La crisis política de 2014 y la económica de 2015 han empujado a más venezolanos hacia tierras neogranadinas, en especial en el eje fronterizo San Antonio- Cúcuta y Paraguachón- Maicao, afectados hoy por un estado de excepción que busca -según argumentos del gobierno- restablecer el orden en zonas intervenidas por el paramilitarismo colombiano y el contrabando.
A la fecha no hay precisión de la cifra exacta de venezolanos asentados en Colombia. Pero algunos de ellos -consultados por Elestímulo.com cuentan su experiencia de cómo ha sido iniciar vida fuera de su tierra.
Joanna Ruiz Méndez, comunicadora social. Hasta finales de 2013 Joanna trabajó en el área de comunicaciones de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela. También se desempeñó como periodista freelance de El Nacional.
En enero de 2014 llegó a Bogotá. «En Venezuela había pocas oportunidades de independizarme y de tener estabilidad en el ámbito profesional y personal. Fue toda una aventura porque me vine con muy pocos ahorros y sin trabajo. Afortunadamente conté con el apoyo de un familiar de mi papá que me alojó en su casa y me ayudó mucho al principio. A los tres meses y medio de estar aquí conseguí empleo y eso me permitió quedarme en Bogotá de forma definitiva. Actualmente trabajo como asistente de Comunicaciones en una empresa farmacéutica”.
Ruiz contó con una ventaja: sus padres son colombianos y conocía la cultura del país. «Además tengo la ciudadanía de ellos lo que me facilitó los procesos inherentes a ser inmigrante”.
Aunque son muchas las desventajas al momento de buscar empleo en otro país porque “no sabes mucho sobre el mercado laboral, nadie te conoce, no manejas muchos códigos y dinámicas del ámbito laboral, también tiene sus ventajas: venir de otro país -con una cultura similar- te convierte en un candidato diferente en cualquier proceso de selección. Como venezolanos tenemos otra ventaja: estamos acostumbrados al cambio y eso te facilita adaptarte a diferentes situaciones, incluso a las más difíciles”.
La comunicadora no tiene planes de regresar a corto o mediano plazo a su Caracas natal. “Residir en otro país siempre formó parte de mi plan de vida, más allá de que lo terminé haciendo en unas condiciones muy diferentes a las que me hubiera gustado. Sin embargo, eso no significa que no piense regresar nunca. Uno siempre tiene parte de la cabeza y afectos en su país, por lo que la posibilidad de volver siempre está latente. Si tengo la oportunidad y los recursos para desarrollar un proyecto que me permita aplicar los conocimientos que he adquirido y que pueda aportar algo positivo al país, sin duda volvería a Venezuela”.
Carla Vernet, farmacéutica. La caraqueña es profesional de la industria farmacéutica, con cuatro años de residencia en Colombia, país con el que no tenía vínculo alguno hasta que llegó por traslado laboral.
Le costó un poco adaptarse a la nueva realidad en Bogotá. Subraya que si bien es cierto que su calidad de vida mejoró mucho, no se siente bien del todo. “Extraño a Venezuela. No me veo viviendo aquí por siempre”, dijo.
No descarta regresar a su país, pero cuando las cosas mejoren, afirmó.
Joan Vivas Rodríguez, administradora de empresas. Tiene post grado en negocios internacionales y se desempeña como asesora a inversionistas. Tiene un año en Colombia.
“Salí del país para continuar mi desarrollo profesional y lograr una mejor calidad de vida. Trabajo para elgrupo financiero Arca International Group donde soy asesora para inversionistas que desean desarrollar proyectos de inversión y buscan financiamiento amigable. Además brindo asesorías legales con el escritorio de abogados Cardozo Coral & Asociados con los que he desarrollado una dinámica de apoyo a empresarios venezolanos.
Dijo a Elestímulo.com que el colombiano “es un mercado bastante interesante que hay que aprender a conocer y a tratar. Me he sentido bastante bien y muy agradecida del espacio que nos han abierto en este país a los venezolanos”.
Vivas señala que busca internacionalizarse como profesional. “He aprovechado las oportunidades que se nos ofrecen para el crecimiento tanto profesional como personal”.
Las desventajas las palpa en el plano emocional. “Estar lejos de tus seres queridos es duro y siempre serás una visita en el país donde estés porque tus raíces están en otra parte”.
“Quiero volver a un país mejor que el que conocí, donde todos podamos tener la oportunidad de participar en su reconstrucción”, señaló.
No dudó en asegurar que invertiría en Venezuela. “Apuesto por un cambio en mi país que se enfoque en su reconstrucción y los valores de su gente”.
Raúl Alfonso Camacho, empresario. Este yaracuyano es un emprendedor por naturaleza. A los 19 años funda una agencia de viajes en la sala de su casa. Mientras estudiaba turismo en el núcleo Vargas de la Universidad Simón Bolívar, su madre lo apoyaba en la empresa “Viajes Brújula”. Al graduarse consolida su negocio y comenzó a asistir a los seminarios de promoción de inversiones en Colombia.
“En ese contexto, hace nueve años, conozco a Humberto Rodríguez, asesor de turismo de Proexport, ahora Procolombia, una agencia de promoción de inversiones. Hubo una rueda de negocios en Bogotá que incluía una visita al eje cafetero de Colombia. Allí comenzó mi intercambio comercial con ese país y junto a un socio colombiano fundé Living Group, en la ciudad de Pereira, departamento de Risaralda, que es una corporación de empresas que presta servicios en el sector viajes y turismo en el paisaje cultural cafetero”.
La empresa administra un hotel boutique, “tenemos servicios de transportación, turismo receptivo, agencia de viajes virtual y de guías en varios idiomas. Además de esto, trabajo como coach organizacional y como conferencista para varias empresas colombianas, peruanas, mexicanas y panameñas. Este crecimiento me ha arraigado en Colombia, aún cuando sigo atendiendo mi empresa en Venezuela. Viajo con frecuencia a mi país”.
Camacho recomienda a los potenciales emigrantes “salir del país con los visados correctos para trabajar o estudiar. De esta manera se adquieren derechos que permiten tener una vida tranquila en el país donde te vayas a instalar”.
Pese a la crítica situación económica de Venezuela, seguirá invirtiendo en su país. “Quiero desarrollar proyectos más grandes, incluso con el apoyo de inversionistas extranjeros, cuando haya garantía de sustentabilidad de inversiones. Venezuela es un país con un excelente nivel de consumo, en comparación con otros países de la región, hecho que es muy apetecido por las empresas trasnacionales”.
Emigrar no es sencillo. “No es fácil, es desprenderse de costumbres, de creencias. Tenemos que dejar las puertas abiertas en Venezuela, es el país donde nacimos y al que debemos mucho”.
