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Fuera de Caracas burbuja de la economía se desinfla antes de empezar - Testimonios

Más allá de las proyecciones macro, la realidad de la economía en Venezuela es un drama que sienten en el pellejo millones de venezolanos, en unas regiones se padece más que en otras.

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Economía de Venezuela

La mayoría de los economistas que atienden el caso de Venezuela coinciden en que en el segundo semestre de 2022 hubo un fuerte frenazo en la incipiente recuperación económica vislumbrada desde mediados de 2021. Los mejores pronósticos para este 2023 que ya transita la mitad de su primer trimestre, indican que las cosas no pintan tan bien como esperaban algunos. Especialmente en las regiones.

Para todo este año se proyecta un repunte de la inflación -con riesgo claro del regreso de la hiperinflación- y un crecimiento mucho más moderado de la economía.

Esto, en un contexto mundial que se ha vuelto más hostil, especialmente para las economías con elevada dependencia del exterior, como es la de Venezuela.

Mientras pasan los años, para el ciudadano común es preocupante esta realidad económica, que le afecta aunque cuente o no con una carrera universitaria. Los más golpeados son los que viven de un salario en alguna institución pública, los que tienen más de un hijo, y los pensionados y jubilados en su día a día.

Puede que no exista mayor diferencia en la situación económica  de personas que residen en zonas rurales, céntricas y grandes urbanizaciones de las diversas regiones del país. Todos en algún momento de su semana se han hecho la pregunta que no puede callar: ¿cómo resolver el sustento del día siguiente?

Durante los últimos meses, y mientras naufragaba la frase «Venezuela se arregló», que de alguna manera ilustraba esa burbuja, mucho se comentaba acerca de «los que viven bien» en algunas ciudades, principalmente Caracas.

La privilegiada capital y su gran zona metropolitana concentra el 40% del Producto Interno Bruto (PIB, suma toda de riqueza en forma de bienes y servicios a valor de mercado que genera un país), según cifras de la encuesta Encovi. En los últimos años ha sufrido menos los apagones, la escasez de gasolina, el desabastecimiento general tan comunes en el resto del país.

Hasta el racionamiento de agua es menos duro en Caracas.

En este contexto la constante migración sigue siendo un asunto de mucha importancia para Venezuela. Según los datos del Banco Mundial, el número de habitantes de Venezuela se estima en 28,1 millones y el país ha venido perdiendo población de manera sostenida desde 2018 (un 8% menos hasta 2021).

Mientras, ya llega a 7,131 millones el número de personas dejaron el país desde el año 2015 y hoy están repartidos por el mundo en calidad de migrantes y refugiados, de acuerdo a datos de R4V, la plataforma de varias agencias internacionales como encabezadas por ACNUR que coordina la atención humanitaria a la diáspora venezolana.

Venezuela más allá de Caracas

En medio de este cuadro general, ¿cómo es la situación económica y cómo hacen para resolver su día las personas de estados venezolanos tan distantes como Barinas, Guárico, Táchira, Miranda, Carabobo y Lara?.

Una de las referencias estadísticas fundamentales en Venezuela es la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello, cuya última edición fue levantada en campo entre julio y agosto del año 2022, entre 2.300 hogares a escala nacional.

Este estudio destaca que por primera vez en siete años, desde 2014, se redujo la pobreza en el país. Esta vez el 47% de los hogares no son pobres, lo que supone una reducción de casi 15 puntos porcentuales respecto al 2021.

Esa notable reducción, concluye Encovi, es producto de las mejoras en el ingreso y en el empleo, puesto que la pobreza comienza a tener más que ver con factores sociales y de infraestructura (vivienda, educación y servicios), que de ingresos.

Pero la fuerte desigualdad es una constante:

«En los hogares no pobres el nivel de actividad es de 71%, mientras que los de pobreza extrema es solo de 45%. Para que un hogar no sea pobre de ingresos necesita que al menos dos de tres de sus miembros trabajen».

Venezuela está en el continente más desigual del Mundo y, para 2022, fue considerado el país más desigual de América, con un nivel de inequidad comparable con los de Namibia, Mozambique y Angola.

