Venezuela

Duque, Guaidó, "El Koki", Haití, drones: Jorge Rodríguez lo conecta todo

El presidente de la Asamblea Nacional chavista fue el encargado de presentar hoy una versión oficial que trata de tejer una trama que involucra al mandatario Iván Duque, Voluntad Popular, Guaidó, el magnicidio de Haití, la Cota 905 y hasta un supuesto nuevo plan de atentado contra Maduro

Duque Rodríguez
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La historia es cada vez más compleja. Debe ser por eso que hoy salió a contarla el vocero gubernamental con mayores habilidades de oratoria. En la tarde de este martes, Jorge Rodríguez acusó al presidente colombiano Iván Duque de ser el gran articulador de una movida que involucra demasiados elementos: los presuntos intentos de magnicidio en Venezuela, el asesinato del presidente de Haití, el sangriento conflicto que se desarrolló en Apure a partir de marzo entre militares venezolanos y disidentes de las Farc, los ataques de la megabanda de la Cota 905 del 7 de julio que culminaron con la intervención de la zona y hasta un intento frustrado de atentado con drones que estaba planificado para junio del cual nada se había dado a conocer.

«Cuatro drones fueron lanzados el pasado 22 de junio», dijo mientras levantaba la mano derecha remarcando la cifra con los dedos, «contra la actividad que estaba realizando el presidente Maduro de inauguración del nuevo monumento por el bicentenario de Carabobo». Y aseguró que fueron «desactivados por nuestros servicios de inteligencia».

Sobre esto no dio más información, pero advirtió que pronto se sabrá dónde fueron comprados los drones y quiénes estarían detrás de esta operación. Sin embargo, ya fue anunciada en conexión con todo lo que dijo hoy.

De acuerdo al presidente de la Asamblea Nacional oficialista, en Colombia -según él dominada por el paramilitarismo- se han gestado y materializado todos los planes en contra de Nicolás Maduro y señaló al presidente Duque de participar en esto y de estar conectado al magnicidio ocurrido en Haití y a la banda de «El Koki».

Blandiendo unas láminas, Rodríguez aseguró que las armas de guerra que incautaron las fuerzas policiales al entrar a la hasta ahora intocable fortaleza de «El Koki» eran «qué casualidad, las mismas que usa el Ejército colombiano».

Y fue más específico: dijo que el gobierno de Colombia «se alió a estos malandros para empezar a matar gente en la autopista Gran Cacique Guaicaipuro, en los túneles de La Planicie…». Y también que el armamento de guerra «fue provisto por la Casa de Nariño».

Sus afirmaciones sobre la conexión que tendría Duque con el magnicidio en Haití se sustentan en dos reportajes de la BBC -uno del 9 de julio y otro de 2011- que hablan del negocio de los mercenarios en Colombia y especialmente en una nota publicada por el medio La Nueva Prensa titulado así: «Tony Intriago, reclutador de militares-sicarios colombianos, organizó con Iván Duque en 2019 el concierto de Cúcuta contra la narco-tiranía de Nicolás Maduro».

Por supuesto, la lámina mostrada por Rodríguez omite la parte donde dice «la narco-tiranía».

El texto asegura que Duque y el venezolano Intriago se conocen. Intriago está al frente de CTU Security, una compañía proveedora de servicios y equipos de seguridad asentada en Doral, Florida. CTU Security ha sido mencionada como sospechosa de haber contratado a los exmilitares colombianos que participaron en el asesinato del presidente Jovenel Moise. Y esos son los dos cabos que une Rodríguez: si Duque conoce a Intriago y a su vez Intriago está metido en el magnicidio, en consecuencia, Duque es cómplice.

¿Se sostiene el silogismo?

La Nueva Prensa muestra una foto de Duque e Intriago. De acuerdo a Blu Radio, la Casa de Nariño explicó el origen de la foto: siendo candidato, Duque hizo participó en un evento público en Miami el 10 de febrero de 2018 y allí se hizo fotos a solicitud de algunos de los presentes. Intriago fue uno de esos. Y fin de la historia, para ellos. Pero no para Rodríguez: la vieja foto es una prueba para sustentar su discurso de hoy.

Rodríguez insiste en el nexo y mostró otras fotografías extraídas de redes sociales de un supuesto socio de Intriago llamado Alfred Santamaría: una con Juan Guaidó, otra con Duque (aunque inicialmente dice que es con Alvaro Uribe). Y nuevamente arma su conclusión: si conocen al socio, son cómplices de lo que Intriago hace. De esta manera, Guaidó y en consecuencia Leopoldo López estarían -a juicio de Rodríguez- conectados con el crimen cometido en Haití.

Pero no sería solo eso: según Rodríguez, el mismo Intriago habría estado involucrado en el intento de magnicidio con drones del 4 de agosto de 2018 en Caracas.

Los próximos presos

Las otras puntadas para atar todo vienen por el lado Freddy Guevara, quien fue detenido ayer lunes «debido a su vinculación con grupos extremistas y paramilitares asociados al gobierno colombiano», según palabras del fiscal Tarek William Saab. Guevara fue el primer político de oposición sobre el que se asomó la idea de una supuesta vinculación con los pranes de la Cota 905 y La Vega y específicamente con la oleada de ataques que se desataron el 7 de julio.

Hoy Rodríguez mostró unas conversaciones de WhatsApp como supuesta prueba de la vinculación de Voluntad Popular con la situación de violencia en la Cota 905. Lo curioso es que el primer chat es entre Emilio Graterón y Leopoldo López, de modo que no parecería ser extraído del teléfono de Guevara. Allí, López habría escrito: «Estoy cuadrando con Somaza los aportes en dólares para los juguetes. Se necesitan urgente para pagar».

Otra lámina -en la que estarían conversando, de acuerdo a Rodríguez, sobre activar a los malandros- sí correspondería a un chat entre Guevara y Gilbert Caro, a quien Rodríguez amenazó con encarcelar nuevamente: «La próxima vez que lo capturemos, olvídese de indulto».

Y anunció que la la Fiscalía emitirá ordenes de captura contra los dirigentes del partido político Voluntad Popular Emilio Graterón, Gilbert Caro y Hasler Iglesias y también contra Luis Somaza, director del despacho de Guaidó.

Así, la trama se cierra sobre VP y Guaidó con ese hilo que pretende unir un hasta ahora desconocido plan de atentado en el Campo de Carabobo, Haití y la Cota 905: «Como fracasaron en los intentos de violencia extrema por el Bicentenario de Carabobo (…) entonces lanzaron la operación de malandros y paramilitares y terroristas entrenados en Colombia»,

Dijo Rodríguez, como explicación a los desmanes de «El Koki» y sus socios. Eso de andar disparando y atacando puestos policiales, advirtió, no es cosa que acostumbren a hacer los criminales de esta patria: «No son las prácticas comunes del malandraje caraqueño o venezolano, no (…) todo eso es uno de los principales productos de exportación de Colombia en los actuales momentos, mercenarios, paramilitares y terrorismo».

Pareciera entonces que en la versión oficial «El Koki» es un fenómeno muy reciente y alimentado por la oposición y conectado con Bogotá. Lo dicho antes, esta historia es cada vez más compleja. Lo único que queda claro es que todavía nos falta por ver unos cuantos capítulos más. Y no serán buenas noticias.

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