Economía

Hiperinflación liquida pólizas de seguros y deja a la gente desvalida

Mientras el monto de la póliza única se fijó hace dos años en Bs 150.000, los costos de la medicina privada se han quintuplicado, lo que deja en minusvalía a los asegurados ante una emergencia.

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Salud

Herminia Santos está preocupada. En diciembre pasado, cuando su madre tuvo que ser internada de emergencia en un clínica por una pielonefritis aguda, apenas dos días bastaron para que se consumiera la póliza de seguro. “Si ahora hay que internarla el seguro se consumirá en horas”, afirma Santos, cuya historia resume la realidad de más de 70% de los venezolanos amparados por un seguro privado cuyas pólizas apenas cubren eventualidades menores, ante el fuerte incremento de los costos de los gastos médicos.

Marco Moreno, corredor de seguros de larga trayectoria, señala que según lo dispuesto en la Ley de la Actividad Aseguradora, las empresas del sector fueron obligadas a ofrecer pólizas básicas estandarizadas cuyo máximo fue establecido en 150.000 bolívares, monto que las aseguradoras tomaron como el común ofrecido a sus clientes, aunque en realidad existen más de 620 planes con coberturas que van de 20.000 a 150.000 bolívares.

A partir de ese monto, las empresas de seguros ofrecen planes de exceso y gasto mayor que van escalando en tramos variables hasta alcanzar los 12 millones de bolívares. La prima a pagar por el cliente por este beneficio varía de acuerdo con parámetros como sexo, edad e historial médico.

“El problema es que mientras los costos de la medicina han subido, el monto básico no ha sido ajustado en dos años”, señala Moreno, quien añade que incluso aseguradoras que para aquel momento ofrecían pólizas mayores fueron obligadas a bajar los montos para «beneficiar al pueblo», tesis argüida por los defensores gubernamentales de la medida.

Pero la realidad es otra y mientras el monto de la póliza única se mantiene inalterado, datos del Banco Central de Venezuela revelan que solo en 2015 la inflación en salud fue de 110%, cifra que revela que fue hasta cinco veces superior. Este  año las clínicas han hecho continuos ajustes para cubrir sus costos operacionales.

De ello puede dar fe Candelaria Oliveros. Con un seguro básico (Bs 150.000) y sin posibilidad de optar a un exceso pues la aseguradora lo niega por su edad (76), en marzo de 2015 su póliza alcanzaba a cubrir la operación de cataratas de ambos ojos que para entonces costaba Bs 68.000. Pero la falta de insumos obligó a posponer la intervención hasta noviembre, cuando operarle un solo ojo costó Bs 130.000. Un mes después, la segunda intervención por Bs 178.000 tuvo que ser sufragada por su familia pues la póliza estaba prácticamente agotada. El alza de la operación en tan solo 8 meses fue de 450%.

– Con sacrificio –

Si bien el monto de la póliza única sigue inalterable, Ángela Domínguez asegura que casi todas las grandes aseguradoras aumentaron la cobertura esencial a entre 1,7 y 2,5 millones de bolívares, tomando en cuenta los excesos. “Los costos han subido mucho y como las clínicas no quieren negociar los baremos de las patologías, los seguros han tenido que aumentar la póliza para mantener una cobertura razonable”, dice la corredora.

Y cita un ejemplo: una histerectomía que en octubre 2015 costaba Bs 260.000, en enero ya pasaba de 810.000. “Con esos aumentos no hay póliza que resista”, dice, afirmando que la revisión de los baremos (tablas de precios) sería la solución ideal.

Obviamente, el aumento de la cobertura eleva los costos de la prima. “Pero la gente prefiere pagarlo que quedarse sin seguro. En mi caso no he tenido bajas”, afirma Domínguez, quien señala que una solución que ha encontrado es aplicar un deducible alto para reducir el monto total de la prima a pagar. “Mis clientes nunca disminuyen la cobertura, más bien la aumentan”, dice.

Pero Pastor Ascanio Heres, presidente del Colegio de Productores de Seguros de la Gran Caracas, tiene una opinión distinta: “la gente está desistiendo de los seguros porque no los puede pagar”, y aunque el organismo que preside no cuenta con estadísticas al respecto, Ascanio no duda en afirmar que es una cifra “significativa”.

Ingrid Rosales es de las que ha hecho un sacrificio para atender este incremento. “El año pasado el seguro de mi mamá costó un poco más de 30.000. Este año subió a 59.000, pero lo pago porque ante la situación que hay en el país es preferible tenerla asegurada”, recordando que si por la cobertura básica fuera, los dos incidentes que ha tenido su mamá este año habrían consumido ya el monto contratado.