Según Encovi, la composición de la población inactiva, se encuentra clasificada así: Hogares 52,2 %, Jubilados 9,6 %, estudiantes 19,3%, discapacitados 7,5 % y en otra situación 11,4 %.

Venezuela todavía resalta con la economía más inflacionaria del mundo. Los precios subieron 230% en 2022, según cifras del gobierno, expuestas en enero por Delcy Rodríguez ante empresarios de Turquía que visitaron Venezuela en busca de negocios, poco antes del terremoto en ese país aliado de Maduro.

Para el cierre de este 2023, economistas como Leonardo Buniak estiman un 300%.

Buniak agrega que mantiene los pronósticos de crecimiento económico para este año, quizás no en la magnitud que se visualizaba años anteriores. Por lo tanto la volatilidad va a ser un factor muy importante.

Máximo Blanco, economista del estado Guárico, con master en Economía Agrícola, en Oklahoma State University y profesor Universitario, observa que “Maduro lleva ya diez años todos los meses de enero expresando lo mismo, un discurso repetitivo: «este año arrancan los motores», este es el año “de la reactivación económica”.

«Este 2023 va a ser igual al 2022, ya hasta la fecha no hay anuncio de incremento de salario a pesar de la presión que los ciudadanos están haciendo en las calles. Continuará con el encaje legal alto para que no haya crédito bancario, ofertando las divisas en el mercado cambiario, pero estas son medidas no sostenibles, que no apunan a resolver el problema, porque va a continuar la devaluación”, señala Blanco.

En casi todos los estados del país manifestantes han salido a protestar pidiendo aumentos de salarios, mientras el gobierno no tiene respuestas.

Sobre el tema del salario en Venezuela, el economista Francisco Ibarra en su cuenta de Twitter, escribió “Mientras que el Gobierno pueda seguir cerrando su brecha fiscal con el Ministerio de Asuntos Monetarios, no habrá salario que este seguro. No hay fórmulas mágicas para recuperar los salarios. La cuesta es larga y empinada, pero se podría comenzar a transitar. El primer paso: dolarización total de la economía”.

Testimonios de un calvario que no termina

“No es fácil, hoy nos ha tocado vivir una situación país bastante fuerte, en vista de la inflación y de todos los factores de la economía como la devaluación, hacen que nuestros ingresos vayan en detrimento. Representamos una estructura de costo muy alta, lo que nos lleva a la descapitalización, por lo tanto, no hemos podido hacer como antes, que fomentábamos un plan de ahorro y podíamos proyectar y visionar al futuro, actualmente nuestra economía es del diario consumo, hacemos lo que hacemos y nos lo estamos consumiendo”.

Marcos Duarte, productor del estado Táchira

Rita Morales, es docente en el estado Miranda, tiene 12 años trabajando para el Ministerio de Educación: “para nadie es un secreto que el sueldo de nosotros los maestros deja mucho que desear, no cubre las expectativas, ni las necesidades, por ello trabajo en dos instituciones privadas y desde hace cinco meses todos los domingos ya tengo vendiendo sopa en la carretera nacional Cúa-San Casimiro y en un día malo con la venta, puedo ganarme 15$ y con eso la diferencia con un salario en el Ministerio es grande”.

“A pesar de que tengo emprendimiento –una óptica- en la ciudad, me he visto en la necesidad de hacer jornadas visuales en otros estados del país, ya que el volumen de venta es mucho más alto (afuera) que dentro de la misma óptica”.

Cruz Ruiz, optometrista en Guacara, estado Carabobo:

“Hasta hace unos meses con el sueldo yo invertía en mercancía y de la ganancia yo podía cubrir mejor los gastos de la casa. Como sabemos el sueldo lo absorbió la inflación y eso ha hecho que obligatoriamente nos toque enfocarnos más en el fuerte, sin abandonar lo académico”.

Daniel Sierra, docente y locutor en el estado Barinas:

“En nuestra situación país, hemos tenido que hacer magia con nuestro sueldo, en realidad no es merecedor porque estamos preparados, por ejemplo en mi caso, yo soy muy entregada en mi carrera… esta situación nos ha obligado a tener que hacer tareas dirigidas, vender productos, salir a la calle y hacer otros servicios como vendimias para poder mantener el hogar”.

