Íconos

La Dolce Anita Ekberg

Texto: Víctor Pastore
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El icono del cine italiano, también sueco, murió el pasado 11 de enero. Anita fue una de las actrices más fuertes y pimpantes de su época.Curvilínea conquistó no solo a Fellini sino que también encarnó el estereotipo de la belleza de Hollywood
Algún tiempo después del estreno de La dolce vita —1960—, Anita Ekberg llegó a declarar a la prensa que no fue Federico Fellini quien la hizo famosa. Al contrario, fue gracias a ella que Fellini se hizo famoso. Y en retrospectiva, el sex symbol sueco tal vez tenía razón. La escena en la que Anita Ekberg retozaba su voluptuosidad en la Fontana di Trevi compitiendo con la de la propia fuente barroca, invitando a Marcello Mastroianni a unírsele “Marcello! Come here! Hurry up!”, resulta una de las imágenes más perdurables de la historia del cine. No importa que La dolce vita esté plagada de otras imágenes memorables: la estatua de Jesucristo sobrevolando Roma al principio, la orgía en el medio y el monstruo marino al final, los breves minutos de ronroneo y contoneo de la Ekberg. Esas tres horas épicas de decadencia romana no tienen ningún desperdicio.
Ganadora del título Miss Suecia 1950, Anita Ekberg no logró conquistar la corona de Miss Universo ese año, pero sacó algo mejor del concurso. Sus despampanantes medidas —99.56.91— le consiguieron un contrato para hacer películas con Universal. Con proporciones germánicas similares y sus 1.85 metros de estatura, también con experiencia en concursos de belleza —Miss Dependencias Federales 2006—, la productora audiovisual y maquilladora Marianne Vegas Brandt representa ese mismo exotismo teutónico que volvió tan famoso a Fellini.
Con un estoicismo vikingo propio de La Ekberg, Marianne soportó la transformación en bomba sexy salida del Cinecittà de los 50. Se acompañaron sus exuberantes curvas con un cabello generosamente ondulado; enfatizando la mirada femme fatale con cejas fuertes y pestañas alargadas. El resultado haría que cualquiera de los exponentes de la decadencia romana, Calígula o el propio Fellini, no lo pensaría dos veces antes de saltar a la Fontana di Trevi con ella.

Marcos Durán: TFR Studio – Maquillaje

José Luis Catarí: Beauty Bar – Estilismo

Juan Carlos Vivas: Vestuario

Daniel Leal: Textos

Bárbara Bianchi: Asistente de producción 

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