Cine y TV

"Euphoria" no es "la realidad" ni tiene por qué serlo

A medida que el personaje principal, Rue, interpretado por Zendaya, cae en un pozo sin fondo, se incrementan las críticas por el "mensaje" de la serie. Al parecer ha regresado el puritanismo que le exige a la ficción que resuelva lo que no se ha podido remediar en la sociedad

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Que un representante de D.A.R.E dijera que Euphoria promueve valores contra la juventud y que glorifica el uso de las drogas, ya es un éxito de la serie de HBO. Para quien no lo sabe, esta agrupación fue muy popular entre los años 80 y 90, luego de aquella campaña populista de Nancy Reagan contra los estupefacientes titulada «Just Say No». 

Como se comprobó rápidamente, el enfoque punitivo del tráfico de drogas liderado por Estados Unidos ha sido un gran fracaso y un alimento para el propio negocio y el de las cárceles; un enfoque hipócrita de un problema mucho más complejo. Al final, cada familia se apaña como puede cuando las adicciones ya no se pueden esconder.

Esto fue exactamente lo que dijo el representante de D.A.R.E al portal TMZ: “Es desafortunado que HBO, las redes sociales, los críticos de programas de televisión y la publicidad paga hayan optado por referirse al programa como ‘innovador’, en lugar de reconocer las posibles consecuencias negativas para los niños en edad escolar que hoy enfrentan riesgos y desafíos de salud mental”.

Si citamos a esta vieja organización, que pensábamos había dejado de existir, es porque mucha gente ha reproducido, palabras más palabras menos, el mismo argumento cuando habla de la serie que creó Sam Levinson. Vivimos tiempos extraños en los que desfilan en las redes términos como «empatía» o «responsabilidad afectiva», pero apenas aparece algo que nos es ajeno, que no forma parte de nuestra educación sentimental, lo confrontamos o desechamos.

«Natural Born Killers» (1994, Oliver Stone) se lucró de la publicidad de evangelistas que la veían como una apología a la violencia; de «Trainspotting» (1996, Danny Boyle) se dijo lo mismo y ni hablar de las discusiones que despertó «A Clockwork Orange (1971, Stanley Kubrick). De hecho fue prohibida y se «estrenó» en Reino Unido apenas en  el año 2000. Todos los grupos moralistas, la mayoría religiosos, se refirieron a estas cintas  como «obras que idealizaban el mal comportamiento» y que por lo tanto fungían como malos ejemplos «para la actual juventud ávida de referentes en que basarse».

Cito tres películas, pero todos sabemos que hay más. Si a series vamos, los fanáticos de «Game of Thrones» vieron como los desnudos y el sexo se redujo al mínimo ante una ola de moralismo que pretendía equiparar lo que sucede en una ficción, en la que hay dragones y zombis congelados, con las víctimas de Harvey Weinstein. Todo alimentado desde el puritanismo que viene cancelando a programas, escritores y artistas por igual.

Por eso no puede uno menos que ruborizarse cuando la propia Zendaya debe subrayar algo que el público debería tener claro. “Nuestro programa no es de ninguna manera un cuento moral para enseñar a las personas cómo vivir su vida o lo que deberían estar haciendo. En todo caso, el sentimiento detrás de ‘Euphoria’, o lo que sea que siempre hemos estado tratando de hacer con él, es ayudar a las personas a sentirse un poco menos solas en su experiencia y su dolor. Y tal vez sientan que no son los únicos que están pasando o lidiando con lo que están enfrentando”, dijo Zendaya a Entertainment Weekly luego de estrenarse el capítulo del 6 de febrero.

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Llamado «Stand Still Like the Hummingbird», en este episodio se ve a una Rue en ruinas, tras descubrirse su recaída y enfrentar la abstinencia. Es una representación muy realista de cómo responde el cuerpo y la mente de un adicto.

«Definitivamente no es bonito en absoluto, pero [showrunner] Sam [Levinson] se dio cuenta de que eso debe verse. Necesitamos ver a esta familia Bennett realmente pasar por eso porque esa es la única forma en que la audiencia y las personas que también están pasando por esto en la vida real lo entiendan. Y dicen, ‘Wow, esto es auténtico. Esto es real.'», dijo Nika King, quien interpreta a la madre de Zendaya .

Al respecto, Levinson, coguionista, codirector y productor, aseguró en 2019, cuando se iba a estrenar la serie, lo siguiente: “Pasé la mayor parte de mi adolescencia entrando y saliendo de hospitales, centros de rehabilitación y casas de transición. Era un adicto a las drogas y tomaba cualquier cosa hasta que no podía oír, respirar o sentir”. ¿Esto quiere decir que todos los jóvenes pasan o deben pasar por esto mismo? Por supuesto que no.

«Euphoria» es un producto de entretenimiento. Habrá quien se sienta más cómodo con otras series juveniles y eso está bien. Igual que nos reímos de las exageraciones en la «Casa de Papel», podemos hacer bromas sobre la posibilidad de que en un mismo instituto coincidan tantas personalidades siempre al borde. Pero es innegable que Levinson, con sus defectos y virtudes, ha logrado que una gran audiencia conecte con esos personajes.

“Creo que si todavía podemos preocuparnos por ella después de esto, entonces espero que otras personas puedan extender eso a personajes de no ficción, a personas reales, o simplemente ser un poco más comprensivos y empáticos con la experiencia de la adicción y lo que le hace a la gente, lo que le hace a sus familias”, acotó Zendaya a EW.

¿Y si no? Pues tampoco pasa nada. Esto es televisión. Una vez que termine la temporada pasaremos a otra ficción. Eso es lo mejor de las series, que podemos olvidarnos de ellas con solo apretar un botón del control remoto.

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