Tachirenses pasan los días a “la caza” de un establecimiento que venda carne

Para los tachirenses, las recientes medidas económicas implementadas han acelerado el deterioro de su calidad de vida.

Luego de la reconversión monetaria puesta en marcha el 20 de agosto de 2018 y del ajuste y control a productos de la cesta básica, ahora no solo están sometidos a hacer largas filas para comprar gasolina, gas doméstico o buscar dinero en efectivo. A lo anterior se le suma la implacable búsqueda de alimentos regulados, especialmente la proteína animal que desapareció en la región.

En visita realizada por El Estímulo a frigoríficos y carnicerías de San Cristóbal se evidencio que la mayoría se encuentran cerradas, mientras las que están abiertas al público tienen largas colas de clientes en puertas y productos como carne y el pollo se venden regulados.

“No se consigue carne porque todo ha subido de precio y si el Gobierno le dice a quienes venden el ganado que lo debe hacer a un precio pues prefieren no vender y cerrar las carnicerías. ¿Cómo le van a pagar ahorita a un empleado el aumento salarial si todos los costos también le han subido a él?, dijo Humberto Rojas en medio de una cola donde cumplía tres horas de pie esperando para comprar carne.

El tachirense responsabilizó de la situación al gobierno nacional y se lamentó que el país no esté produciendo los alimentos que se consumen, situación que se evidencia en los grandes mercados populares de la capital de la entidad (La Ermita y Pequeños Comerciantes), que muestran sus carnicerías cerradas.

Desde las 5:00 AM se inicia el peregrinaje de muchos, a la caza de un local donde llegue la carne para iniciar la cola y esperar bien entrada la mañana que se inicie la venta de solo cinco kilogramos de carne (variada) por persona a precio regulado de BsS 90 (BsF 9.000.000) por cada kilogramo.

Aníbal Araque, cumplía cinco horas en la cola de otro frigorífico de San Cristóbal, cuando fue abordado por el equipo periodístico de El Estímulo. El habitante de San Cristóbal cuestionó las medidas de las autoridades en relación al control de precios, pues a su juicio no fueron tomadas en cuenta las estructuras de costo de los productores.

“El Gobierno pone y pone más controles y eso no favorece a nadie. En todas partes tenemos que hacer colas y así perdemos la vida a los venezolanos. Para todo es un sacrificio y controlar los precios no soluciona nada, al final el más perjudicado y quien termina pagando los platos rotos es el pueblo”.

Algunos de los entrevistados aseguraron que han pasado hasta tres meses sin consumir proteínas animales.

“La prioridad ahorita son mis hijos. Lo que compró es para ellos, están en crecimiento y deben consumir carne o pollo. Ya tengo una semana haciendo la cacería para ver a dónde llega la carne para hacer la cola. Yo he durado hasta tres meses sin probarla”.

Los propietarios de restaurantes y comercios de comidas rápidas, también se están viendo seriamente afectados por la escasez del rubro, lo que ha llevado al cierre temporal de algunos establecimientos.

“Vengo de recorrer todas las zonas donde habitualmente compraba la carne y no hay, todo está cerrado. Con todo lo del cono monetario y del cuento de la regulación la gente está acaparando, otros especulan, hay mucha gente asustada. Los tachirenses nos sentimos frustrados porque no solo es el tema de la carne, no tenemos gasolina, no conseguimos comida (…) el gobierno nacional es el único responsable de todo esto que está pasando. Estamos en el estado más castigado de Venezuela, tal vez por estar cerca de la frontera”, dijo Natalia Barbas.

Cambiar el sistema económico del gobierno de Nicolás Maduro “que no funciona”, fueron parte de las soluciones expuestas por los tachirenses en medio de la crisis de escasez de carne y pollo que vive la región.