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Suena Caracas: circo con escasez de pan

La locución latina ‘pan y circo’ nunca había tenido más sentido, aunque sea a medias. Se reinicia el Festival Suena Caracas, evento que consume dólares al mismo ritmo que rugen los estómagos vacíos del pueblo, con contrataciones artísticas millonarias reveladas en documentos oficiales en este reportaje a través de empresas que, según la ley, no están habilitadas para contratar con el Estado

Texto: Andrea Pinza y Víctor Amaya | Composición de portada: Víctor Amaya
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 “Yo obviamente no pretendía ir a Suena Caracas pero traen a Prince Royce. O sea, ¿cómo hago?”, comentó una joven a través de su cuenta de Twitter. Claro que no solo viene el cantante estadounidense. La tercera edición del Festival Latinoamericano de Música Suena Caracas contará con la participación de más de 65 artistas nacionales y 31 internacionales. Destacan los nombres de Sixto Rein, Eddy Herrera, Bomba Estéreo, Farruko y la llamada “súper banda de Venezuela”, Guaco. Todos son artistas reconocidos y aclamados por el público. Por el precio de 500 bolívares —el costo de la entrada— parece casi surreal poder disfrutar de la música de artistas del talante de Prince Royce, Jorge Celedón o inclusive Marky Ramone. Después de todo, la entrada vale mucho menos que un kilo de arroz.

Aunque el sábado 26 de noviembre se anunció que el Festival Suena Caracas 2016 quedaba suspendido en su segundo día de programación tras la noticia del fallecimiento del ex mandatario cubano, Fidel Castro, las dudas sobre esa reprogramación y los costos que implica no fueron aclaradas.

A partir del viernes 9 de diciembre, el cartel artístico retoma la programación al completo, pero ahora comenzando el primer concierto con un homenaje al expresidente cubano.

Desde su anuncio, el festival ha estado envuelto en controversias. El dinero anunciado para realizarlo impresionó a muchos y desató la molestia de muchos otros, incluyendo al ex Alcalde Metropolitano, Juan Barreto, quien vociferó su desagrado en una entrevista concedida a Globovisión. “Deberían de considerarlo de verdad, son tiempos de austeridad. Ojalá esos recursos se utilicen en cosas que se parezcan más a la situación de crisis que estamos viviendo”, lanzó en pantalla. Y es que la cantidad aprobada y publicada de 2 millones de dólares (además de 600 millones de bolívares) no es cualquier cosa; esta suma equivale a más de 1,3 millardos de bolívares –a cambio oficial Simadi de 661,99–  y de 5,9 millardos a cambio paralelo (2.970 el día de inicio del evento), equivalente a 65% del presupuesto asignado al Ministerio de la Cultura en 2015.

Kadarys Rondón, concejal del Municipio Libertador, ha denunciado abiertamente la realización del festival. “Es ilógico pensar que en esta situación del país se utilice una cantidad cuantiosa de dinero para un festival, cuando hay otras necesidades”, expresó la concejal. Denunció que el dinero podría ser invertido para aumentar la distribución de bolsas CLAP en el municipio o por lo menos asegurar las utilidades para los trabajadores. “Hay dinero para Suena Caracas pero no hay dinero para aguinaldos”, expresó con evidente molestia.

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“El Festival Latinoamericano de Música Suena Caracas se ha convertido en uno de los eventos musicales más importantes del continente, el cual ha brindado a los caraqueños y visitantes la oportunidad de deleitarse con sus artistas favoritos en los espacios de la ciudad”, reza la página web de la Alcaldía de Caracas. Durante nueve días —a partir del 9 de diciembre— se ofrecerán 29 conciertos en espacios abiertos y salas cerradas. Se espera que, como el año pasado, el jolgorio muestre equipos e instalaciones de primera, como la tarima de la plaza Diego Ibarra que los organizadores publicitan como de primera categoría.

