El déficit de los bienes y servicios se situó en 621.000 millones de dólares (+12,5%) con exportaciones récord de 2,5 billones de dólares (+6,3%) y unas importaciones también históricas de 3,121 billones de dólares (+7,5%).
Dejando a un lado el excedente en los intercambios de servicios (+270,2%), el déficit comercial sería de 891.300 millones de dólares, un récord absoluto.
En el mes de diciembre, el déficit de los bienes y servicios fue de 59.800 millones (+18,8%), superior a las previsiones de los analistas, que anticipaban en media una cifra de 57.800 millones.
Esa importante alza del déficit comercial estadounidense podría enojar a Trump, que ha convertido esa cuestión en uno de sus caballos de batalla. El mandatario republicano lanzó una guerra comercial contra los principales socios de Estados Unidos para reducir los desequilibrios en los intercambios.
En 2018, su administración impuso, en seis tandas sucesivas, aranceles adicionales de entre el 10 y el 50% a importaciones valoradas en 283.000 millones de dólares.
En respuesta a esa medida, los socios comerciales de Estados Unidos, sobre todo China, aplicaron aranceles del 16% de media a exportaciones estadounidenses por un valor de 121.000 millones de dólares.
Esa guerra comercial tuvo repercusiones para la economía china, que cayó en 2018 a su nivel más bajo en 28 años. El crecimiento de la economía mundial fue, por su parte, más bajo de lo esperado.
A pesar de sus medidas, la Casa Blanca debe lidiar con el apetito insaciable de la población por los bienes de consumo de bajo costo, procedentes del extranjero.