Cultura

Reina la desinformación en torno a la reforma de la Ley de Cine

Voceros de Cinex y Cines Unidos aseguran que no fueron convocados a una discusión previa a la preparación del borrador de la reforma que ha circulado. Ambas empresas manejan información diferente en cuanto a los cambios puntuales que se proponen.

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En horas de la mañana del jueves 12 de agosto, asociaciones y gremios de la creación cinematográfica fueron recibidos por la Comisión Permanente de Cultura, presidida por el diputado Cristóbal Jiménez, para presentar un proyecto de reforma de la Ley de Cinematografía Nacional. Sin embargo, debido al asueto parlamentario, que se extiende hasta mediados de septiembre, dicho proyecto no fue recibido.

Será ahora que, según el presidente de Gran Cine y uno de los promotores de la reforma, Bernardo Rotundo, empiece el debate entre los involucrados en el primer borrador y quienes se habían mantenido forzosamente al margen de la discusión: distribuidores y exhibidores. Un esperado consenso debería introducirse en el seno de la Comisión la segunda quincena de septiembre. Sin embargo, voceros de empresas exhibidoras aún no estaban al tanto de dichas sesiones al cierre de este artículo.

Un aporte polémico

La Ley de la Cinematografía Nacional estipula que el exhibidor debe contribuir con el 5% del valor de la entrada a FONPROCINE. Con la reforma se prevé que este tributo aumente. Rotundo explica que la propuesta planteada considera un aumento a 10%, progresivo en tres años. Esta es la cifra que manejaba, en base a rumores, Thomas Bardinet, Gerente General de Cinex. Sin embargo, Marianela Saleta, vicepresidenta de Distribución de Cines Unidos, asegura que su empresa manejaba un escenario en el que la contribución rondara 12%, debido a la falta de información oficial sobre el tema.

“Para nosotros este aumento haría totalmente inviable, e insostenible, la permanencia en la industria -señala Bardinet-. La estructura de costos no nos permite  soportar alguna carga impositiva adicional”. Consultado Rotundo sobre esta situación, aseguró que cree casi imposible una crisis financiera en las empresas exhibidoras por un aumento del 5% en esta contribución, que enfatiza es asumida por el público al pagar el ticket, pues calcula que el precio de las entradas de cine han sufrido un incremento de casi 150% en el último año. “Nosotros respetamos este aumento porque sabemos que el país vive un proceso de dificultad económica, que la estructura de costos se ha encarecido, pero que ¿por un aumento del 5% en tres años, digan que no van a poder digitalizar sus salas? No creo…”, concluye

A todo esto, Saleta, quien se enteró de la intención de entrega del proyecto de reforma en la Asamblea a través de un tuit, responde tomando en consideración factores que no se reducen a un solo número: “Todos los servicios de producción, distribución, exhibición han sufrido un incremento en su valor, lo cual acarrea un incremento en la contribución”, comenta. Esto casusa que todos los años, luego de estipulado el presupuesto y su destino, siempre existe un excedente que es traspasado al CNAC, por su propia solicitud (recordemos que FONPROCINE no tiene figura jurídica y que se trata de una cuenta receptora de fondos del CNAC). Existiendo un usual excedente, ¿por qué sería necesario aumentar la cuota contributiva?

¿Una Ley con favoritos?

           

Considerando que la recaudación de FONPROCINE se divide entre el pago de gastos operativos del CNAC y, en su mayoría, a la cobertura de gastos para la producción nacional (no todas subsidiadas, sino en parte financiadas), Saleta considera responsable, de cara a una reforma y luego de 10 años de su creación, la evaluación de cómo han quedado excluidas algunas áreas relacionadas con la industria cinematográfica, como distribuidores y exhibidores.

Bardinet ve con preocupación que la falta de incentivos para la cadena de exhibidores ha derivado en un estancamiento del parque cinematográfico nacional. Actualmente existen en el país cerca de 450 pantallas y se venden alrededor de 30 millones de entradas de cine al año, cifra que, según Saleta, se ha mantenido en los últimos cuatro años y nos ha posicionado como el único país sin incrementos en este aspecto. “Nosotros quisiéramos que se impulsaran iniciativas que nos permitan crecer, no solo digitalizar, sino crecer en cantidad de salas y pantallas porque esto se ve reflejado en un incremento de la cantidad de espectadores –señala Bardinet-. Nosotros tenemos una convicción de que a mayor cantidad de salas, mayor cantidad de espectadores y por ende se van a generar mayor cantidad de recursos”

Avances en países de la región, dan cuenta de la situación crítica en nuestra industria. Colombia, en los últimos 8 años, ha duplicado su cantidad de pantallas de cine, acumulando alrededor de 800, con 51 millones de espectadores. Perú, con una realidad de población similar a la venezolana, hace 10 años tenía 270 pantallas, hoy en día tiene 490.

“Nosotros le hacemos un llamado a la Asociación de Exhibidores de Películas para que todos los sectores que tengan que ver con el cine en el país, hagan una exhortación al Ejecutivo Nacional para buscar la manera de encontrar una solución para digitalizar aquellos cines que aún no se han podido digitalizar”, convoca Rotundo. Este promotor cultural calcula que en el país aún existe 35% del parque cinematográfico (100 salas) que mantiene el formato 35mm y que eventualmente, en un futuro más próximo que lejano, quedarán imposibilitadas para proyectar estrenos. Por su parte, Saleta ubica la cifra en 177 salas desactualizadas.

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