Energía y Petróleo

Arabia Saudita firme: Privilegia producción de crudo sobre precios

Cuando se fundó la OPEP en 1960, con otros cuatro países que eran los más importantes productores de la época, la consigna de honor “era vigilar para que no bajaran los precios” y todos estuvieron de acuerdo.

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Pero 56 años después, la OPEP bajo el control de Arabia Saudita el mayor productor del cartel plantea todo lo contrario y su estrategia es “para que no suban los precios”, aunque Venezuela, Argelia y Nigeria, viajen de acompañantes en el mismo tren.

Esta opinión es del economista y analista petrolero Carlos A. Rossi, quien agrega que si suben los precios en este momento Europa y los países más importantes de Asia irían al default y la ruina, porque aún no han salido de la recesión. Por otro lado, Alemania que es la que está pagando los platos rotos de la salvación de Grecia, no puede cargar el peso de esa situación.

Los sauditas saben eso y eso explica porqué están ofreciendo la venta de parcelas importantes de Aramco, su plataforma petrolera más importante. Esto puede extenderse más y hay que ir pensando que las “Pdvsa, Pemex, Petrobras” y otras, pueden ir por el mismo camino de la desaparición, ante un mercado petrolero distinto.

Rossi señala que esas compañías no pueden ser para beneficio de los que las administran, porque aunque digan que son del país, sus beneficios tienen otros fines. Ahora, la salvación de Pdvsa con un barril de petróleo a más de 70 dólares no es para el país, sino para beneficio de los chavistas que la hundieron y no tienen como explicar las cuentas del despilfarro.

Rossi dice que es verdad que la OPEP no es la misma y ya sus posiciones y puntos de vista, no perturban los centros financieros e industriales mundiales. Es una organización controlada por un país, que a través de sus estrategias de mercado, protege sus clientes de Asia y Europa, y no los intereses de Venezuela, Argelia y Nigeria, y que auspicia que el precio del petróleo no suba, para que no se arruinen sus clientes.

Desde 2014 han sido negadas las gestiones de Venezuela en busca del apoyo saudita para subir los precios del crudo, por la vía de un corte de producción. Venezuela insiste primero con Rafael Ramírez, que hizo un viaje inútil a la isla de Margarita, para dialogar con el ministro petrolero Alí al-Naimi, y luego en la conferencia del cartel de diciembre de 2014, bajo las orientaciones de Arabia Saudita respondió que “había que pasar varios años con el barril de petróleo a 70 dólares”.

Un reporte de 11 páginas publicado por la revista Foreign Affairs registró que en 1985 Arabia Saudita ganó una guerra de precios organizada para impedir que los demás productores de crudos sacaran provecho de su política petrolera, y esos países tenían que cooperar con el Reino, restringiendo su producción, para que Arabia Saudita pudiera producir su nivel mínimo que se había fijado como objetivo.

En pocos meses los precios del petróleo se redujeron más de la mitad y Arabia Saudita reconquistó de inmediato la cuota de mercado que había perdido en los cuatro años anteriores. Para Venezuela significó una baja de producción a 1,7 millones de barriles diarios y los precios cayeron de 25,89 a 12,82 dólares. En esa oportunidad dijeron que los precios los fijaba el mercado y todo quedó así.

En el invierno de 1996-97, Venezuela estaba produciendo 3 millones de barriles diarios y perjudicaba la posición de Arabia Saudita como principal abastecedor de Estados Unidos. Lo desplazó del primer lugar.

Lo que sucedió fue que Venezuela tenía una cuota en la OPEP de 2,3 millones de barriles diarios y se embarcó en un plan de aumentar la capacidad de producción (algo similar a los planes del chavismo para aumentar el bombeo a 4 millones de barriles diarios 10 años después y nunca lo hizo).

Venezuela sabía que no tenía recursos para hacerlo sola, y a través del proceso de apertura petrolera abrió las puertas a las empresas transnacionales y 32 empresas de más de una docena de países se establecieron en Venezuela, a través de sociedades, convenios operativos y 4 plantas de refinación en la Faja. Entraron 16.000 millones de dólares y se registraron 6.000 nuevos durante los proyectos de construcción y elevó la producción a 3,3 millones de barriles diarios.

