Opinión

El futbolista, la chelista y el mago

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra polimatía de esta manera: "Sabiduría que abarca conocimientos diversos". A lo largo de la historia de la humanidad, grandes personajes han encarnado ese concepto: Aristóteles, Leonardo da Vinci y René Descartes figuran entre ellos. También destaca en esa lista Benjamín Franklin, cuyo rostro está impreso en esos billetes de 100 dólares que abundan en Suiza.

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La revolución chavista también es sinónimo de polimatía. A sus integrantes, nada humano les es ajeno. Hombres y mujeres del renacimiento endógeno, que todos los días maravillan a las masas con sus habilidades y destrezas.

El primero en sorprender la semana pasada fue Tareck El Aissami. Resulta que El Aissami no solo tiene la capacidad para gobernar el estado Aragua, sino que ahora se ha convertido en el último fichaje del Aragua Fútbol Club.

Aunque sus detractores consideran que durante su gestión al frente de Relaciones Interiores no dio pie con bola, el mandatario regional asegura ostentar las condiciones para incursionar en el fútbol profesional. Desde un lugar desconocido, Rafael Isea lamentó no poseer las mismas virtudes deportivas de su sucesor, que primero le metió una zancadilla y luego le mostró la tarjeta roja rojita para sacarlo de juego.

Después, llegó el turno de Tibisay Lucena. En esta carrera de superdotados, la rectora se metió por la baranda y dejó boquiabierto a más de uno con su participación estelar como chelista en la celebración de los 40 años del Sistema Nacional de Orquestas. Con una intérprete del violonchelo en el CNE, ya se entiende porqué la oposición toca contrabajo mientras el Gobierno viola la Constitución. En todo caso, siempre que la revolución tome la batuta, el árbitro responderá con un Sí mayor, dejando en claro que las denuncias de ventajismo no le dan nota.

La revolución siempre ha sido polifacética. Para ejemplo el caso de Aponte Aponte, militar, magistrado y apreciado cantante en el Norte. Sin embargo, ahora que ya cuentan con un futbolista, una músico y hasta un poeta en la Defensoría del Pueblo, sería prudente identificar al mago que desapareció los 20 mil millones de dólares de Cadivi.

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