En el mercado

Con motos eléctricas hacen delivery en Táchira

Hacer cualquier cosa en Táchira es difícil. A las limitaciones por la pandemia se suman la escasez de combustible y de servicios básicos. Sin embargo ellos siguen adelante. Un ejemplo es un recién estrenado sistema de delivery basado en motos eléctricas que se pueden recargar en las pocas horas de energía eléctrica que disponen

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motos eléctricas
Rosalinda Hernández

Todo un reto resulta emprender proyectos de servicios en el estado Táchira. Las condiciones que se presentan como escasez de gasolina, continuos apagones, poca movilidad entre municipios hacen que la idea de nuevas propuestas parezca “una locura”. Pero ellos no se detienen. Un ejemplo es un recién estrenado delivery con una flota de motos eléctricas que se pueden recargar en las pocas horas que se dispone del servicio.

Táchira es un estado al Occidente de Venezuela, frontera con Colombia. Ha sido muy golpeado por la crisis. La falta de combustible lleva muchos años y los apagones y cortes de luz son una constante.

“Me han llamado loco por estar emprendiendo en medio de una pandemia y en Venezuela, dónde cada día la crisis económica se complica más. Pero creo que en toda situación difícil hay oportunidades”, explicó Arickson González, presidente de A la carta delivery Venezuela, el emprendimiento que inició hace cinco meses y al que abrevia Ala delivery.

ala delivery con motos electricas
Foto: Rosalinda Hernández

A primera vista parece un servicio más de domicilio. No lo es. Ala delivery es la primera aplicación virtual de la región. Es como llevar un centro comercial en el teléfono móvil. Agrupa un centenar de alianzas, incluyendo grandes cadenas como las tiendas Black&Decker, Traky y Farmatodo.

El desafío por mitigar obstáculos llevó a Ala delivery a adquirir 10 motos eléctricas para sus repartos a domicilio en la zona de San Cristóbal.

Estas motos eléctricas recargan en un tiempo estimado de cuatro horas, por lo que aprovechan las pocas horas de servicio energético que pueda haber. Con esa carga recorren hasta 80 kilómetros, reveló Arickson.

Para entregas más distantes utilizan pequeñas camionetas de reparto. La necesidad de ampliar el radio de acción y atención al cliente también los llevó a comprar gasolina en el mercado negro pues en Táchira esa situación no se ha solucionado.

camioneta de reparto de ala delivery
Foto: Rosalinda Hernández

También compran gasolina para abastecer las plantas eléctricas que garantizan el funcionamiento de las neveras, cuartos fríos, computadoras, aires acondicionados y demás equipos necesarios para el negocio.

Más allá de la frontera

A la carta delivery Venezuela se presenta como  “mesoneros virtuales”. Prestan servicio no solo a clientes venezolanos sino también a los de afuera.

La plataforma virtual permite hacer pagos en moneda nacional e internacional desde cualquier lugar del mundo. Este beneficio permite a los venezolanos migrantes enviar a sus seres queridos alimentos, flores, artículos de ferretería, medicamentos, ropa y hasta antojos como postres.

Un ejemplo fue el reciente Día de la Madre. Ala delivery, con poquísimo tiempo en el mercado, entregó más de 200 regalos solo en Táchira. La mayor parte de las compras fueron realizadas desde el extranjero.

Para este domingo Día del Padre, ya tienen lista de pedidos.

“Quienes más solicitan el servicio son venezolanos que están en Colombia, Chile, España y Estados Unidos”, destacó el presidente de la marca.

Las cajas de comestibles es lo que ha tenido mayor demanda por parte de quienes están fuera de Venezuela  y ayudan a la familia.

Los precios se ajustan a la economía del migrante y oscilan entre los 19 dólares hasta el límite establecido por el comprador.

“Hace unos días llevamos comestibles a una familia fuera de San Cristóbal. Cuando la señora a quien le enviaban salió a recibir el mercado, le pareció increíble que en medio de la cuarentena, su hijo que vive en Chile, haya podido enviar comida a  casa”, relató.

Ganar-ganar

El progreso de la plataforma de servicios llevó a su joven presidente a ofrecer franquicias que generan fuentes de empleo en varios estados del país. Esta acción demuestra que, aun en momentos difíciles, si se puede emprender.

Ala delivery ya extiende sus servicios a Barquisimeto, Puerto Ordaz, Caracas y próximamente a Valencia.

El propósito de A la carta online, que es como se llama la aplicación móvil de la franquicia, es vender para que emprendedores de otros estados distribuyan los productos.

ala delivery
Foto: Rosalinda Hernández

Ala delivery representa una alternativa para quienes han tenido que parar sus negocios o restringir horarios de atención a los consumidores. Es en este momento cuando los servicios a domicilio se convierten en una solución.

“Vamos más allá de un delivery común. Atendemos a la persona, hacemos el pedido, mandamos a preparar el producto, servimos y se le lleva hasta la puerta de la casa,  a muy bajo costo”, asegura Arickson.

No desestima que es arriesgado emprender pero le satisface saber que en medio de un país paralizado la gente se reinventa y logran cosas como, por ejemplo, el uso de motos eléctricas para no depender de la escasa gasolina.

A la sede de A la carta, ubicada en San Cristóbal, llegan cada mañana 50 trabajadores. Son jóvenes programadores, personal administrativo, almacenistas, personal de depósitos y 25 repartidores que se encargan de entregar pedidos puerta a puerta. No son motorizados convencionales.

“Son profesionales que han tomado la iniciativa de trabajar en tiempo de cuarentena, mientras sus actividades habituales retornan a la normalidad. Todos apuestan por seguir produciendo en Venezuela”, destacó Gonzalez.

A su decir, en el mundo actualmente existen dos tipos de virus: el que es posible resistir, el coronavirus, y otro letal: la pobreza mental y la depresión generada por la situación actual. «Eso trae incapacidad y miedo a arriesgar y a reinventarse», agregó el empresario.

 

 

 

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