Consecomercio llama al empresariado a sumarse a la construcción del diálogo

El evento de la organización en el que se debatieron aportes y propuestas, concluyó con un manifiesto que invita a superar las dificultades de este año.

Advierten en el comunicado leído por la presidenta del gremio, Cipriana Ramos, que la adecuación a la modernidad competitiva global solo es posible en un ambiente político estable, en el que las condiciones para el riesgo financiero, la propiedad, la rentabilidad y la competencia se ciñan a la vigencia de una libertad económica plena, y el acatamiento de las normas legales consagradas en la Constitución.

A continuación los puntos de la declaración:

1. La dirigencia de las diferentes expresiones organizadas de la sociedad venezolana, incluyendo la empresarial, deben incorporar a la formulación de sus propuestas los lineamientos que las diferentes instituciones han venido presentando, con respecto a cuál consideran debería ser el país en el que deberían vivir las nuevas generaciones.

2. No es posible concebir un país distinto, ideal para la vida en un ambiente de progreso y de bienestar, mientras persistan las causas que provocaron un descalabro económico a comienzos de la década de los ochenta, y que por no haberse enfrentado con la decisión del caso, concluyeron generando las crisis económica, social, política, cultural y moral del presente.

3. Venezuela, aun en un ambiente de crisis en los términos expuestos, ofrece un sinfín de oportunidades para su transformación productiva y la conversión de su economía en una opción competitiva a nivel internacional. Pero antes debe acometer una estrategia de cambios fundamentados en un verdadero modelo de desarrollo integral, a partir de un aprovechamiento de sus múltiples recursos, y el acertado desarrollo de sus alternativas comparativas y competitivas con base en el máximo aprovechamiento de su talento humano.

4. El país en el que hoy quiere vivir la mayoría, no puede depender de un predominio absoluto de la errónea creencia de que el Estado, y no la iniciativa privada, es el llamado a determinar el tipo de economía, el aporte productivo del trabajador, la conducta del inversionista y la posibilidad de compra y consumo del ciudadano. Sólo el ciudadano libre en pleno ejercicio de su creatividad, de la voluntad de emprender y la inversión privada nacional e internacional, garantizan la posibilidad de generar riqueza nacional y bienestar individual y familiar.

5. La Venezuela del Siglo XXI y las opciones que existen para que alcance estadios de adecuación a la modernidad competitiva global, sólo será posible en un ambiente político estable, en el que las condiciones para el riesgo financiero, la propiedad, la rentabilidad y la competencia se ciñan a la vigencia de una libertad económica plena, y el acatamiento de las normas legales consagradas en la Constitución.

6. El actual esfuerzo emprendedor privado del país tiene que ser respetado, resguardado, estimulado y fortalecido, porque de él depende que los consumidores, aun con las limitaciones del presente, puedan seguir siendo atendidos en sus requerimientos, el empleo productivo no siga desapareciendo, mientras que las autoridades adoptan las decisiones correspondientes contra las causas de la descapitalización y de la inflación.

7. El sector formal y organizado del Comercio y los Servicios reafirma su confianza en el futuro del país, y ratifica su voluntad participativa en todos los esfuerzos dirigidos a consolidar la transformación institucional y productiva de la Nación. Su desempeño inicial lo concibe y plantea alrededor de su unión con los consumidores, como actores claves de cambio y de impulso a la producción nacional con propósitos competitivos.

8. Consecomercio y sus afiliados instan a una acción unitaria del empresariado en favor de la exigencia de la dinamización de las respuestas que la ciudadanía espera de su dirigencia, especialmente de la llamada a impedir que los resultados adversos del 2016, se repitan el año venidero. Adicionalmente, exhorta a los gremios empresariales, en atención a la necesidad y urgencia de hacer posible ese país que queremos, a sumarse a la construcción de un diálogo estructurado que haga posible la recomposición del tejido socioproductivo venezolano, con una visión compartida de país y la firme disposición a velar y exigir el respeto de los derechos humanos de toda la ciudadanía.