Banco Activo, el más grande entre los bancos pequeños en el mercado financiero venezolano, acaba de remozar su imagen gráfica y sus lemas, en el inicio de una nueva estrategia con la que busca proyectarse como una institución personalizada, amigable, moderna, a tono con la era digital y cercana a emprendedores y micro empresarios en una Venezuela que ha cambiado mucho.
En un país donde la banca en general se ha reducido a su mínima expresión y las instituciones viven básicamente de comisiones por transacciones de pagos comerciales, pues la intermediación financiera está seriamente limitada por la escasez del crédito, Banco Activo parece dispuesto a aprovechar las circunstancias para concentrase en un segmento de clientes al detal, personas naturales, empresas micro, pequeñas y medianas, así como en el impulso al emprendimiento.
Estos lineamientos fueron expuestos este miércoles 19 de julio en un encuentro con la prensa de sus principales ejecutivos, Alejandro Montenegro Díaz, presidente del Junta Directiva; Alberto De Armas Basterrechea, presidente ejecutivo del banco, y Tahis Izquierdo, vice presidente de Negocios.
«No solo es un cambio de imagen sino de opciones, facilidades y herramientas que el banco pone en a disposición de sus clientes», señala Izquierdo tras describir el catálogo de soluciones financieras que ofrecen a los clientes.
¿Cuáles son esas opciones y qué ofrece Banco Activo a un mercado sediento y necesitado de créditos?
«Nuestra oferta y principal valor agregado es que escuchamos a la gente, a nuestros clientes y somos un banco que ofrece soluciones de acuerdo a las necesidades, entendiendo esas necesidades, el entorno y la demanda que hoy exigen», puntualiza Izquierdo.
Esta oferta incluye «canales alternativos» para que el cliente pueda movilizar sus fondos a través de soluciones no presenciales, sino digitales, y no solo en moneda nacional sino en moneda extranjera».
El barco insignia de esta estrategia es su tarjeta de pagos Cash Internacional, lanzada hace poco tiempo y que puede ser utilizada en el mercado local y en el exterior del país, para compras a través de puntos de venta y operaciones en línea, como esas compras en Amazon, pagos de suscripciones de servicios como Netflix, y para retiros de efectivo en cajeros electrónicos en el exterior.
«La Tarjeta Cash Internacional es un instrumento financiero dirigido a personas naturales, a través de la cual, los clientes podrán realizar la movilización de fondos de su cuenta en Moneda Extranjera (Cash $), mediante recargas a la Tarjeta, a través de Activo en Línea», explica el banco.
- Auto-gestionable por el cliente, a través del portal Activo en Línea.
- Consumos en Punto de Venta a nivel nacional e internacional.
- Retiro de efectivo en cajeros automáticos en el extranjero.
- Pagar suscripciones online (Netflix, Disney Plus, HBOmax, Paypal, entre otros.)
- Comodidad y seguridad; al no manejar efectivo en sus compras.
- Adquisición de bienes y/o servicios con el monto exacto, evitando el redondeo que origina un pago
en efectivo. - Control de gastos ya que el disponible dependerá del monto recargado.
- No existen montos mínimos para la recarga.
- El monto máximo de la recarga es de 500$.
- Se cobra 10$ de comisión por emisión de la tarjeta.
- Se cobrara el 1,2% de comisión sobre el monto de la recarga.
- La tasa referencial de las operaciones de acuerdo al BCV.
Los ejecutivos de Banco Activo enfatizan la modernidad y practicidad en estas operaciones, en un mundo globalizado y cada vez más orientado a lo digital.
Al momento de hacerse cliente y abrir una cuenta tanto en moneda nacional como en moneda extranjera, la persona interesada puede solicitar esta tarjeta en cualquier agencia y a través de Activo en Línea, su portal en Internet. La promesa es que el plástico llega en 24 horas a la dirección especificada.
Esa tarjeta también se recarga a través de Activo En Línea. El cliente deposita en efectivo las divisas en una agencia en la cuenta Cash, previamente abierta al momento de vincularse con el banco, y que también se recarga a través de internet, en función de cuando la vas a utilizar, explica Izquierdo.
Para utilizarla hay limites de consumo diario, a nivel mundial, de $1.000 y de $3.000 para banca en línea, y de $500 para retiros en efectivo.
Puede ser utilizada para domiciliar pagos, pólizas y membresías.
Debido a regulaciones venezolanas de la Superintendencia de Bancos, Sudeban, todavía no es posible recibir depósitos desde el exterior a cuentas radicadas en Venezuela. Esto sería muy útil considerando el creciente mercado de las remesas de venezolanos desde toda América y Europa.
