Venezuela

(Análisis) Chavismo sí quiere elecciones, pero como en Cuba y Nicaragua

Tras largos meses luchando contra la figura del voto como fórmula de expresión democrática, el chavismo ahora parece anticiparse a un inevitable escenario electoral, pero lo hace al estilo de Cuba y Nicaragua, por lo que acelera los pasos para que si hay votaciones, los comicios sean sin fuertes candidatos de la oposición, coincidieron algunos analistas.

Publicidad

Es una hipótesis que se sustenta más con la orden de la Contraloría de inhabilitar políticamente a uno de los dos principales líderes de la oposición: Henrique Capriles, una de la figuras más incómodas para los jerarcas chavistas.

En términos futbolísticos, la inhabilitación política de Capriles es como si a una selección nacional le sacaran un centro delantero poco antes de las eliminatorias para un Mundial de Fútbol. El otro ariete, Leopoldo López, purga una condena de casi 14 años de prisión, acusado de terrorista y subversivo, entre otros cargos.

Los otros jugadores del equipo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) están por la media cancha o en posiciones de defensa (la especialidad del equipo, según sus críticos). Otros cuantos talentosos y más arrojados –como los diputados que nutren las manifestaciones callejeras- todavía están en la liga de ascenso.

Un veterano director técnico, Henry Ramos Allup, que ya jugó en otras campañas en el pasado sin ser titular, tendría que saltar a la cancha si el escenario aprieta.

El último estudio de opinión de la firma Venebarómetro, publicado hace un par de semanas y con datos de febrero, ubicó a López, el encarcelado dirigente de Voluntad Popular, como el político mejor valorado en Venezuela con 53% de respaldo popular.

Capriles, el gobernador de Miranda ahora enviado a jugar banca por uno de los jueces de línea (la Contraloría), quedó en el segundo puesto con 50,3% apoyo.

Henry Ramos Allup, el expresidente de la Asamblea Nacional, que es un zorro viejo de la política venezolana figuró en el tercer lugar con 45,5%.

Maduro, en cambio, quedó en el puesto diez entre los 11 políticos valorados, con 28%. Sobre la definición política, el 45,6% se ubicó en el bloque opositor mientras el 30,4% se colocó en la acera del chavismo.

Pero por ahora las candidaturas son conjeturas. De hecho en una de las pocas cosas en las que se han puesto los opositores de acuerdo últimamente es en abogar por unas elecciones primarias para escoger a un candidato único… aún sin saber si algún día habrá elecciones.

Para el diputado Andrés Velásquez, un veterano luchador en los terrenos del sufragio, la inhabilitación de Capriles “forma parte del guion represivo de este gobierno”.

“Efectivamente como la dictadura le tiene tanto terror al voto al punto de considerarlo como un acto subversivo, va a empeñarse en tratar de impedirlo a como dé lugar”, apuntó.

“Están copiando el modelo de Nicaragua, Maduro pretende reeditar en Venezuela los procesos donde se buscan la oposición a su medida”, dijo Velásquez, del partido La Causa R.

En Nicaragua, el proceso electoral es controlado por el Frente Sandinista (al igual que en Venezuela lo hace el Partido Socialista Unido a través del Consejo Nacional Electoral). Poco antes de las elecciones presidenciales de finales de 2016, la oposición fue inhabilitada. El presidente Daniel Ortega, cómodo, logró otra reelección, esta vez con su esposa como vice presidenta.

En el sistema cubano, todos los candidatos son del Partido Comunista.

“Ya hemos visto a Maduro hablar de elecciones para el 2018 cuando todos sabemos que tenemos elecciones vencidas de gobernadores y por vencerse las de alcaldes. La pretensión de Maduro es al final de cuentas tratar de bloquear por un lado el acto de votación en sí mismo y por otro lado, como no va a poder esos procesos electorales, ahora se busca como estrategia inhabilitar a prominentes figuras y liderazgos de la oposición”, señaló Velásquez.

Por estas horas crecen las presiones en la calle, tanto en marchas y concentraciones organizadas por los dirigentes de la MUD, como en expresiones espontáneas, más viscerales y furiosas de estudiantes y vecinos en algunas localidades.

