Las personas desesperadas te invitan a entrar a lo que quedó de sus hogares. Eusebio Castillos muestra dónde lo agarró el terremoto y cómo no podía salir porque las puertas se quedaron trancadas.
“Aquí a mis hijos y a mí nos agarró, por lo menos estábamos juntos y justo esta parte de la casa no se vino abajo, es la más nueva”. Los vecinos comparten sus desgracias con el fin de ser escuchados.
Una Virgen de Guadalupe en una casa en Juchitán- México luego del terremoto de 8,2 grados.
Casa derrumbada, sus habitantes buscan las maneras de recoger y recoger algunas de sus pertenencias enterradas.
En los entierros, llenos de música y llantos, se siente la pérdida de personas admiradas. Como el caso del doctor Germán Torres Ferra, de 38 años, quien se fue de su pueblo en su juventud para estudiar Medicina y regreso con el fin de “regresarle algo a Juchitán, su pueblo que le había dado tanto”, narraba su padre.
La Marina mexicana hace entrega de suministros a los habitantes de Ixtaltepec, solo una caja por familia.
Iván Dominguez de 27 años recibió un golpe en la cabeza y tiene varios golpes. Se encuentra en una escuela local que sirve como ayuda a los heridos luego de que el hospital de Juchitán quedará destruido.
Las calles de Juchitán siguen dominadas por los escombros, gente llorando a sus muertos, tiendas a medio abrir para evitar saqueos y un pueblo que exige la rápida reconstrucción de sus vidas.
Pero lo cierto es que los insumos que se han recogido en distintas partes del país todavía están muy lejos de llegar a Juchitán, la reconstrucción de miles de hogares no será tarea sencilla y el retorno a sus vidas diarias o algo que se asemeje a la normalidad todavía está muy lejos.
Llevan en sus hombros al Dr. German Torres Ferra quien murió al tratar de rescatar a una persona que se había quedado atrapada en una casa.
Iglesia del Panteón de Juchitán, todavía se mantiene pero las grietas amenazan un posible colapso.]]>