuvo que admitir los hechos. El 16 de marzo la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, confirmó las denuncias: los cadáveres fueron hallados en el sector Barro Largo, a 30 km de Tumeremo. De acuerdo a las autopsias, 16 cadáveres presentaron heridas de bala en la cabeza, mientras uno recibió un impacto en la región torácica.
Las investigaciones de los agentes asignados determinaron que el móvil de la masacre fue el control territorial de una de las zonas ricas en oro, diamantes y otros minerales que el Gobierno se apresta a explotar industrialmente con inversiones de trasnacionales. A raíz del caso, se detuvieron 11 individuos incrimiandos por su relación con el caso. Asimismo, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) inició una operación que terminó con la muerte de Jamilton Suárez Ulloa, alias “El Topo”.
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El recurrente racionamiento eléctrico
Desde el año 2015 la amenaza estaba latente. Gran cantidad de especialistas advertían que dado el mal estado de la generación termoeléctrica en Venezuela y el período de sequía, la capacidad de Guri sería insuficiente. Si no empezaba a llover, el gobierno se vería en la obligación de realizar -otra vez- un recorte energético debido a la disminuida cota del embalse.
El año 2016 llegó con una sequía derivada del fenómeno de El Niño, lo que sumado falta de mantenimiento en las plantas termoeléctricas, la inoperatividad del Parque Eólico de La Guajira, la deficiencia en la construcción de la central hidroeléctrica Manuel Piar en Tocoma, entre otras razones, generó una crisis energética en el país. La confirmación de lo que al principio parecían especulaciones llegó en abril con las noticias del descenso de la central hidroeléctrica a su nivel más crítico en 60 años de funcionamiento. La respuesta del presidente Nicolás Maduro fue un severo racionamiento eléctrico, incluyendo la Gran Caracas y adelantar media hora el huso horario oficial -volviendo al que había modificado Hugo Chávez para “aprovechar más la luz del día”-.
Los miércoles y jueves llegaron a ser declarados como días no laborables para el sector público, situación que se replicó los días viernes en las instituciones educativas. En julio, el presidente Maduro anunció el cese del plan de racionamiento eléctrico por la recuperación de los niveles del Guri, por obra divina. «Gracias a Dios pudimos superar el momento más peligroso que se ha vivido jamás en la historia de la energía eléctrica en Venezuela, estuvimos a seis días de un colapso eléctrico por la sequía del Guri», resaltó el mandatario.
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Un tropel de gente fue a comprar a Cúcuta
El gobernador del estado Táchira, José Vielma Mora, anunció a mediados de julio la apertura de un paso peatonal durante 12 horas entre los puentes internacional Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. La decisión fue una respuesta al anuncio de una concentración del grupo Mujeres de Blanco de la Frontera para ese día. Las autoridades temían la repetición de los hechos del 5 de julio, cuando  al menos 300 mujeres venezolanas lograron pasar a la fuerza hacia territorio colombiano para realizar compras de alimentos y medicinas escasos en el país.
Desde agosto de 2015 se mantenía cerrado el paso fronterizo. Pero más pudo el hambre, y con la reapertura de la frontera al menos 10 mil venezolanos se agolparon sobre el puente para hacer mercado en Cúcuta.
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La noche de cacerolas de Villa Rosa
El presidente Maduro viajó a la Isla de Margarita para entregar apartamentos renovados por la Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor. Mientras se trasladaba por el sector Villa Rosa —antiguamente reconocida por apoyar al chavismo— tras la finalización del acto, el mandatario decidió bajar del auto y fue sorprendido por el sonido de las cacerolas de una gran movilización de residentes.
El cacerolazo contra Maduro se produjo el 2 de septiembre, un día después de la Toma de Caracas que exigió con las calles llenas la celebración del referendo revocatorio. La demostración de Villa Rosa se unió al espíritu de dicha manifestación, además de reclamar los problemas de hambre y escasez.
El director del portal digital Reporte Confidencial, Braulio Jatar desapareció en horas de la mañana del día siguiente cuando se dirigía hacia la emisora 94.9 FM de Porlamar. Ese medio fue el primero en informar lo ocurrido en la población margariteña. No ha sido liberado y se le acusa de legitimación de capitales. En la comunidad, además, durante varios días hubo hostigamiento por parte del Sebin y la Dirección de Contrainteligencia Militar.
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El caos de los billetes de 100
En pleno mes de diciembre, con las festividades navideñas próximas a suceder, el presidente Nicolás Maduro sorprendió al país al anunciar la orden de sacar de circulación los billetes de 100 bolívares en tan solo 72 horas. El argumento para la decisión fueron supuestas mafias de contrabando de billetes y ataques a la moneda venezolana desde Colombia.
El anuncio hecho el 11 de diciembre, sábado, con un plazo de vigencia del billete de apenas 72 horas, incluyendo un lunes bancario. La tarea de cambiar o depositar los billetes prometía ser difícil y caótica. Durante toda la semana, largas colas se generaron a las afueras de los bancos, mientras los negocios dejaron de aceptar las piezas.
Para el día 16 de diciembre, el papel moneda dejaba de tener validez legal; aquellos que no lograron deshacerse de estos, se sumaron a unas nuevas colas para depositarlos únicamente en el Banco Central, en Caracas. En paralelo, hubo protestas, concentraciones de gente molesta frente a los bancos y cierre de vías en varios estados del país. Ciudad Bolívar presentó disturbios violentos y saqueos a comercios de todo tipo a raíz del caos generado por la medida económica; más de 135 personas fueron detenidas, 350 comercios fueron saqueados y el pánico se mantuvo en medio de un estado de emergencia.
