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Laureano González y el difícil arte de explicar

En inglés se conoce como The Curse of Knowledge y se entiende como el grado de conocimiento que tenemos sobre un tema, que es inversamente proporcional a la capacidad para explicarlo a los demás. Es decir, cómo hacernos entender debe ser tan importante como el conocimiento que podamos tener sobre algo.

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Los conflictos no cesan en torno a la FVF. El llamado que ha hecho Rafael Dudamel para los amistosos que iniciará la Selección Nacional el día 20 de mayo fuera del país, como preparación para la Copa América Centenario, ha levantado una nueva polvareda, ahora entre los equipos de Primera División representados en la Asociación de Clubes Profesionales del Fútbol Venezolano que se han pronunciado contra la obligatoriedad inducida por la federación de ceder los jugadores, independientemente de ser fecha FIFA o no. Dos futbolistas no podrán estar con sus clubes en semifinales del Torneo Apertura, de acuerdo al listado de 31 efectivos que elaboró Dudamel: Wuilker Fariñez de Caracas y Arles Flores de Zamora.

Sin embargo, más allá de la cantidad de efectivos que van o dejan de ir a la Vinotinto y de los dimes y diretes, la situación surgida evidencia un quiebre más en las relaciones entre el ente federativo y la organización de clubes, otra ruptura que se suma a la aún abierta herida entre los jugadores de la Selección Nacional y la cúpula de Sabana Grande, sin añadir los golpes que desde otros espacios como las candidaturas presidenciales se disparan contra la FVF. La popularidad de Laureano y su gente, si alguna vez la hubo, está en el suelo.

No le ha tocado fácil al presidente de la Federación. Asumir todos los compromisos heredados en el útero de una gestión enlodada por los procesos judiciales es hasta admirable, sobre todo cuando existe tanta suspicacia sobre los manejos administrativos antes, durante y después de la gestión de Rafael Esquivel. Le invito a preguntar a cualquier persona cercana a la FVF sobre la honorabilidad de Laureano González y no hallará algún elemento que lo haga cómplice en el uso indebido de los recursos. El problema va en qué dice, cómo lo dice y cuándo lo dice.

La asertividad (capacidad de la persona para hacer valer sus derechos y expresar sus sentimientos sin ofender o atacar a los demás) como habilidad, rasgo o cualidad ha sido el punto débil en el verbo del presidente. Desde afuera, pareciera que hay elementos hasta de candidez en el manejo de su diálogo, pero la magnitud de cada palabra emitida y su significado ha generado un ambiente de complicaciones y conflictos que, en muchos casos, han podido ser evitables. No se pretende justificar el mal andar reciente de la Selección por solo unas palabras inapropiadas en momentos inadecuados, pero la máxima autoridad federativa impuso con su palabra un clima altivo que consumió la comunión entre las partes, necesaria para alcanzar objetivos de interés común.

El cargo que ostenta Laureano González ha crecido en importancia en la medida que ha progresado el desarrollo del fútbol en Venezuela. La inteligencia emocional en el desempeño de sus funciones requiere también de un gran sentido de asertividad en sus acciones y comportamiento. Poco podrá alcanzar sus objetivos un ente en el que el principal interlocutor quiere imponer una autoridad cada vez más socavada y erosionada por la realidad evolutiva y global del balompié local.

Como cualquier conducta, la práctica permite que el manejo verbal pueda adecuarse para hacer más eficaz la comunicación y la intervención de terceros es una gran ayuda. Dudamel ha pedido expresamente a Laureano González el manejo prudencial de su discurso, punto de honor para su vinculación al cargo que hoy ostenta.

Aún cuando el discurso incendiario parecía bajar la intensidad, ahora se incorporan otros aspectos que denotan contradicción o incompatibilidad entre las cosas que pregona. La última: en la rueda de prensa ofrecida por el seleccionador Dudamel, González intervino para dejar claro que la Asociación de Clubes debe limitar su accionar en referencia a los procesos de selecciones nacionales debido a que son un órgano de carácter “comercial”. Ha puntualizado, con impositiva expresión, que la unión de los equipos solamente tendrá voz para la planificación de las competencias.

Sin embargo, días atrás, ante la solicitud de Deportivo Táchira de permitir jugar una fecha del Torneo Apertura con futbolistas que forman parte de sus equipos de Tercera División, Sub 20 y Sub 18, la FVF sometió dicha consideración a la Asociación de Clubes, facultando a dicha agrupación a tomar decisiones relacionadas a la reglamentación de la competencia. Contradictorio.

Sería osado discutir la razón o la negación de esta sobre los conceptos e ideas que tiene alguien que ha permanecido vinculado al fútbol más de la mitad de su vida. Lo que sí resulta objetable es provocar un clima belicoso con declaraciones altisonantes que incidan en la negociación y el diálogo.

“Aún el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido”. (Proverbios 17:28)

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