Mary Carmen Sánchez, docente en el estado Guárico, madre de dos menores de edad

“Mi día a día es bastante difícil porque tengo un problema de operación en la pierna izquierda, tengo una prótesis y con lo que gano no me alcanza para sostener las medicinas y la comida. Tengo dos hijos, aquí en Venezuela vive uno, y medio sobrevivo porque ellos me ayudan”.

Lucrecia Freites, jubilada y pensionada de Barquisimeto, estado Lara.

“Acabo de llegar hace mes y medio, me encuentro fuera del país como tantos venezolanos para poder ayudar a mi familia, ya que esta situación es demasiado precaria. Haciendo un pequeño recuento de lo que me he conseguido aquí en la ciudad, podría entre tantas cosas comentar el precio de los alimentos, que es mucho más caro de lo que nosotros podemos pagar afuera”.

Raiza Ángulo, migra por temporadas y reside en Barquisimeto

“Comparando con otros años la situación nada que ver con ahora, en este tiempo ya tenía muchos pedidos, ahorita está un poco difícil porque de verdad no da para vender al precio de cómo es, la competencia ahorita todo está mucho más económico y la cosa aquí en Venezuela no está fácil. Lo que ganamos ni siquiera nos alcanza para cubrir la comida que es lo primordial, imagínese las medicinas”.

Marleny López, trabaja con manualidades y costura en Cabudare, estado Lara.

Carlos Torrealba, economista

Desde el gobierno se han anunciado muchas políticas económicas cada año, como los famosos «15 motores». ¿Han sido efectivas para el desarrollo económico de Venezuela?

«El Gobierno Nacional ha emprendido una serie de reformas económicas que se alejan en parte de lo que ha sido su política económica tradicional, reformas que se relacionan con la liberalización y la desregulación de ciertos mercados, que incluye el abandono del control cambiario, la dolarización parcial de la economía, la transferencia de activos y el estímulo de las importaciones, lo que ha permitido que la economía comience a crecer”, señala el economista Carlos Torrealba, experto en el sector inmobiliario.

“La dolarización transaccional y la liberación de precios han permitido sin duda una mejora en la actividad comercial del país, basada básicamente en las importaciones”, destacó.

Explica que el crecimiento económico que viene ocurriendo se concentra en sectores comerciales, servicios y en atención de necesidades básicas como alimentos, salud y tecnología. Los sectores vinculados con la producción industrial, la agroindustria y la agricultura con severas limitaciones para crecer, entre otras razones, porque no pueden competir con los productos importados que son más baratos.

«Ahora bien, mientras la recuperación de la economía se base más en el consumo privado que en la inversión, como ocurrió en 2022, el crecimiento será precario y poco sostenible, así la economía seguirá siendo pequeña (luego de haber perdido más de 75% de su tamaño en 8 años) y con trabas institucionales como bloqueadoras», explica.

«Para que el crecimiento económico se base en la inversión, se necesita confianza, sin ella no es posible pensar en un modelo que diversifique la actividad económica hacia los sectores productivos como la industria manufacturera, la agroindustria y la agricultura. Para ello es necesario superar el entorno hostil a las actividades productivas, eliminando los excesivos controles y regulaciones que impiden el funcionamiento racional de los mercados. Se requiere, entonces, reimplantar las libertades económicas de los venezolanos para así tener la libertad de invertir, trabajar e intercambiar bienes y servicios de manera libre y también para poder emprender un crecimiento económico creíble y sostenible en el tiempo».

¿Si tuviéramos un cambio de políticas económicas en el país, qué considera usted que se debe implementar de primera instancia para sacar adelante Venezuela?

El especialista en el área económica, ante la pregunta, dijo que

“Primero, hay que entender que para poder salir de la crisis y generar crecimiento económico sostenible debe existir la posibilidad de crear consensos en la sociedad, particularmente alrededor de definir qué Venezuela queremos construir en lo económico y en lo social y cómo podemos hacerla realidad. Por supuesto, en una sociedad tan polarizada formar consensos es una tarea con grandes dificultades, pero si no se logra un acuerdo nacional entre los actores políticos, económicos y sociales no será posible un crecimiento económico sostenible a largo plazo, que es lo que permitirá salir de la pobreza y generar riqueza”, señala.