El informe dice “en respuesta, Riad primero trató de negociar con Caracas y cuando la diplomacia falló, elevó su producción 1 millón de barriles diarios, provocando el derrumbe de los precios de 1998. Arabia Saudita soportó una fuerte caída de ingresos pero consiguió sus objetivos principales. Recuperó la posición de primer abastecedor de petróleo de EEUU, e indujo a otros productores No-OPEP como México y Noruega, adversarios comerciales de Venezuela, a apoyar los objetivos de la OPEP, y maximizar ganancias”.

– La misma estrategia –

El gobierno de Chávez recortó la producción y decidió retirarse del mercado estadounidense, pasando en ocasiones a ser el tercer y cuarto exportador. Tuvo una atractiva recompensa. Arabia Saudita presionó y fue designado secretario general de la OPEP, el ministro de Energía y Petróleo de Venezuela, Alí Rodriguez Araque.

El informe titulado La batalla por el predominio energético lo firman los periodistas Edward L Morse, quien fue subsecretario asistente de Estado en materia de política energética internacional, entre 1979 y 1981 y James Richard, gerente del Fondo Firebird Management, que opera en Europa Oriental y Asia Central.

Un párrafo importante destaca “que es cierto que el gobierno de Riad había expresado una molestia considerable con el gobierno de Bush, a causa de que Estados Unidos había abandonado su activo papel en el proceso de paz árabe-israelí. Pero antes de eso, Washington y Riad habían entrado en conflicto por los precios petroleros y el gobierno de Clinton había presionado a otros miembros de la Opep, para que incrementaran su producción de crudo, entre ellos a Venezuela”.

Un reportero de The New York Times que pasó por Bagdad cuando se fundaba la OPEP en 1960, escribió “que un grupo de petroleros reunidos en esta ciudad han anunciado la creación de un club de países productores de petróleo, que tendrá una fugaz existencia”.

No fue una fugaz existencia. En 1973, después de más de una década de fundada la OPEP suspendió los suministros de petróleo a Occidente, por haber apoyado a Israel contra fuerzas árabes, en la llamada guerra de Seis Dias.

También en 1978, un segundo embargo petrolero hizo temblar de frío durante varios días a Occidente. En el primer embargo el barril de crudo que se negociaba a menos de 2 dólares subió a 14 dólares. En el segundo embargo los precios del árabe liviano llegaron a cotizarse a 34 dólares y se mantuvo en varios meses.

La primera reacción de occidente para enfrentarse al desequilibrio que designó el alza de los precios del crudo, fue subir los impuestos a la gasolina y desde esa fecha, jamás se han bajado esos impuestos. Más tarde, los países de la OCDE crearon la Agencia Internacional de Energía, aspirando a que fuera la contraparte de la OPEP.

En un largo período, la OPEP fue temida por los países de todo el mundo y hasta hizo exclamar al presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, ordenarle al secretario de Estado, Henry Kissinger, “que pusiera de rodillas a la OPEP”. El grupo calculó bien el golpe, porque en esos años comenzó la caída de la producción petrolera de EEUU.

La OPEP aporta 30% de la producción mundial petrolera y de ese monto Arabia Saudita representaba la mayoría decisiva de la oferta, con una producción cerrada de 3 millones de barriles diarios, para sofocar cualquier caída de suministros.

Cuando la OPEP se reunía se anunciaba anticipadamente y en los centros financieros había expectación. Los grandes periódicos mandaban a sus periodistas más destacados para hacer la cobertura del evento y sus entretelones. Era la época dorada del jeque Yamani y hasta provocó que el terrorista Carlos, que arrastraba una leyenda de subversión, se presentara en las oficinas de la OPEP en Viena, Austria y secuestrara a todos los ministros petroleros.

Los acuerdos de precios y producción de la OPEP no son abiertos ni públicos. Todos los ministros se hospedan en el hotel Intercontinental de Viena, durante uno o dos días previos, en comités de tres o cuatro países productores y acuerdan las decisiones por mayoría, pero nunca trascienden las diferencias,a la opinión pública.

EEUU es clave para Arabia Saudita. De 2000 a 2010 subieron las importaciones estadounidenses más de un tercio del total del comercio petrolero y más de la mitad del incremento de la producción de la OPEP, durante la década de los 90. Ese cliente hay que cuidarlo y el que intente dañarlo hay que destruirlo, parece ser la filosofía de los sauditas.

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