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Ataque a oleoducto colombiano causa emergencia ambiental

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Foto: Twitter @BluRadioCo

Según el organismo internacional, el atentado, que causó un derrame de crudo hacia la quebrada Cimitarra, que abastece a los habitantes del lugar, ha afectado a aproximadamente 700 familias, unas 4.000 personas, que están sufriendo restricción de acceso al agua

El municipio colombiano El Carmen (noreste) padece una emergencia social y ambiental tras un ataque atribuido a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra el oleoducto Caño Limón Coveñas, el principal del país, advirtió hoy la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).

«El hecho ha generado una fuerte emergencia social y ambiental, afectando no solo a la población y fuentes hídricas sino también en cultivos, especies menores y peces», señaló la OCHA en un comunicado difundido hoy.

«Muchas personas registran síntomas de intoxicación por los fuertes olores que expide el derrame de crudo. Por la magnitud de la emergencia, las clases fueron suspendidas«, detalló la OCHA.

La evaluación inicial identificó como las «principales necesidades humanitarias» el suministro de agua, saneamiento e higiene, así la seguridad alimentaria y atención en salud «ante posibles enfermedades por consumo de agua contaminada».

La OCHA confirmó que el alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se encuentra en la zona.

También se han desplazado al lugar delegados del Consejo Noruego de Refugiados (NRC), la Defensoría del Pueblo, la administración municipal y la Asociación de Personeros del Catatumbo para realizar un censo de la población afectada.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, condenó ayer el atentado atribuido al ELN, la segunda guerrilla en importancia del país con la que su Gobierno mantiene desde febrero pasado negociaciones de paz.

También el jefe del equipo del Gobierno colombiano en los diálogos con el ELN, Juan Camilo Restrepo, se pronunció sobre el atentado, que calificó como «delirante» y advirtió que supone «un freno muy grave» a las negociaciones de paz.

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