Ante las críticas al proyecto, el alcalde Jorge Rodríguez se manifestó en una rueda de prensa el día 9 de noviembre: “La cultura es un alimento tan importante como la comida, como la educación, como la vida, como la sonrisa, todos esos son alimentos que son para el ser humano, elemento fundamental para su crecimiento, ¿por qué se le va a negar al pueblo de Caracas eso? El gobierno siempre está al pendiente de atender las necesidades”. El Suena Caracas cuenta, como cada año, con apoyo financiero y logístico de la Alcaldía de Libertador, el Gobierno del Distrito Capital y el Ministerio de Cultura.

Pero pocos concuerdan con él. “Nosotros los venezolanos no estamos en situación de celebrar. No puede haber gozadera mientras el pueblo pasa hambre”, expresó Eric Chacón, flautista y músico de jazz, quien fue invitado a participar en el festival y rechazó la propuesta.  A su juicio, subir a esas tarimas es una “falta de respeto” con su familia, con aquellos que sufren y en general, con el país. Su negativa se produjo incluso frente a la oferta de pagarle tres veces más dinero de lo que el formado en El Sistema cobra por un toque normal.

Su hermano Gerald ‘Chipi’ Chacón, trompetista y compositor, lanza una cifra: a varios de sus amigos les ofrecieron 5.000 dólares por presentarse. Él mismo no llegó a escuchar la oferta completa y soltó el No antes de escuchar monto alguno. “Es un despilfarro de dinero innecesario. Además, es televisado. Me niego a salir en el canal del Estado por un festival así”, dice el también educado en El Sistema. Como su hermano, insiste en que muchos de los artistas no tienen necesidad real de presentarse por el dinero, y asegura que no participar es mostrar solidaridad con la población.

El cantante Oscarcito dijo públicamente que se negó a participar. A través de su cuenta de Twitter indicó que por más que le insistieran participar, se negaba rotundamente a hacerlo. Pero los organizadores del evento emitieron un comunicado indicando que el cantante jamás fue invitado. El ex Calle Ciega no ha hablado más del asunto y hasta los tweets al respecto fueron borrados de su cuenta.

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Echando números

La cifra anunciada de 2 millones de dólares luce discreta para el amplio cartel de intérpretes, considerando que a muchos nacionales también se les ofrecieron billetes verdes. En el caso de los extranjeros, se pudo conocer según fuentes extraoficiales que el colombiano Jorge Celedón pidió 95 mil dólares por aparecer en tarima. El vallenatero se presentó el viernes 25 de noviembre en la capital, contratado por Aguacate Producciones e Invershow –propiedad del exministro de Turismo Pedro Morejón, según investigaciones de TalCual y El Pitazo– y también en Margarita, para luego ir a México y regresar para asistir al Suena Caracas.

Otros informantes afirman que el booking fue responsabilidad, entre otras firmas, de Aguacate Producciones –con quienes se intentó una entrevista que luego de una primera conversación y envío de cuestionario, no obtuvo respuesta – y XL Producciones, que en sus redes sí muestran su trabajo en el Suena Caracas como antes en la Fimven organizada por Min-Cultura. Justamente fue en la Feria Internacional de Música de Venezuela del año pasado, 2015, donde esa última empresa “fichó” a los talentos nacionales que luego contrató para esta oportunidad.

Entretanto, varios de los foráneos convocados al Suena Caracas pertenecen al catálogo Sony Music, cuyos presupuestos fueron obtenidos  por Clímax. La exigencia para cerrar el acuerdo con los colombianos Chocquibtown y Bomba Estéreo es de 35 mil dólares y 45 mil dólares, respectivamente, por tocar pero sin contar otros gastos. Artistas de mayor reconocimiento internacional como Farruko cobran a partir de 150 mil dólares, mientras que Prince Royce está ubicado en un segmento más costoso con un presupuesto de 200 mil dólares, sin contar pagos de traslados, estadía, viáticos y demás.

