Política

Andrés Villavicencio: de testigo de mesa, a exiliado

Desde Madrid, el abogado Andrés Villavicencio cuenta sobre el acoso y el riesgo solo por haber sido testigo de mesa en Punto Fijo, estado Falcón: le anularon el pasaporte y se fue "por los caminos verdes"

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andrés villavicencio

Andrés Villavicencio –abogado, 30 años- fue uno de los tantos testigos de las mesas electorales que, con las actas en la mano, leyó en voz alta los resultados a las puertas de su centro de votación la noche del 28 de julio: Edmundo González arrasaba.

Luego de aquella jornada fue objeto de acoso junto a su familia por cuerpos de seguridad sin identificación. De inmediato tuvo que claro que corría el riesgo de terminar detenido.

A partir de ese día –entendió-, la vida como la conocía había terminado. Con el pasaporte anulado huyó solo con una mochila por los “caminos verdes” para irse a un exilio incierto. Hablamos con él desde Madrid.

Dos semanas después de aquella lectura de los resultados electorales de su mesa logró llegar a España. Al momento de contactarlo, estaba en plena búsqueda de una habitación, luego de pasar unos días en un pequeño departamento donde fue recibido por amigos venezolanos con historias parecidas.

Su historia ligada a los procesos electorales no comenzó con la del 28 de julio. Villavicencio ha sido testigo en ocho elecciones y además es activista político: es el vicepresidente de Primero Justicia en el Municipio Carirubana, estado Falcón. Para este proceso, recibió una llamada del comando de María Corina Machado en Punto Fijo: “Acepté y les dije que contaran conmigo”.

-¿Cómo fueron los detalles de la instalación de la mesa de tu centro el día viernes 26 de julio, previo a la elección del domingo 28?

-Lo que hicimos en el equipo de la Unidad, como una especie de ensayo, fue llegar a las 4 de la mañana ese viernes 26 para la instalación de las mesas. Había ya una irregularidad y es que esa semana los testigos del oficialista Partido Socialista Unido (PSUV) habían recibido sus credenciales antes que nosotros, lo que les permitió ingresar al centro electoral con antelación. Se las entregaron desde el lunes anterior. A los demás, es decir a los opositores, nos las entregaron el jueves en la noche y solo a la mitad de los testigos. A la otra mitad se las entregaron el día sábado por la noche, apenas unas horas antes de que comenzara la jornada electoral. El objetivo era hacer más difícil la composición de las mesas.

Afortunadamente, en nuestra mesa no hubo irregularidades porque en todo momento tuvimos la presencia de un testigo. El domingo 28, decidimos llegar más temprano. Estuvimos a las puertas del centro desde las 3 de la madrugada y para nuestra sorpresa ya había electores en cola. Muchos estuvieron allí desde la medianoche.

A las 6 de la mañana se abrió el centro como correspondía y se cerró a las 6 pm, de acuerdo al reglamento. Debo reconocer que las relaciones con los testigos del oficialismo PSUV hasta esa hora habían sido cordiales. Luego de las 6 pm, cuando se procedió a cerrar el centro de votación ocurrió una cosa que como testigo jamás había visto antes: la negativa, por parte de la coordinadora del CNE, de entregar las copias de las actas de las máquinas. Eso jamás había ocurrido.

Habían tres mesas y suele ocurrir que el escrutinio se hace en una de ellas por sorteo. La seleccionada fue la mesa número 2. Se abrió la urna, se contó papelito por papelito, que son los que deposita el elector en la urna y se coteja con el resultado de las actas que emite la máquina. La coordinadora del CNE del centro nos dijo que “iban a entregar el acta a los testigos presentes solo de la mesa número 2”. De las mesas 1 y 3 no se iba a dar copia de las actas a los testigos y estaba prohibido fotografiarlas.

Inmediatamente, procedí argumentar que el artículo 337 del reglamento de la Ley Orgánica de Procesos Electorales establece que todos los testigos tienen derecho a exigir una copia certificada del acta que emite cada máquina al finalizar el proceso electoral, no solo de la que se hace el escrutinio comparativo con las papeletas de votación. Ella se negó. Alegó que en una reunión que tuvo el día anterior ordenaron que se entregaran solo las actas del escrutinio. Le respondí: ¿Por encima de la Ley? Hubo un silencio incómodo, seguimos discutiendo hasta que comenzó una presión ciudadana en las afueras del centro electoral donde había más de 100 vecinos esperando los resultados.

Los vecinos hicieron uso de un derecho que se conoce como la auditoría ciudadana electoral, que permite estar presente en tu centro al momento del conteo de votos. La presión de la gente obligó a la coordinadora del CNE a entregar las actas de las otras dos máquinas que todos pudimos tener en resguardo.

-¿El resultado de la totalidad de las mesas fue reconocido hasta ese momento?

-Horas después entendí por qué no querían entregar las actas restantes. Tuvimos el resultado que yo leí con la sumatoria de las tres máquinas: Nicolás Maduro 195 votos y Edmundo González 1.046 votos. 81% versus 16% de Nicolás Maduro. Una paliza histórica.

-¿Por qué histórica?

-He sido testigo 8 veces en ese centro electoral y ahí nunca ganó el candidato opositor. Este centro electoral queda en un sector obrero, un sector popular de Punto Fijo en la mitad de dos barrios, uno se llama Antiguo Aeropuerto y el otro Caja de Agua. En el año 2012, en la elección en la que se enfrentaron Hugo Chávez y Henrique Capriles, Chávez ganó en ese centro electoral. Que en un barrio humilde, Edmundo lograse un resultado de 81% a su favor te da una prueba muy tangible del deslave absoluto que hubo en la base electoral del chavismo.

