De acuerdo con una fuente del sector, el segundo hombre del gobierno echó para atrás la decisión de la Sundde que, desde el 5 de enero y sin fecha de culminación, forzaba a las cadenas de supermercados y algunos establecimientos de expendio de alimentos independientes a rebajar los precios de sus productos a lo que marcaban el 15 de diciembre.
Luego de una reunión sostenida este viernes en la sede de la Vicepresidencia entre su titular, Tareck El Aissami y Willian Contreras, jefe de la también llamada Superintendencia de Precios Justos y afiliados a la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA), los comerciantes salieron con la certeza de que –por ahora– podrán vender de acuerdo a los costos de producción y con el margen de ganancia establecido en las mismas leyes.
En la semana, la Sundde había notificado a los grandes proveedores (productores e importadores) del país que debían colocar en sus empaques los precios al 15 de diciembre, así como mantener la regularidad de los despachos a los supermercados.
La comunicación se hizo de manera personal en un encuentro realizado el martes, ante la posibilidad de que las empresas suplidoras dejaran de despachar mercancía a los comercios por no poder vender los productos a precios de mediados de diciembre.
Con esta reunión la Sundde buscaba neutralizar al sector industrial e importador y forzar a los supermercados a llevar sus precios al 15 de diciembre.
Fiscales de la Sundde se presentaban a diario en distintas sucursales de las 26 grandes redes de comercialización de alimentos del país y locales independientes y aleatoriamente seleccionaban un grupo de bienes que serían rebajados durante la jornada.
No deben observarse en lo sucesivo inspectores de la Sundde ni funcionarios de la Guardia Nacional obligando a estos comercios a reducir sus precios, señala una de las fuentes, no obstante, la reposición de mercancía no será tan fácil.
Empresarios de supermercados aseguran que dado los bajos niveles de producción de la industria y de la reducción de las importaciones, reemplazar los niveles de inventarios tardará al menos un mes, en un período crítico de desabastecimiento.
Venezuela entró el año pasado en una etapa de hiperinflación, provocada principalmente por la impresión acelerada de dinero sin respaldo, y en lugar de atender la causa, el gobierno busca atacar la consecuencia.
Durante los primeros días de 2018 en varias regiones del país se han protagonizado episodios de saqueos e intentos de saqueos –acompañados de vandalismo en algunos casos– a transportes de carga, establecimientos comerciales e incluso fincas en busca de alimentos, en medio de una fuerte pérdida del poder compra de la moneda y de un aumento de los niveles de pobreza.
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