De Interés

Ximena Borges y su mezcla de voces cautivaron Caracas

Es como estar en la mente de un compositor mientras ella trabaja, y el resultado es totalmente fascinante, Xi.me.na (como ahora llama su propuesta) se paseó con naturalidad entre la ópera, el jazz, el blues, el folklore y el pop electrónico en el concierto que ofreció el viernes a casa llena en la sala del Centro Cultural BOD de La Castellana.  

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 Y eso que se valió de un looper, la caja de música digital que le ha permitido a la artista procesar, intervenir y grabar su voz buscando las conocidas “capas” que han servido como soporte rítmico y armónico a cada una sus canciones.

Ese “collage sónico” como denomina su interesante propuesta musical, Borges lo construyó a partir de pasajes de la música tradicional venezolana, poemas y lugares como Nueva York, los llanos de Venezuela o Berlín. El resultado fueron canciones con mucha carga emocional que transitaron con facilidad el inglés, el alemán y el español.

El concierto de más de una hora de duración, Borges nunca utilizó pistas grabadas y se apoyó en el escenario con dos excelentes invitados: Armando Álvarez en la percusión; y Gabriel Figuera en el saxofón y la flauta. Ambos del grupo Gaélica.

Juguetona, alegre, improvisada, pero con un concepto vocal y estético muy estudiado que recuerda a lo hecho por la islandesa Björk, Borges mezcló sus ritmos con las luces que dirigía a lo lejos del escenario su padre y una de sus mayores influencias artísticas: el pintor Jacobo Borges.

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