– Solidaria sin solidez –

Si las pólizas básicas apenas sirven para gastos ordinarios, las pólizas solidarias no cubren ni lo esencial. Nacidas por imposición del presidente Hugo Chávez como un mecanismo para proteger a adultos mayores y jubilados, desde su creación en 2012 el monto se ha mantenido inalterable: Bs 30.000.

“Es un monto irrisorio que no cubre nada. Solo por poner un ejemplo la semana pasada tuve una emergencia con una persona mayor que trabaja en casa y tenerla dos horas en una silla de ruedas, sin colocar un solo medicamento y solo sacar una placa fueron Bs 30.000. Eso ya se consumiría la póliza”, dice otra especialista del área que prefiere el anonimato.

Recuerda además que por disposición de la Superintendencia de la Actividad Aseguradora (Sudeaseg), todas las empresas del sector deben emitir un número mínimo de pólizas solidarias, mínimo que no ha crecido por la negativa de las aseguradoras a ofrecer una póliza que no cubre siquiera los costos básicos para un segmento de clientes de alto riesgo.

– Sin frenos –

Donde sí se puede ver una fuerte caída en el número de pólizas renovadas es en el ramo automotor. Crisis económica, inflación y una descomunal subida de los costos de las primas, ha hecho que entre 15% y 20% de los propietarios de vehículos optaran por no renovar.

En 2015, Antonio Matute aseguró un Renault Clio 2006 costó poco más de Bs 91.000. Este año el monto subió a Bs 345.000, un alza de 279% impulsada por el aumento de la valoración a 4,9 millones de bolívares frente a los Bs. 1,2 millones de un año atrás. Ante la imposibilidad de asumir el aumento, Matute es un potencial cliente a perder un bien irrecuperable.

“Mucha gente no puede costear el seguro porque la valoración del carro aumentó considerablemente”, dice Ascanio Heres, quien precisa que el alto costo de las reparaciones por el alza de los repuestos –en su mayoría importados a dólar libre- obliga a aumentar de manera exorbitante el valor del carro para evitar que el monto asegurado no cubra el costo de reparación, algo que de todas manera ocurre con más frecuencia de la que se quisiera.

El también profesor universitario señala que en su caso particular, la caída de la cartera en autos es desoladora: de un promedio de siete clientes mensuales que renovaban sus pólizas para autos, este año solo dos lo han hecho. “Es lógico, pues el costo ha subido tres, cuatro o más veces”, dice.

– ¿Dulce hogar? –

En el caso de patrimoniales, la merma también se ha hecho sentir. “En el caso de las viviendas particulares, mucha gente no ha podido renovar porque ocurre lo mismo que con los autos, se triplicó el valor del inmueble y la prima aumentó tres o cuatro veces”, señala otra corredora que también prefiere el anonimato.

Aunque reconoce que los montos se han disparado y ello afecta la caja de los clientes, Marco Moreno afirma que en este ramo la intención a renovar cobertura se mantiene, aunque precisa que la inflación desmedida ha hecho que muchos propietarios ignoren el valor de sus inmuebles y contrate pólizas que subvaloran el monto asegurado.

Pastor Ascanio, por el contrario, afirma que sí ha habido una caída en este segmento por dos razones fundamentales: la falta de educación en materia de seguro y la caída del parque industrial. “Muchas empresas han cerrado y eso afecta”, señala, una opinión que concuerda con lo expresado por Conindustria, ente que asegura que hoy opera 50% de las industrias que existían 15 años atrás.

– En rojo –

Las cifras de la Sudeaseg indican que el resultado técnico bruto del sector tuvo en 2015 una caída de 21,7% al pasar de Bs 9.130 millones en 2014 a 7.144 millones en 2015.

Data más reciente revela que las cuentas han seguido empeorando. En el renglón de primas netas cobradas a marzo de 2016, aunque las cifras remiten a un alza de 266% frente a los números de 2015 (el monto pasó de 51.000 millones a 135.000 millones de bolívares), lo cierto es que el aumento es solo aparente pues en ese mismo lapso la inflación oficial superó 355%; es decir, superó con creces el crecimiento de lo cobrado.

A ello debe sumarse que mientras en marzo de 2015 se tomaba la tasa Simadi, que estaba sobre Bs 190, un año después el dólar marcador había comenzado su flotación y se ubicaba en Bs 270 por dólar.

Cabe recordar que según analistas de mercado, el patrimonio de la banca y de los seguros medido en dólares se redujo más de 70% en los últimos seis años, como consecuencia de la depreciación del bolívar y la incidencia de la inflación.

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