Laboral

Trabajadores de Ford esperan desde hace un año firma del contrato colectivo

Los directivos del sindicato de trabajadores de la empresa automotriz Ford Motors de Venezuela expresaron su preocupación porque el contrato colectivo cumplió un año vencido, el pasado 10 de octubre, y aún no han acordado una nueva convención que los ampare.

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FOTOGRAFÍA: Alan Diaz | AP

Eliécer Cohén, secretario general del gremio que los agrupa, señaló que el 30 de noviembre de 2016 introdujeron ante la Inspectoría del Trabajo de Valencia el anteproyecto de la convención pero hasta la fecha no han tenido respuestas.

“Le solicitamos y exigimos al ministro de Trabajo, Néstor Ovalles, que gire las instrucciones necesarias porque ya tenemos un año de vencido el contrato colectivo. Sabemos la situación del país en estos momentos que estamos atravesando por una coyuntura estructural de fondo, en consecuencia hemos tenido avances en cuanto a reivindicaciones laborales pero no son suficientes porque las cifras inflacionarias carcomen los salarios”, resaltó Cohén.

Agregó que esperan entonces por el llamado de la Inspectoría para sentarse las partes involucradas.

Lo que sucede en la planta

La mayoría de los empleados de la planta de Ford Motors de Venezuela, ubicada en la zona industrial de Valencia, llevan casi 11 meses en sus hogares.

“Más de 850 trabajadores se encuentran en sus casas de manera inoperativa”, detalló Cohén.

Asimismo explicó que tienen un ensamblaje de 212 unidades con seriales del año 2018, que denominan unidades pilotos, además de un lote de 189 vehículos del año 2016 que suman en total 401 unidades.

“Técnicamente tenemos una producción nula correspondiente a la capacidad instalada a la planta de ensamblaje que es de 35.000 unidades al año, alrededor de 4000 unidades mensuales y 227 por día. La poca producción que tenemos no satisface los parámetros nacionales e internacionales de oferta y demanda”.

En ese sentido, Jonathan Lugo, secretario de Finanzas del sindicato de Ford, destacó que hasta la fecha no tienen una visión exacta de cómo será la producción en el año 2018.

“Mientras nosotros estemos en esta situación, donde no hay una metodología clara del aparato productivo en el que definitivamente se active al sector automotriz, vamos a tener una gran incertidumbre con respecto a lo que va a ser la discusión de contrato, porque ambos van de la mano. No podemos separar eso porque si no hay producción no hay beneficios”.

Las características del proyecto de contrato

Lugo expresó que la innovación que posee este proyecto de contrato que introdujeron en la Inspectoría de Trabajo en Valencia, es que hay una cláusula que adaptaron al sistema inflacionario del país.

Indicó que anteriormente discutían simplemente un monto, pero esas cifras al cabo de unos meses quedaban desfasadas de la realidad inflacionaria venezolana.

“Lo que hicimos es que todas las cláusulas del área monetaria pasan por el filtro de la inflación. No hablamos de montos fijos, sino de montos que vayan evolucionando y se adapten a la realidad para que lo que se discuta y apruebe no se desvanezca en tres o seis meses”.

Otra de las cláusulas innovadoras es la que se refiere a la retroactividad. “El tiempo que transcurre para empezar a discutir un contrato, los trabajadores no tienen garantía de que ese tiempo vaya a ser retribuido o remunerado con retroactividad”, dijo Lugo.

Ford Motors de Venezuela fue la primera automotriz en Venezuela en asumir, gracias a la aprobación del gobierno nacional, el mecanismo dual de venta de vehículos en bolívares y dólares.

Los interesados en adquirir un carro de esta marca debían cancelar un monto en divisas extranjeras al concesionario que se encargaba de traer las partes -llamadas CKD- y así armar el vehículo en la planta de Valencia. Luego de ensamblado, volvía al concesionario para entregarlo al comprador que pagaba otro monto en bolívares.

Los trabajadores coincidieron que entre 2015 y comienzos de 2016, el mecanismo logró mantener a los empleados con ciertas labores en la fábrica. Ahora consideran que el modelo se ha hecho insuficiente porque dependen de la inversión de los dueños de concesionarios y ante la sequía de dólares y el ascenso del mismo en el mercado paralelo, se vuelve muy cuesta arriba concretar la negociación.

“Nosotros queremos y estamos dispuestos a producir, estamos abiertos a cualquier planteamiento del Estado y de la empresa, siempre y cuando vaya en beneficio de los trabajadores, pero es que no tenemos ninguna propuesta de las partes para solventar esta situación”, manifestó Jonathan Lugo quien no negó que hay preocupación entre la masa laboral porque tienen fresco lo que sucedió con la ensambladora General Motors, ubicada muy cerca de Ford en Valencia, que decidió irse del país y sus empleados quedaron cesantes, de la noche a la mañana.

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