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Vinotinto Sub 17: Querer no siempre es poder

Venezuela tuvo su presentación más complicada de todo el Sudamericano. Esta vez, ni el resultado ni el juego favorecieron a una Vinotinto que lo intentó de todos los modos, pero que terminó ahogándose en el juego de una selección chilena muy seria y práctica, que pudo sentenciar el partido con la contundencia de aprovechar la única clara que tuvo en los noventa minutos. El camino comenzó con muchas espinas.

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Fotografía: Conmebol

José Hernández pudo recuperar física y mentalmente a un plantel exigido por un tortuoso calendario. La difícil clasificación obtenida contra Perú daba pie a entender que el descanso favorecería enormemente a Venezuela en lo que pretendía mostrar contra Chile y así fue, por lo menos en la primera mitad.

Christian Cásseres volvía a ser titular y su despliegue volvió a ser total. Llama la atención que su presencia en cancha eleva el porcentaje de posesión criolla y sin embargo, los dos resultados negativos han llegado con él en cancha. No creo que sea algo más que una coincidencia, pero Cásseres, así suene exagerado, es indispensable en este equipo. Su visión de juego, su despliegue en todos los sectores, es encomiable. Sin embargo, hoy no se supo aprovechar esa virtud y cayó en la maraña de juego que tendió una muy seria Chile, que sin ser superior en juego y ocasiones generadas, mostró que se puede hacer también mucho daño con orden.

Por primera vez se vio a una Venezuela enredada. Tras una primera mitad en la que creó dos claras ocasiones y tuvo una incontable cantidad de opciones a balón parado, el no capitalizar alguna desesperó al grupo. La intermitencia de Adrián Zambrano influyó en el centro de gol que finalizó el muy buen extremo derecho William Gama.

Jan Hurtado siempre es peligroso pero se notó en extremo aislado en la primera mitad y ya con José Barragán acompañándole en el segundo tiempo, el buen juego de Chile en su virtuoso orden y sin un mediocampo Vinotinto que generara fútbol, lo aisló y perdió en peligro.

Mucha virtud tuvo Chile. Se apreció claramente que el equipo local rentabilizó al máximo ese encuentro amistoso disputado contra los criollos antes del sudamericano. Se notaba el estudio, el conocimiento del rival. Le bastó con patear un par de veces al arco para controlar a Venezuela sin mayores problemas. Anulados Palmezano (quien se notó voluntarioso pero poco trascendente) y Chalbaud, el pelotazo apareció como la opción viable contra un rival físicamente con menor tamaño, aunque tampoco fue capaz de inquietar por esa vía el arco de un muy firme arquero Borquez, el mejor de todo el campeonato.

Habrá que cambiar mucho para enfrentar a Brasil. Venezuela sigue siendo incisiva, generando sensaciones de peligro, no tiene puntos débiles, pero eso no está bastando si el objetivo planteado es clasificar al Mundial. Creo que allí está el desequilibrio: mentalmente, cuando el equipo se ve exigido por necesidades del resultado, el grupo se desconcentra y pierde el rumbo de disfrutar lo que muy bien saben hacer y eso afecta enormemente las ideas para seguir haciendo un fútbol sin tapujos y bien elaborado.

Dejémoslos. Son chicos, están en pleno proceso de ensayo y error. No han desentonado y siguen manteniendo un alto nivel. Siguen siendo una esperanza de progreso en nuestro fútbol. Si los resultados son favorables, pues bienvenidos sean, pero lo mejor ya lo estamos disfrutando: hay juego, hay ideas, hay conceptos, hay identidad.

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