En el último mes no ha habido avances sobre la iniciativa del gobierno de Nicolás Maduro de llevar a cabo un plan de refinanciamiento de la deuda externa del país. Atraso en el pago de los bonos, declaratorias de default, rebaja en la calificación de riesgo y sanciones contra funcionarios que integran el comité de reestructuración, ha rodeado desde entonces el mercado de deuda venezolana.
La frase del presidente Maduro del 3 de noviembre en cadena de radio y televisión, «quiero que me entiendan bien, Venezuela va a una renegociación soberana” de la deuda externa, quedó en el aire pues hasta la fecha no se ha concretado. Salvo el encuentro realizado el 13 del mismo mes con varios acreedores locales e internacionales realizado en el Palacio Blanco en Caracas, así como la información que circuló sobre la contratación de un experto para llevar a cabo el proceso, han sido las únicas acciones que se han ejecutado en esta materia por parte del Ejecutivo.
En el documento leído por el vicepresidente Tareck El Aissami a los pocos inversionistas extranjeros que viajaron a Venezuela para conocer de primera mano la propuesta del gobierno, solo se limitó a afirmar que Venezuela continuaría cumpliendo oportunamente con sus pagos de deuda, a pesar de las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno de Maduro.
Para muchos el objetivo de este plan era extender los plazos de pagos tanto de intereses como capital de los papeles de deuda, tras la crisis de balanza de pagos que tiene el país debido a la caída de los ingresos en divisas.
Sin embargo, tanto la República como Pdvsa dejaron de cancelar los intereses de una serie de sus bonos, lo que lleva por primera vez al país a un default masivo y con tenedores de bonos exigiendo su seguro de riesgo o CDS (Credit Default Swaps).
Consultados destacan que no ha habido más acercamientos con el gobierno para conocer finalmente cuales serán sus planes en torno a la renegociación. Tampoco se han presentado garantías que ayuden a crear confianza entre los inversionistas.
«Desde esa reunión Pdvsa y la República cayeron en default, y el gobierno no ha dicho nada a tenedores de bonos acerca de sus planes», dijo el economista Alejandro Grisanti, director de la firma Ecoanalítica.
Tenedores de bonos señalan además desconocer si el gobierno venezolano contrató a un equipo de expertos para llevar a cabo los lineamientos de la renegociación.
«Lo que sé es que no hay nada sobre la mesa. El mercado tiene mucha incertidumbre. No sabe qué se propone el gobierno (…) Hasta donde sé, no hay ningún experto tratando el tema», señaló otro de los consultados que prefirió mantener su nombre en reserva.
Consideran que el Ejecutivo venezolano busca otras alternativas para sortear los problemas que ha tenido para ejecutar pagos en el exterior y para transferir recursos debido a las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos. Por lo que muy posiblemente habría dejado de lado esta propuesta.
Esta incertidumbre y los impagos de intereses de varios títulos venezolanos que se negocian en el mercado externo han afectado el precio de la deuda, colocándose en la categoría de los «bonos basura» al mostrar cotizaciones de 22 dólares en promedio.
En comparación a inicios del año 2017 y hasta mediados de diciembre, los precios han caído 50%. Destacan el Venezuela 2018 que pasó de $44,92 a $22,25; el Venezuela 2027 que pasó de $53,31 a $24,71; así como el Pdvsa 2022 cuyo precio de inicio en enero pasado fue de $66,33 para mostrar ahora una cotización de $27,46 y el Pdvsa 2021 que pasó de $58,86 a $28,38.