Apenas 8,04% de los empresarios afirma poder mantener sus puertas abiertas en un período de más de cinco años, lo que evidencia la dificultad del sector privado para continuar operaciones en medio de la actual crisis económica.
De acuerdo a la Encuesta de Actualidad Económica realizada por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), 27% de los consultados sostiene que solo pueden garantizar su operatividad en menos de un año, lo que significa que 1.018 empresas podrían cerrar en 2018.
«La industria en Venezuela trabaja en condiciones precarias. Ya se han perdido 2/3 partes del sector industrial y, de mantenerse la actual situación económica y social, lo que se prevé es que más industrias seguirán cerrando y las pocas que queden se mantendrán operando al mínimo de su capacidad», afirmó Juan Pablo Olaquiaga, presidente del gremio.
Resaltó que el sector industrial ha sido impactado por una serie de factores que van desde el cierre en la adjudicación de divisas a tasa oficial para la compra de materia prima, insumos, maquinaria y repuestos; la pérdida de trabajadores debido a la emigración, las equivocadas políticas económicas del gobierno, la ineficiente administración de los recursos públicos y la férrea fiscalización.
«Desde el cierre del Dicom, que a pesar de ser insuficiente y mal adjudicado generaba cierto alivio, no hemos tenido un régimen cambiario para acceder a las divisas, por lo que no tenemos materia prima y siguen disminuyendo los inventarios. Además de la salida abismal de personal clave de las empresas. Todo ello ha generado una paralización del sector, no se sostienen. Antes teníamos 12.700 empresas y ahora bajó a 3.800», dijo Olalquiaga.
Este actual número de industrias que aún operan en todo el país reúne a alrededor de 300 mil empleos directos, por lo que el cierre de más de 1.000 empresas en 2018 generará una significativa pérdida de puestos de trabajo.
Destacó el presidente de Conindustria que el cierre de empresas se observa en todos los sectores, entre ellos, el agroindustrial, farmacéutico, plástico, papelero, envases y fabricación de muebles.
«Si no hay cambios en la política económica del gobierno, el sector privado seguirá cerrando sus santamarías. Estamos cayendo por un barranco de forma muy precipitada, estamos viviendo un drama», apuntó.
Cuestionó la insistencia del gobierno de importar productos terminados para abastecer las cajas de comida Clap, al señalar que el mensaje del Ejecutivo «es muy claro: no le interesa la producción nacional».