Torrealba insiste en que no se trata solo de un tema de política económica, sino de economía política, de ver qué es factible, es decir, de ver en la parte política de esa propuesta qué es lo que nos puede encaminar como país y llevarnos a una senda de crecimiento.

Se requiere de consensos que duren 30 o 40 años, para que exista la estabilidad suficiente que genere un atractivo en el invertir dentro de Venezuela por capitales nacionales e internacionales.

Cualquier programa de estabilización macroeconómica y de desarrollo productivo que finalmente se acuerde entre el Gobierno Nacional y los otros actores de la sociedad debe contar en su primera fase con un generoso financiamiento de multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, de otros entes y/o de países para inversión en infraestructura y gasto social, con prioridad a la atención de la emergencia humanitaria.

“Mientras más financiamiento internacional se obtenga, mejor, porque debe reconstruirse los sectores eléctrico, de agua, salud, educativo y telecomunicaciones… Si no se atienden todos estos cuellos de botella la política económica que se implemente estará destinada al fracaso”, señala Torrealba.

Ante la inflación Torrealba resaltó que es probable que se sigan profundizando los desequilibrios macroeconómicos, a falta de un sistema de seguridad jurídica a la propiedad, la inexistencia de instituciones confiables de administración de justicia que permitan resolver conflictos y reducir riesgos.

Es perentorio aceptar que la superación de la crisis económica que azota al país desde 2013 demanda conciliar intereses, construir acuerdos mínimos y apostar por un futuro mejor, «lo que es imperativo para detener el desgaste económico de Venezuela y la estrepitosa caída del poder adquisitivo de la población, con el consiguiente incremento de la pobreza y de la desigualdad. Por ello es vital insistir en vías de entendimiento, con la mente centrada en iniciativas y soluciones a esta prolongada crisis, que afecta a la nación en su totalidad», señala.

Proyecciones de la economía venezolana en 2023

Torrealba coincide en que la economía venezolana pudiera crecer un 3% en este año bajo las condiciones actuales, es decir, la de una economía con sus exportaciones de petróleo bloqueadas y sin acceso al crédito internacional.

No obstante, el Producto Interno Bruto puede moverse entre 4% y 6% en presencia de un fenómeno petrolero importante, el regreso de la petrolera estadounidense Chevron y si la producción petrolera supera los 700 mil barriles actuales, según estimaciones coincidentes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

“Esperar otra realidad, como la de un crecimiento mucho mayor, supone superar el mal manejo de la macroeconomía, recuperar la confianza, lograr la eliminación de las sanciones, resolver el problema de la deuda externa y obtener financiamiento internacional, entre otras medidas importantes, las cuales pasan por un cambio en el ámbito político, que es un escenario muy poco probable a corto plazo”.

Carlos Torrealba

En Caracas, por ejemplo, el crecimiento está concentrado en municipios y urbanizaciones de clase media y media alta. En estos lugares proliferan negocios que venden productos para consumidores de altos ingresos (autos de alta gama, tiendas de lujo, restaurantes, bodegones…); mientras que en urbanizaciones populares y de clase media baja de la ciudad predomina el comercio informal y el consumo de sobrevivencia, en un país cuya población se ha empobrecido.

Por otro lado, hay estados y ciudades del país cuyas economías desde hace muchos años están deprimidas. En estos sitios se siguen arrastrando números en rojo, aseguró Torrealba.

En la leve recuperación económica del país, hay actividades que prosperan, tales como importación, comercio, salud y servicios profesionales. Otras tienen problemas para crecer, básicamente las vinculadas a la producción: manufactura, agroindustria y agricultura.

Finalmente, al no estar el Gobierno dispuesto en abandonar la política de apreciación real del bolívar, que ha convertido al dólar en la mercancía más barata, se seguirá estimulando la importación, castigando con ello al aparato productivo nacional.

“El crecimiento que viene ocurriendo no es desarrollo económico y social. No hay crecimiento del empleo productivo, ni incremento de la capacidad productiva del país. Tampoco estamos frente a políticas orientadas a promover una economía de mercado que estimule el emprendimiento y la competencia”.

Carlos Torrealba

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