Los países petroleros como Venezuela son muy dependientes del exterior y tienen mucho que perder con estas sacudidas de los precios.
Seis son las piezas más importantes en este gran juego y cada uno tiene su peso: El suministro desde los países que pertenecen a la Opep y los grandes productores fuera del Grupo; la demanda desde dentro y fuera de los países más industrializados, el balance de los inventarios, los precios al contado y los mercados financieros.
La Agencia de Información de Energía de Estados Unidos, que depende del gobierno de ese país, vigila constantemente esas variables, pues ese es el principal consumidor, importador y uno de los tres grandes productores de hidrocarburos del mundo. La dependencia oficial desglosa esos factores:
Por el lado del suministro cuenta la fuerza de los países productores que no pertenecen a la OPEP, llamados “No Opep”, y la de los países de la OPEP, el grupo de 12 productores y exportadores de petróleo al cual pertenece Venezuela.
Por el lado de la demanda está un grupo de países desarrollados (con algunos invitados como México) que son los principales consumidores mundiales de energía. Entre ellos están las grandes economías de Europa y que integran la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Además están otros grandes consumidores que no pertenecen a ese club sifrino, pero tiene un peso económico creciente y son grandes consumidores de energía, como China e India.
En el medio del tablero hay tres factores fundamentales: el balance de los inventarios, los precios en los mercados “spot”, o de contado, y los propios mercados financieros especulativos.
En la situación actual, donde los precios andan en una de las mayores bajadas históricas para un trimestre (han perdido sobre 20% en comparación con junio pasado), todos estos factores se están moviendo mucho. Atraen la atención de especialistas que creen que el movimiento de los precios obedece a razones mucho más profundas que una simple teoría de la conspiración de Estados Unidos contra Rusia.
Hay fundamentos físicos que explican los movimientos de precios, entre ellos los niveles de consumo de energía, la producción, los inventarios guardados por los consumidores, la capacidad adicional de producción y los riesgos geopolíticos que afectan la producción, el transporte y el control de yacimientos.
Los suministros desde los No- OPEP: Viene de países que responden por el 60% de la producción mundial, entre ellos Estados Unidos, Canadá y México, Rusia, Noruega, Reino Unido y Holanda. Entre 2005 y 2008 estos países aumentaron muy poco se producción, lo que ayudó a esa fase precios altos que ahora termina. Pero desde 2009 han venido aumentando y solamente en el tercer trimestre de este 2014 su producción creció 2,3 millones de barriles por día.
La AIE “espera un fuerte crecimiento en la producción No Opep en 2014 y 2015”, señaló en un reciente informe.
Stratfor, una firma de análisis de información estratégica señala que el mercado está sobre abastecido. Libia ha elevado su producción hasta 700.000 bpd desde junio, después de haber pasado la primera mitad del año produciendo sólo 200.000 bpd.
Estados Unidos ha sumado otros 300.000 bpd, al igual que Irak, mientras Rusia, Angola y Nigeria también han puesto más energía en el mercado. Para 2015 se calcula que Norte América sume otro millón y medio de barriles a su producción, señala Stratfor.
Estos productores toman sus decisiones sin una coordinación central. Sus compañías petroleras son internacionales, pertenecen a inversionistas privados, sus acciones se negocian en bolsas de valores más importantes. Sus operaciones y resultados se deben a estos accionistas, por lo que están mejor preparadas para responder rápidamente a las condiciones de oferta y demanda.
“Productores en países No Opep generalmente responden a los precios del mercado, en vez de tratar de influir estos precios manejando su producción. Por eso tienen a producir al máximo de su capacidad y con muy poca capacidad adicional”, señala la AIE.
Estos productores operan en áreas de altos costos, en aguas profundas en alta mar, o en yacimientos no convencionales, como las arenas bituminosas de Canadá o las piedras lutitas, de Estados Unidos. Sus inversiones en tecnología son enormes, pero con el tiempo terminan bajando esos costos. En compensación enfrentan menos conflictos geopolíticos que los países Opep.
Pero es cierto que son muy vulnerables a fuertes declives de precios, pues están en desventaja para competir con productores Opep que tienen muy bajos costos de producción por barril, en sus yacimientos convencionales.
En cambio, la OPEP opera desde hace algunos años con un sistema de techo de producción y cuotas asignadas a cada uno de sus socios. Su papel es determinante para los precios del mercado, pues aunque produce sólo el 40% del petróleo que consume el mundo, cada día responde por 60 de cada 100 barriles que llegan a los mercados mundiales.
Arabia Saudí es su miembro más influyente, como principal exportador mundial de crudo y el único con una gran capacidad adicional de producción de unos 2,0 millones de barriles. Esa capacidad indica que está en condiciones de abrir sus llaves para poner en 30 días más crudo en los mercados y mantener ese suministro por al menos 90 días.
Para 2015 se prevé que los socios sumen una capacidad adicional de 3,0 millones de bpd para abrir el chorro de petróleo en caso de que sea necesario.
