Economía

¿Quema Maduro su último cartucho de la crisis eléctrica?

Llegó el plan de racionamiento eléctrico o mejor dicho, la oficialización de las interrupciones del servicio eléctrico que el gobierno impuso desde hace meses al interior del país para proteger no solo el embalse de Guri -en su nivel histórico más bajo- sino Caracas.

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La prueba más evidente está en dos tuits publicados en su cuenta por el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, un día antes de que se conociera el plan que suspendería en bloques de cuatro horas, el servicio a los habitantes del país. ¿De todo el país? No.

El Distrito Capital, por ser sede de los poderes públicos, quedaba excluido. Pero el DC es conocido por el gobierno como Caracas para denominar así al municipio Libertador, único en manos del oficialismo. Los otros cuatro, Chacao, Baruta, Sucre y El Hatillo, forman parte de la Gran Caracas, y aunque geográficamente integran al estado Miranda, incluido en el plan de 40 días, también quedaban fuera del radar de los cortes.

Nada más discriminatorio para con el resto del país, cansado de sufrir las interrupciones no anunciadas, para beneficiar a la capital de Venezuela.

Medidas impopulares pero necesarias que se debieron tomar desde principios del año pasado para optimizar la operatividad de las plantas termoeléctricas y detener el descenso del nivel de Guri por la severa sequía que experimenta el país, fueron evitadas de cara a las elecciones parlamentarias de diciembre 2015.

Por menos de los efectos que ya se sentían sobre el Sistema Interconectado Nacional el año pasado, el presidente Hugo Chávez decretó en 2010 la emergencia eléctrica que, por cierto y a pesar de los fuertes racionamientos, aún no se ha declarado.

Corrupción, la compra de equipos inadecuados para energía térmica y el abuso de la generación hidroeléctrica vienen pasando factura al SEN desde hace algunos años. Pero esto se unió al fenómeno climático de El Niño (sequía extrema) para degenerar en la peor crisis eléctrica del país.

El gobierno aún sustituye bombillos como una de las vías que ayudará a disminuir el consumo eléctrico, el mismo que incentivó con grandes importaciones de electrodomésticos chinos que no contribuían -por diseño- al ahorro energético.

Perdida la Asamblea Nacional, el panorama era otro. Los centros comerciales y hoteles se convirtieron en el blanco oficial y les impusieron un esquema de autogeneración en horas pico que fue en ascenso de 4 hasta 9 horas.

Luego vendría la exigencia a las empresas básicas de Guayana a reducir el consumo en 20%, el medio día de trabajo para los empleados de la administración pública, una Semana Santa completa no laborable y «los viernes libres» también para trabajadores del gobierno, en una especie de campaña falsa de «Salvemos a Guri».

Estas medidas se aderezan con la modificación del huso horario a partir del 1º de mayo, con lo que la hora legal de Venezuela vuelve a ser -4:00 GMT como era cuando Chávez decidió caprichosamente cambiarlo a -4:30 GMT.

Todo esto mientras el interior del país pasaba por las penurias de las deficiencias del SIN que lo llevaba a permanecer por largas horas, en algunos casos, sin electricidad para sacar 1.500 megavatios/hora y prolongar ¿la vida del embalse o la supervivencia de las autoridades en el poder?

El Plan de Administración de Carga, como llama el gobierno al racionamiento, llegó con la intención de reducir el consumo residencial que, de acuerdo a Motta Domínguez, representa 63% del total. Pero los usuarios del servicio que el gobierno se ha empeñado en subsidiar por años, de repente se están portando mal y hay que castigarlos. Aunque no a todos por igual.

El atraso en el inicio del período de lluvias le ha jugado en contra al gobierno. Cada día que pasa se compromete la operatividad de Guri, en la cota 241,70 m.s.n.m. este 25 de abril cuando arrancó el racionamiento oficial. Es decir, 30 metros (altura promedio de un edificio de 10 pisos) menos que su mejor nivel de 271 m.s.n.m.

A juzgar por los pronósticos meteorológicos, será bien entrado mayo cuando comenzarán las precipitaciones. ¿Aguantará Guri tanto tiempo sin que paren las unidades que empiezan a afectarse? Habrá que esperar.

La situación es evidente: La sequía (El Niño) no causó la crisis, la acentuó. Y la mala gestión la pagan todos los venezolanos.

¿Cree Ud que Nicolás Maduro quema su último cartucho del tema eléctrico con el racionamiento? Aún quedan las tarifas. Sería la excusa perfecta para subir el costo del servicio, absurdamente barato, y tratar que los usuarios lo utilicen menos. Pero no es la solución a la crisis.

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