Los artistas nacionales tampoco salen baratos, así cobren en moneda local. La agrupación marabina Los Bacanos cobra 6 millones de bolívares por presentarse, según su equipo de representación. El cantante Ronald Borjas cobra alrededor de los 11 millones, como indica un presupuesto al que tuvo acceso Clímax. En el caso de Guaco, la cifra comienza en 15 millones de bolívares –el mínimo por sonar en festivales colegiales y de menor envergadura. Los presupuestos no descartan negociaciones en dólares.

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El dinero de un espectáculo no solo se invierte en pagar talento. El montaje de instalaciones del festival entra en el presupuesto. El productor de eventos Vicente Corostola afirma que un espectáculo de tal magnitud, solo en la instalación del escenario, podría requerir 5 millones de bolívares, y eso sería el caso de una tarima “normalita”. “Me parece una burrada, una mierda, una barbaridad que se gaste esa cantidad de plata para un festival con el hambre que está pasando la gente. Además, no entiendo a esa gente que aunque trajeran a U2 van, si ni pueden comprar arroz”, añade el productor.

Entre las empresas encargadas de la producción del evento está PROmontaje, según informaciones extraoficiales. Sin embargo, fuentes de la empresa aseguran que la compañía nunca contrata con el Gobierno. En su portafolio digital cuentan con la instalación de conciertos de Los Amigos Invisibles, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Aerosmith, entre otros. Se intentó obtener una aclaratoria formal por parte de la empresa, pero hasta la publicación de este trabajo los contactos no fueron respondidos.

Según el Registro Nacional de Contratistas, tanto Invershow como Aguacate Producciones y PROmontaje están desactualizadas y, por tanto, inhabilitadas para prestar servicios al Estado venezolano. No ocurre así con XL Producciones. AGUACATE y XL PROMONTAJE e invershow Cita4

El Apartheid cultural

Su currículum lo antecede. Álvaro Paiva es productor, compositor, arreglista, director y creador de la Movida Acústica Urbana, y asegura que el problema no es el festival, sino la política cultural del chavismo que, califica como “nefasta”. También cuestiona la falta de sentido común. “La cultura es importante, claro que sí, pero nadie que no haya comido estará feliz. No tengo nada en contra de que se ofrezca una propuesta musical pero si no se otorgan las necesidades básicas no sirve de nada”, afirma el productor. Sin embargo, más allá del festival, Paiva asegura que el país vive un “apartheid cultural”. “Solo ponerse una camisa roja basta para ser apreciado por el Gobierno. Solo valen los que gritan ¡Uh, Ah!”, comenta, indicando que los espacios culturales no son plurales, favoreciendo sobre todo a aquellos que se muestren como adeptos del gobierno.

Con respecto a la crítica que han recibido agrupaciones por participar en el festival, como es el caso de Guaco, el músico es menos severo pero igual de contundente. Para Paiva, el problema no son los artistas que se presentan, es el Gobierno que empobrece el ámbito cultural, pero no por esto las agrupaciones deben “lavarle la cara a un Gobierno que nos trajo la crisis”. Indica que si la razón por la que artistas deciden presentarse es ofrecer cultura al país deberían “donar la plata, hacerlo gratis, acercarse a sitios de verdadera necesidad como hospitales y tocar allí”. La petición la hizo directamente a Marky Ramone, mediante redes sociales.

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Horacio Blanco, guitarrista y voz principal de Desorden Público invita a “no comprometer el arte”, e insiste en evitar la politización. “Soy músico y debo abogar por espacios para la música. El país tiene muchas urgencias pero no podemos quitarle espacios a la música”, afirma el cantante de la treintañera banda de ska. A su juicio, lo importante no es la realización del festival sino el cuidado de que el dinero no baile al ritmo de la corrupción.

Desorden Público participó en el Suena Caracas 2014. Entonces, anunciaron una canción que “le planta la cara al tema de la corrupción. Es la verdad. Y escúchenme una cosa, estamos todos tan de acuerdo…”, fue lo que alcanzó a decir Blanco antes de que Ávila TV cortara la transmisión. Dos años más tarde, el cantante asegura que en términos artísticos no sufrieron censura, y conocieron de esa “falla técnica” –como argumentó el canal- al bajar de la tarima.

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