Ni los nuevos billetes ni las nuevas monedas llegaron y la presión por la violencia en varios lugares del país con saqueos, muertos, heridos e histeria, hizo que el presidente Nicolás Maduro tuviera que anunciar la prórroga hasta el 2 de enero de 2017 de la vigencia del billete de 100. Un plazo que aumentó una vez más, indicando como nueva fecha el 20 de enero de 2017.
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Los «narcosobrinos» callaron a Cilia Flores
En noviembre de 2015, en Haití, dos sobrinos de la Primera Dama Cilia Flores fueron detenidos y acusados de conspirar para transportar al menos cinco kilos de cocaína a Estados Unidos. En 2016, se desarrolló el proceso judicial en Nueva York.
Según las declaraciones de los fiscales del juicio, Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas viajaron a Puerto Príncipe con la finalidad de recibir “millones de dólares” para una futura compra de cocaína en Venezuela. Ambos acusados se mantuvieron bajo la misma línea discursiva: “no culpable”. Sus abogados afirmaron incluso que “Efraín y Franqui eran demasiado estúpidos y demasiado inexpertos” para participar de una gran operación de drogas. Ni el presidente Maduro ni su esposa declararon al respecto, en un principio, y cuando Cilia Flores dijo palabra aseguró que Estados Unidos había secuestrado a sus familiares. La tesis fue defendida por otros voceros del PSUV, como Diosdado Cabello o Pedro Carreño.
El jurado no compró la tesis de la “estupidez”. Tras ocho días de audiencias y seis horas y media de deliberaciones, el 18 de noviembre se produjo el veredicto unánime para Efraín Antonio Campo Flores, de 30 años, y su primo Franqui Francisco Flores de Freitas, de 31: culpables de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, y conspiración para manufacturar y distribuir cocaína al país. La sentencia será anunciada por el juez Paul Crotty el 7 de marzo de 2017.
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El referendo que no revocó
El 6 de diciembre del año 2015 marcó un hito. La mayoría parlamentaria era para la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática. Es la primera vez desde el año 2000 que el legislativo tiene mayoría opositora y la segunda vez en 15 años que la oposición logra un triunfo electoral. La promesa de la victoria alcanzada incluía lo que ya se rumoraba: anticipar la salida de Maduro por vías democráticas y pacíficas.
La opción del revocatorio comenzó a avanzar, tras mucha deliberación, cuando la bancada opositora acordó llevar las actas exigidas por el Centro Nacional Electoral. Lo que inició en marzo se logró en abril, cuando el CNE finalmente aprobó la planilla y la entregó a los dirigentes opositores para que recolectaran 195.721 firmas para cumplir el primer paso, el famoso 1%. La MUD logró más de 600 mil rúbricas que fueron a revisión del CNE durante 30 días. Luego se convocó a un proceso de validación entre los días 20 y 24 de junio, que conduciría a confirmar que sí habría recolección del 20%.
Entretanto pasaba el tiempo, la oposición se movilizaba en protestas de calle y manifestaciones exigiendo a Tibisay Lucena «hacer su trabajo» y permitir votar para cambiar al Presidente. Ocurrió la “Gran Marcha a Caracas” y luego la «Toma de Venezuela».
En octubre, una semana antes de la recolección del 20% de las firmas del Registro Electoral, cinco tribunales regionales ordenaron suspender el proceso al admitir amparos sbre supuesto «fraude» en la primera etapa del proceso. Actualmente, el mecanismo está en punto muerto. Así, el Consejo Nacional Electoral paró el escenario electoral de 2016 aunque afirmó que por haber estado «ocupado» en él, había que retrasar las regionales que según la Constitución debían realizarse este año. La consulta para las gobernaciones quedó para «el primer semestre de 2017», sin calendario determinado.
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El diálogo de sordos
Con el revocatorio enterrado en su propia urna, los dirigentes de la Mesa de la Unidad accedieron a formar parte de un diálogo entre oposición y Gobierno. La aceptación vino casi de milagro, tomando en cuenta la participación del Vaticano en el proceso, con el enviado del Papa Francisco, Monseñor Emil Paul Tscherrig, además de expresidentes iberoamericanos y la Unasur.
Hubo un primer encuentro en el Museo Alejandro Otero, y un segundo en el Hotel Meliá Caracas. Pero no hubo resultados, ni acuerdos cumplidos. Ni la Asamblea Nacional salió del «desacato» ni los presos políticos salieron de las cárceles. El vaivén del diálogo solo generó para muchos cierta incertidumbre por propuestas inconclusas, una fuerte pérdida de credibilidad hacia la MUD y reclamos por suspensión de estrategias de calle, incluyendo la convocatoria a marchar a Miraflores el 3 de noviembre.
El 6 de diciembre, la oposición se paró de la mesa literal y figurativamente puesto que se  “incumplió los acuerdos alcanzados en las mesas de trabajo dispuestas para solucionar la crisis por la que atraviesa el país”. La convocatoria a nueva reunión el 13 de enero también fue desestimada por la Unidad. Otro punto muerto.
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