Los huevos son una de las proteínas con la que los venezolanos solían resolver la imposibilidad de comprar con frecuencia carne de res por los altos precios. Pero este año los huevos han registrado también el efecto de la inflación hasta el punto de colocarse en Bs 42.000 el sábado 30 de septiembre.
El salario diario de un trabajador cuyo ingreso sea el sueldo integral (con bono alimentación) es de Bs 10.851, con una inflación mensual cercana a 40%.
De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros, la canasta alimentaria del mes agosto se ubicó en 2.012.556,55 bolívares para una familia de cinco miembros.
Durante el recorrido semanal de El Estímulo para monitorear los precios, el kilo de carne también mostró nuevos números. La carne molida, la que mayormente compran los consumidores de menores recursos porque rinde más, cuesta Bs 34.000; los cortes de pulpa negra, ganzo y chocozuela se vende en Bs 36.000 por kilo; el muchacho redondo en Bs 38.000 y el largarto en Bs 34.000.
«Comer carne es un lujo», dijo Régulo Rojas, quien trabaja por su cuenta como albañil.
El último sábado de septiembre los consumidores buscaban hacer sus compras de quincena. Pero el sueldo que acababan de cobrar no les alcanzaba para todo. Así, muchos se quejaron de que cada vez compran menos.
El kilo de pollo ya va por Bs 25.000 y uno entero pesa cerca de tres kilos, señala Ana Linares, maestra jubilada. Esto es un incremento de Bs 5.000 en una semana.
El azúcar, la pasta, el arroz y la harina de maíz desaparecieron de las despensas en los locales del mercado, mientras que el queso blanco lo ofrecían en Bs 38.000 el kilo.Los clientes que visitan las instalaciones del supermercado Unicasa de la avenida San Martín, observan el mismo cuadro cada semana. Los fines de semana no consiguen productos con precios regulados y en la semana son los revendedores quienes aprovechan cuando los camiones llegan al supermercado.
En una ocasión vendieron un kilo de harina de maíz por persona, otro día dos paquetes de toallas sanitarias y dos aceites pequeños.
Las cantidades son pocas y cada vez es mayor el tiempo en que vuelven a ofrecer los bienes regulados.