En 2016, América Latina y el Caribe vieron un incremento de las remesas de 6,9%, respecto a 2015, alcanzando 73.000 millones, según el informe Migración y Desarrollo difundido al margen de las reuniones semestrales del Banco y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En México, uno de los principales países receptores de remesas en el mundo, los envíos aumentaron 8,8%, y se ubicó con Guatemala y El Salvador en los países con «crecimiento robusto», según el organismo rector del desarrollo global.
Los emisores de dinero hacia la región «tomaron ventaja de un mercado laboral fuerte en Estados Unidos», donde viven unos 55 millones de personas de origen latinoamericano, así como de «beneficiosas» tasas de cambio».
Ese panorama contrasta con la caída a nivel global en las remesas a países en desarrollo por segundo año consecutivo, una tendencia no vista en tres décadas, y que se alimenta con la caída de los precios petroleros y un crecimiento débil en Europa.
El informe estima que las remesas a los países en desarrollo llegaron a 429.000 millones en 2016, un declive de 2,4% sobre 2015. De manera similar, las remesas globales, que incluyen envíos a países ricos, cayeron 1,2% a 575.000 millones.
India mantuvo su posición como el mayor receptor mundial de remesas, pero también lideró la caída con un monto de 62.000 millones de dólares, un agudo retroceso de 8,9% respecto a 2015.
«Las remesas son una importante fuente de ingreso para millones de familias en los países en desarrollo», dijo Rita Ramalho, directora interina del Grupo de Indicadores Globales del Banco en un comunicado.
«Una caída de los flujos de remesas puede tener un serio impacto en la capacidad de las familias para obtener cuidado médico, educación o una alimentación adecuada», añadió.
Pero el envío de remesas deberá recuperarse este año, acorde con las optimistas perspectivas sobre la economía mundial.
Luego de dos años de expectativas pesimistas, el FMI mejoró esta semana su previsión de crecimiento mundial en 2017 de 3,4% a 3,5% -en comparación con la anterior previsión de enero-, un paso modesto pero que cambia el tono de la perspectiva.
En ese sentido, el Banco Mundial espera que las remesas a nivel global a los países en desarrollo crezcan 3,3% a 444.000 millones de dólares.
América Latina, en cambio, debe esperar una desaceleración, con un aumento estimado en 3,3% a 75.000 millones en 2017.]]>