Últimamente el reino ha dado pocas señales de estar dispuesto a cortar su producción, por el contrario está ofreciendo descuentos de precios a sus clientes en Asia, según reportes de mercados. El comportamiento de los precios depende no solo del actual suministro y de la demanda sino también de los números que se proyecten para el futuro.
Las estrategias conjuntas de la OPEP suelen responder a esas condiciones del mercado, por lo que el mundo financiero sigue muy atento sus reuniones extraordinarias y ordinarias, como la del 27 de noviembre. Venezuela quiere convocar una cuanto antes para evaluar un recorte de producción (hoy el techo de producción es de 30 millones de bpd.
“Los precios petroleros no regresarán a niveles por encima de $100 el barril en el futuro cercano y eso poco tendrá que ver con las acciones de la Opep”, señala Stratfor sobre las dificultades del grupo para coordinar un recorte de la producción suficiente para revertir la tendencia actual.
Por el lado de la demanda, los países que no pertenecen al club ODCE, como China, India y la propia Arabia Saudí, fueron los que más aumentaron el consumo en los últimos años, un 40% entre 2000 y 2010, al paso que sus economías crecían con extraordinaria fuerza.
Este año ellos han crecido con menos velocidad, lo que ha ayudado a bajar los precios. Se prevé que en este grupo de países responderá por casi todo el aumento de la demanda de energía en los próximos 25 años.
Mientras, los la OCDE respondían por el 53% del consumo mundial de energía. Pero en los últimos años han logrado bajar o mantener estable su demanda. En las últimas semanas el Fondo Monetario Internacional adelantó que esos países crecerán menos en 2014 y en 2015, por lo que necesitarán usar menos combustibles.
Otro factor clave son los inventarios, que actúan como un balance entre la oferta y la demanda, pues cuando la producción está muy por encima del consumo, el crudo y productos suelen ser guardados para sacarlos al mercado cuando haga falta. En la actualidad estos inventarios en Estados Unidos están en 370 millones de barriles, su nivel más alto en seis meses. El anuncio de que subieron 8,9 millones de barriles la semana pasada ayudó a bajar más los precios.
Venezuela vende su petróleo a través de contratos directos con sus clientes, y no está en el mercado spot, pero igual el país es afectado por las tendencias en esta plaza donde cada día se intercambian millones de barriles, tanto físicos como en contratos futuros. Los factores que alimentan la especulación acerca de la seguridad de los suministros son determinantes para los precios de cada día. Esos mercados se anotaron en la tendencia bajista y sus agentes esperan que los precios estén más bajos en el futuro, lo que disparó olas de ventas.
Allí se negocian los barriles tomando como referencia dos crudos marcadores livianos, mucho más caros que el venezolano. Son el Brent del Mar del Norte y el WTI, liviano de Texas. Sus cotizaciones son las más afectadas por eventos y noticias políticas económicas, que pueden ir desde el estallido de una guerra, hasta ataques contra oleoductos y golpes de estado en países productores.
Por ejemplos, la campaña terrorista del “Estado Islámico” insurgentes que quieren fundar un gobierno fundamentalista entre Irak y Siria no dispararon los precios de los hidrocarburos, al contrario de lo ocurrido en el pasado con otros episodios de violencia.
En los mercados financieros se negocian cada día barriles y contratos para entregas a futuro. El volumen transado en forma de papeles multiplica la cantidad real de petróleo producido. En las bolsas de Nueva York y la de Londres operan bancos y fondos de inversión, casas de bolsas, operadores financieros y capitales de riesgo. Aquí se apuesta a el valor de esos contratos subirá o bajará en relación con el precio actual del barril y con las expectativas de precios futuros. La tendencia actual es negativa con las mayores caídas de precios en dos años.
La principal y más importante consecuencia de los bajos precios es su efecto por venir en el forcejeo entre Rusia y Occidente”, señala Stratfor sobre el papel del petróleo y el gas en la economía de Rusia y en sus exportaciones. El país de Vladimir Putin ha basado su presupuesto en un precio promedio de $117 por barril para casi todo el año, menos el último trimestre, cuando estimaba $90.
Para 2015 ha calculado sus cuentas en $100. Aunque tiene reservas financieras para enfrentar la bajada, sus dirigentes económicos prevén que la caída reducirá en dos puntos porcentuales el crecimiento de su economía.
Venezuela está en una difícil posición financiera, necesita precios por barril tal vez tan altos como $110 para cumplir con sus gastos tanto dentro como fuera del presupuesto oficial” señala Stratfor.
Bajas sostenidas de los precios podría golpear severamente la habilidad del gobierno venezolano para financiar sus importaciones, lo que podría forzar al gobierno a vender algunos activos en el extranjero, como Citgo y oro de las reservas internacionales del Banco Central u ofrecer ventajas más a tractivas a China por sus préstamos a cambio de petróleo. También podría verse obligado el país a reconsiderar sus programas de apoyo energético a sus aliados ideológicos, como Cuba, señala Stratfor.
FUENTES: AIE, Agencias de Noticias, Stratfor]]>