La cocina venezolana, en mi opinión, es bastante compleja. No solo por sus preparaciones sino por la gran cantidad de ingredientes que forman parte de nuestro complejo sabor Si se compara nuestra sazón con la de otros sabores latinos, se puede concluir que la venezolana tiene un elemento diferenciador que seduce en cada bocado y deja con ganas de más. Le di un giro de 180 grados a mi propuesta en el
Café Casa Veroes hace cinco años porque los productos importados que formaban parte de mi menú eran cada vez más caros y otros sencillamente desaparecieron. 
No dudo que sentía un poco de miedo al principio porque los comensales estaban acostumbrados a otros sabores pero, a pesar de todo, lo hicimos y no me arrepiento. Anteriormente cocinaba con sabores adquiridos de los diferentes cocineros con quien había trabajado.
En ocasiones cocinaba para mi familia y notaba que todos comían pero no entendían mucho los sabores, no les brillaban los ojos, no asentían con la cabeza en el primer bocado. Incluso, a veces, después de fajarme cocinando y servir todo en la mesa, mi papá con una mirada inquisidora veía todo lo que se estaba ofreciendo y de repente soltaba una pregunta que me molestaba muchísimo: “Y donde están los plátanos?”
Cuando tomé la decisión de trabajar en mi propuesta gastronómica nacional, descubrí que estos sabores estaban en mi cerebro, en mis papilas, en mis genes y que esa emoción que sentía al probar los platos criollos se transmitía en los comensales quienes desde el primer día se conectaron con esa experiencia y que vuelven día a día al restaurante en busca de nuestros sabores.
Ahora mi papá come feliz en mi restaurante porque siempre tenemos plátano y todos los comensales asienten la cabeza al primer bocado. Este es el camino y tengo claro que si nosotros, como venezolanos, llegamos a tener antojos de nuestros sabores, comemos venezolano por encima de cualquier otra propuesta gastronómica, nos enamoramos de nuestra sazón, nuestras técnicas y las defendemos y las transmitimos a los pequeños, así llegaremos lejos y realzaremos nuestra cocina.
Comamos venezolano. Para mi es la mejor comida que he probado. Sigo en constante aprendizaje, en busca de la tradición, de la cultura que esta alrededor de los platos para darla a conocer a todos los comensales. 
Como parte de la agenda de actividades de este año tendremos festivales de cocina regional cada trimestre donde se ceden nuestros fogones a diversos cocineros del interior del país para que presenten sus propuestas al público caraqueño. Aprendemos técnicas, sabores e ingredientes muy particulares, autóctonos de las regiones.
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