Transparencia, responsabilidad y la capacidad de decisión del usuario es parte de lo que incluye la Carta de París impulsada por Reporteros Sin Fronteras con el fin de garantizar un correcto uso de la inteligencia artificial en los medios de comunicación. En esta nota indicamos de qué va y cómo se debería aplicar
La inteligencia artificial no solo es una herramienta para divertirse o agilizar procesos creativos o que conllevan mucho tiempo. Pensar así sería ignorar los riesgos y desafíos que puede generar en personas comunes y otras grandes plataformas, como los medios de comunicación, que ahora tienen un trabajo doble: informar y combatir la desinformación que surge a través de imágenes, videos, notas de voz y plataformas web. Es una lucha constante por la verificación de estos datos, pues cada día abundan más y ponen en riesgo el derecho a la información.
Por las complicaciones que genera y la expansión de su uso, este viernes de 10 de noviembre, Reportero Sin Fronteras publicó la Carta de París sobre Inteligencia Artificial y Periodismo. El objetivo es buscar vías para regular la herramienta superficial y servir de guía en caso de que se quiera emplear como un recurso.
En la creación de este documento, que duró varios meses, participó un comité de 32 miembros de 20 países diferentes, entre ellos Maria Ressa, periodista galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2021, quienes junto a un relator determinaron un «conjunto de principios éticos fundamentales para proteger la integridad de las noticias y la información en la era de la IA». ¿Por qué hacerlo? Porque esta tecnología está transformando la industria de los medios de comunicación.
La principal recomendación de la Carta de París lanzada por Reporteros Sin Fronteras es considerar que la ética periodística debe regir el uso de la inteligencia artificial. Es decir, si se va a usar, debe ser de manera correcta.
«El uso y desarrollo de sistemas de IA en el periodismo deben respetar los valores fundamentales de la ética periodística, incluyendo la veracidad y la exactitud, la equidad, la imparcialidad, independencia, no agresión, no discriminación, responsabilidad, el respeto a la intimidad y a la confidencialidad de las fuentes», señala RSF en el documento donde enumera cada objetivo.
El segundo punto del acuerdo indica que, para hacer uso de la IA, debe prevalecer la toma decisiones humanas en el área editorial y en cualquier estrategia que la incluya: «Los equipos editoriales deben definir claramente los objetivos, el alcance y las condiciones de uso para cada sistema de IA. Deben garantizar la revisión de los impactos de los sistemas de IA desplegados, garantizar su estricto uso y conservar la capacidad de desactivarlos en cualquier momento».
El tercer punto del documento habla de que los sistemas de inteligencia artificial usados en el periodismo deben ser sometidos a revisión antes, durante y después de usarlos. Además se recomienda que no sea solo un trato individual de medio, sino con grupos de apoyo para periodistas con el objetivo de reforzar el respeto a la privacidad, la propiedad intelectual y la protección de datos.
El cuarto punto deja claro una gran verdad: el medio que use una tecnología de IA debe responsabilizarse del impacto que genere. «Las responsabilidades ligadas al uso de sistemas de IA deben ser deben preverse, esbozarse y asignarse a los humanos para garantizar el cumplimiento de la ética periodística y las directrices editoriales», sugiere el acuerdo.
A este punto se unen también el cinco, el seis y el siete, que hablan de la transparencia en el uso de inteligencia artificial y el origen claro de la información que se comparte. El compromiso es que la audiencia sepa que consume un contenido sintético (creado con IA) de ser el caso. Ante esto, RSF dice: «Todo contenido que no cumpla estas normas de autenticidad debe considerarse potencialmente engañoso y someterse a una verificación exhaustiva».
El octavo acuerdo dice que «la personalización y recomendación de contenidos basado en la IA defiende la diversidad e integridad de la información». Esto quiere decir que se debe «promover un entendimiento compartido de los hechos y puntos de vista relevantes»
La meta es «destacar perspectivas diversas y matizadas sobre diversos sobre diversos temas, fomentando la apertura de miras y el diálogo democrático». Del mismo modo, los usuarios deberían tener la capacidad de desactivar la IA para acceder a los contenidos de manera tradicional.
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Una parte esencial de la Carta de París impulsado por Reporteros Sin Fronteras es que la revisión del uso de la IA debe ser necesariamente un trabajo en equipo con el fin de que integre distintas miradas, valores democráticos y culturas cualquier regla que se establezca.
Además señala que no debe ser un proceso estático, sino que debe evaluarse cada cierto tiempo porque la tecnología de la IA avanza rápido.
«El acceso a contenidos periodísticos por parte de sistemas de IA debe regirse por acuerdos formales que garanticen la
sostenibilidad del periodismo y defiendan los intereses a largo plazo de los medios de comunicación y los periodistas», señala el acuerdo en su último punto.
Además resalta de que los propietarios de los sistemas de IA deben llevar un registro transparente y detallado de los contenidos periodísticos que alimentan su producto.
El documento está disponible en la plataforma de Reporteros Sin Fronteras en formato PDF que se puede descargar para su consumo y puesta en práctica.
Además también puede leer las declaraciones de los involucrados en su creación en la web de RSF. Un motivo para leerlo son las palabras de Maria Ressa, galardonada con el Nobel de la Paz en 2021: «La Carta de París es el primer punto de referencia ético internacional para la IA y el periodismo. Las pruebas objetivas, una distinción clara entre contenido auténtico y sintético, la independencia editorial y la responsabilidad humana serán las principales garantías del derecho a noticias e información confiables en la era de la IA».
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