«Es un producto bastante completo. Hoy en día cuesta mucho solicitar una tarjeta en el exterior, mientras viene una nueva generación de personas viajando y que necesitan medios para poder hacer sus pagos», coincide De Armas.
El banco, insiste, ha sido pionero en ofrecer productos en moneda extranjera y ha introducido una gama de posibilidades para acceder a mecanismos cambiarios, adquirir divisas e instrumentos de pago a nivel nacional como en el exterior.
«Adicionalmente estamos orientados en una búsqueda permanente de innovación tecnológica para ofrecer a nuestros clientes y poder incorporar y captar clientes que requieren y demandan servicios accesibles rápidos y seguros, que les permita poder avanzar en sus proyectos personales y emprendimientos. Hemos atendido y desarrollado programas para emprendedores y microempresarios en apoyo de la actividad comercial y productiva en el país», apunta Izquierdo.
«El banco va a seguir manteniendo sus esquemas de atención de banca tradicional, la atención personalizada continúa siendo un atributo de valor importante», apunta Izquierdo.
Alberto De Armas ilustra todo este proceso como un eclipse de la banca tradicional por parte de la banca digital, de donde emerge un nuevo orden de transformación y cambio.
«La realidad es que ese cambio arrancó y no lo puedes parar», dice por su parte Montenegro al destacar que es cierto y parece incongruente que los servicios digitales en el país van muy lentos.
«Pero el banco no puede quedarse esperando que eso mejore para iniciar su cambio. Tenemos una mezcla entre lo tradicional y lo digital, seguimos teniendo cercanía con los clientes, es nuestro valor diferencial para que nuestros productos tengan mayor atractivo, tenemos presencia regional y de alguna manera nos estamos apalancando con estos servicios», agrega Montenegro.
Ese proceso de transformación ya viene desde hace dos años, cuando tenían 55 agencias y hoy tienen 28, con un modelo de negocio de presencia local con una sede pero con mucho más soporte tecnológico.
«La experiencia latinoamericana dice que no podemos descuidar el cambio, y tratar de trabajar de una manera dual entre lo digital y lo tradicional, los servicios en general en el país en la medida en que todos vayamos a esa ruta deben deben ir mejorando estabilizándose, pero no nos podemos quedar fuera de ese mercado», señala Montenegro.
Ciertas condiciones aplican
Más allá de Banco Activo o de cualquier otra institución del mercado, la realidad del país condiciona las posibilidades que ofrecen los bancos y las oportunidades de los clientes.
En Venezuela el mercado de crédito es muy bajo, apenas se acercó a los 890 millones de dólares al cierre de marzo de 2023, muy pero muy lejos de aquellos umbrales de $32.000 millones de hace unos 10 años, cuando hubo el último boom petrolero y antes de que el país entrara en caída libre por el derrumbe de la producción de petróleo.
Hoy los bancos viven más de comisiones por transacciones financieras en pagos digitales que de la intermediación financiera (la cual es su razón de ser).
El encaje legal, que obliga a inmovilizar en el BCV ahora el 75% de los depósitos del público, actúa como una camisa de fuerza que impide la expansión del crédito y la multiplicación del dinero disponible para financiar la economía productiva.
Uno de los pilares de Banco Activo es la intermediación financiera, que ha crecido a un ritmo muy lento, señala De Armas al hablar de las campañas exitosas en las que se han concentrado en el área de microcréditos para emprendedores que necesitan capital de trabajo para ampliación o compra de insumos. El banco se concentra en personas naturales y pequeños comercios, que demandan mucho crédito y necesitan ser atendidos.
Las soñadas tarjetas de crédito con las que los venezolanos financiaban sus viajes internacionales y grandes o pequeñas compras, quedaron atrás, arrastradas por la hiperinflación y las constantes devaluaciones, destacan otros analistas.
Hoy los bancos están limitados en la posibilidad de ampliar los límites a sus clientes porque las tarjetas no están indexadas a las variaciones cambiarias. Entonces un crédito por tarjeta a 36 meses cuando es pagado ya no vale ni de lejos lo mismo si se lleva a dólar.
Algunos bancos han lanzado tarjetas indexadas a dólares, pero aquí el problema es para el cliente: muy pocos tiene capacidad de ingresos para aparejarse con el ritmo de la devaluación del bolívar y pagar sus consumos a tiempo y en los montos correctos, por lo que este crédito puede ser un problema en vez de una solución para una persona desprevenida.