Alcides Escobar volvió a ejercer su protagonismo con el madero para que los Reales viajen a Nueva York con ventaja de 2-0.
Jacob deGrom lizo y rubio, Johnny Cueto negro y rizado. En la guerra de los pelos largos de las Grandes Ligas se impuso este último.
El dominicano cubrió la ruta para garantizar una victoria 7-1 de los Reales de Kansas City frente a los Mets de Nueva York en el segundo enfrentamiento de la Serie Mundial.
El derecho de San Pedro Macoris permitió solo dos imparables, ambos sencillos del primera base Lucas Duda y fue determinante para que sus majestades se colocaran con ventaja de 2-0 en la confrontación al mejor de siete juegos. Cueto mantuvo la bola baja y sincronizo sus movimientos con un casi robotizado Salvador Pérez.
Previo a Cueto, el abridor que había arrojado completo en una Serie Mundial más recientemente fue Madison Bumgarner de los Gigantes de San Francisco, el año pasado ante estos mismos Reales.
DeGrom había tolerado cuatro carreras en 20.0 entradas en sus tres previas presentaciones en postemporada, pero en esta ocasión se descalabro con la misma cantidad de rayitas en apenas un inning.
El venezolano Alcides Escobar respondió una vez más con hit al jardín central en la parte baja del cuarto inning para empatar el encuentro a una carrera por lado y en el octavo disparo un triple con la que empujo la séptima y definitiva. Por segunda noche al hilo corrió como una gacela y prosiguió sumando puntos para un eventual premio JMV (Jugador Más Valioso) en la Serie.
Alcides ha pegado hit en doce partidos en forma consecutiva en los playoffs, el record para un venezolano en postemporada lo tiene Pablo Sandoval con catorce.
La serie tomara un descanso este jueves y retornara el viernes en el Citi Field de Nueva York con el pitcher anfitrión Noah Syndergaard (9-7 y 3.24) recibiendo al quisqueyano Yornado Ventura (13-8 y 4.04)
Casi 80 por ciento de los conjuntos que han ganado los primeros dos encuentros se han acreditado el trofeo de campeones, mientras que solo diez equipos se han recuperado de una desventaja 0-2 en el clásico de otoño. Los propios Mets de Nueva York lo hicieron en 1986 ante los Medias Rojas de Boston y la misma ciudad vio como los Yanquis revivieron diez temporadas después frente a los Bravos de Atlanta.