Mientras, los chavistas arrecian sus estrategias pre electorales. Por ejemplo, en la distribución de alimentos a través de los comités de racionamiento llamados Clap, están privilegiando la entrega en los circuitos electorales donde salieron más vapuleados durante las elecciones legislativas de diciembre de 2015, cuando la oposición ganó por abrumadora mayoría (aunque después fue expropiada de su triunfo y las funciones del legislativo fueron anuladas por el gobierno de Maduro).

“Recientemente vimos lo de (Enzo) Scarano, el ex alcalde del municipio San Diego, en Carabobo, inhabilitado por 15 años. También ahora la de Henrique Capriles”, señaló Velásquez al argumentar que seguramente vendrán más prisiones de dirigentes políticos por parte del chavismo “para tratar de limpiarse el camino de liderazgos que, están seguros, derrotarán a los chavistas en eventos electorales”.

Al respecto, el historiador Pedro Benítez, dirigente del partido Acción Democrática, ha señalado que en efecto los chavistas están cocinando el escenario de elección tipo Nicaragua.

Pero observa que a diferencia de Daniel Ortega en Nicaragua, Maduro sí enfrenta una oposición que está movilizada.

Mientras, el bloque chavista muestra fisuras, agrega.

«El 2018 será un año clave para el chavismo» y la pregunta es si el único heredero que puede aspirar a presidente es Maduro.

Nicaragua, al contrario de Venezuela, atraviesa una buena situación económica, entre otras razones porque el país centroamericano mantiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Para Benítez, la estrategia chavista más bien apunta a intentar dividir a la oposición entre los inhabilitados y los «participacionistas»

El dirigente del partido Primero Justicia, abogado constitucionalista y alcalde del municipio caraqueño de Baruta, Gerardo Blyde, observa que según el artículo 65 de la Constitución Nacional sólo puede haber inhabilitación política mediante una condena penal, por lo que la decisión de la Contraloría contra Capriles es ilegal.

El analista político y doctor en derecho administrativo José Ignacio Hernández señala que actualmente el Plan A del gobierno de Maduro parece diferir las elecciones para algún momento del futuro, por lo cual ha apelado a todas las trabas posibles, como el inconstitucional proceso de renovación de la nómina de militantes de los partidos políticos, tutoreado por el Consejo Nacional Electoral.

“El plan B parece ser que en caso de que haya elecciones y sólo si es necesario, deben ser hechas en un entorno institucional hostil”, señaló.

Eso explica la ilegalización de los partidos que no logren renovar sus nóminas; las amenazas de inhabilitar a diputados de la Asamblea Nacional y esta inhabilitación de Capriles, dijo.

Werner Corrales, consultor internacional, ex ministro de Comercio y de Planificación y hoy promotor a través de la Asamblea Nacional de estrategias para buscar salidas a la crisis venezolana cree que la “inhabilitación de Capriles y el juego de Falcón y Rosales le dan verosimilitud a esa hipótesis”.

Corrales alude a Ramón Rosales y Henry Falcón, dos figuras de media tinta que según analistas políticos mantiene escarceos con el gobierno, a la vez que se dicen opositores. Para algunos, se trata de una estrategia para dividir a la oposición y a la vez atraer a los chavistas descontentos con la deriva que tomó la herencia que le dejó el militar autócrata a su hijo predilecto, Nicolás Maduro.

Para Corrales, la estrategia chavista apunta a acordar la elección regional (de gobernadores) como una fórmula para bajar tensiones; dejar a Capriles fuera de juego y a Leopoldo López preso; y promover «acuerdos económicos» con Falcón para reducir la presión en el mercado cambiario.

El escenario actual, además de favorecer políticamente a Rosales y a Falcón, podría abrir camino para lanzar un candidato chavista «renovador» como el general Rodríguez Torres, que le caería bien al chavismo tradicional.

“El chavismo, tanto gubernamental como opositor, se beneficiarían de un escenario en el que los candidatos opositores sean tan malos que haya mucha abstención”, agregó.

Rosales y Falcón son conocidos en sus respectivos feudos del estado Zulia y de Lara, no tendrían el arrastre nacional que se les confiere a figuras más definidas como Capriles.

Publicidad
Publicidad