Luego de que nos entregaran todas las actas salí esa noche a las puertas del centro a leer el resultado y los vecinos celebraron con gritos de alegría. Esperamos unos minutos más para que algunos testigos nuestros que seguían dentro del centro terminaran procesos de protocolo, de firmas de algunos documentos reglamentarios del proceso, igual que el presidente y secretario del centro. Aguardamos que salieran nuestros testigos para trasladarlos a sus casas y así lo hicimos con cada uno.

-¿Conocieron ustedes de casos parecidos en otros centros electorales?

-Historias como estas ocurrieron en casi todos los centros electorales. De acuerdo a lo que compartimos con testigos de todo el país, la presión ciudadana fue clave para que fuesen entregadas las copias de las actas tal como lo exige la ley electoral. De no ser por eso, no las hubieran entregado. Allí están los miles de videos de miembros de mesa leyendo los resultados frente a cientos de vecinos que aplauden. Y lo relevante es que nadie ha visto un solo video de un testigo del PSUV leyendo un resultado donde gana Maduro frente a vecinos chavistas que aplaudieran y celebraran el resultado. Al revés, hay miles donde Edmundo ganó.

-¿Mientras contaban las papeletas que daban tanta ventaja a González, cómo reaccionaban los testigos chavistas-maduristas y los coordinadores oficialistas?

-Expresaban una actitud de derrotados completamente. Cabizbajos, con cara de funeral. No hablaban, no decía nada, se miraban entre ellos, bajaban la mirada, agarraban el acta que les tocaba como con rabia. No hubo una actitud violenta. Fue de derrota.

El fraude de Elvis Amoroso y el alto chavismo leyendo unos números irreales es un fraude hecho a las espaldas de los testigos chavistas. El testigo chavista se fue del centro electoral a su casa sabiendo que habían perdido y se habrán sorprendido al ver a Amoroso en la televisión diciendo que Maduro había ganado. La actitud de los testigos chavistas era de derrota, no se percibía algún síntoma que indicara que hubiese algún plan previo de fraude. Eran las mismas caras del año 2015 cuando perdieron la Asamblea Nacional pero con la derrota más marcada.

-¿Cómo fue esa primera noche?

-Después de los conteos, los testigos opositores en todo el país nos comunicamos para conocer cómo habían estado sus centros electorales. En el municipio Carirubana desde el año 2000 siempre ha ganado un chavista. En la elección del 28 de julio el chavismo perdió en todos los centros electorales. El sector más chavista de todos históricamente hablando es un barrio muy humilde donde hay mucho control social y dependencia del Estado que se llama Barrio Los Rosales. Allí Edmundo obtuvo 65% de la votación.

Yo llegué a mi casa con las copias de las actas las cuales consigné en el comando a las 10 de la mañana del día siguiente. Aclaro que se trata de copias de las actas que son las que emite la máquina al finalizar la votación. Cada testigo chavista y opositores recibieron copias de las mismas actas.

-¿Cómo fue el hostigamiento que padeciste?

-El lunes 29 de julio ocurrió el primer caso de hostigamiento en mi hogar. Llegaron en un auto marca Aveo, verde, sin placas, dos hombres con tapabocas, uno con capucha y otro con gorra. Tocaron la puerta y preguntaron si allí vivía Andrés Villavicencio. Dijeron que eran trabajadores de la empresa que presta servicios de internet, y que necesitaban ingresar para arreglar una avería que habían reportado, lo cual era falso. Les negué la entrada, jamás se identificaron, así que hice la denuncia desde mi cuenta de Twitter (X).

A la semana siguiente, sábado 10 de agosto, un sujeto se estacionó frente a mi casa en una camioneta Hilux dorada, que de inmediato grabé con mi teléfono y pude ver la placa. El hombre estuvo allí 4 horas, algunas veces se bajaba, tomaba fotos, grababa, se volvía a montar, encendía la camioneta, volvía a apagarla.

A una persona que conozco le envié el video con lo de la camioneta y lo que ocurría frente a mi casa. Esa persona investigó y me informó que corría peligro, tenían previsto detenerme y me llevarían al Helicoide. Me recomendó que si podía irme lo hiciera de inmediato.

En previsión, por un alerta que circulaba sobre los la anulación de pasaportes, ingresé a la página y en efecto, mi pasaporte aparecía anulado a pesar de que su fecha de caducidad es en el año 2031. Claramente es una anulación arbitraria, una medida que enviaba el mensaje de que ya no podría salir del país. Se me cerraba el cerco.

Fue doloroso, pero improvisé unas maletas en menos de media hora. Hablé con mi familia, me despedí de la manera más abrupta que uno se puede imaginar.

Desconecté el chip del teléfono para que no me localizaran y me fui por los “caminos verdes”, de los que prefiero no dar detalle. Una vez fuera de Venezuela compré un boleto a Madrid. La anulación del pasaporte no me afectó porque eso solamente tiene efecto en Venezuela para entrar o salir. Fuera del país el pasaporte sigue teniendo vigencia hasta su fecha de vencimiento. Por eso no tuve ningún problema en el aeropuerto.

Desde que hice pública estas amenazas muchos amigos –y es algo que voy a agradecer toda mi vida- se pusieron en contacto conmigo y me pusieron a la orden sus casas para resguardarme.

Era el Helicoide, estar en las mazmorras del régimen o irme y decidí marcharme. Yo siento que lo poco que puedo hacer desde el exterior por la libertad de Venezuela es infinitamente más que la nada que haría si estuviera preso. Y ese fue el motivo por el que me fui.

Tengo la certeza de que vamos a salir de esta situación. El régimen nos obligó a tener que irnos de una manera injusta. Sé que esto va a ser insostenible. Tarde o temprano estaremos reconstruyendo el país y lograremos una Venezuela en libertad.

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