Industria

Esquema de venta en dólares solo servirá para motos de alta cilindrada

La industria prevé producir unas 60.000 unidades este año, de las cuales 24.000 irían al mercado de exportación de acuerdo con el plan de recuperación presentado por el gobierno.

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@jahurtado15

Al igual que para las ensambladoras de automóviles, los productores de motocicletas ven el plan de recuperación del sector automotor presentado por el gobierno como un mal necesario, toda vez que de momento representa la única alternativa viable para recuperar la operatividad de una industria que el año pasado apenas logró ensamblar 31.500 unidades.

“Vemos con beneplácito el plan porque nos permitirá dar inicio a las operaciones de nuestras plantas y mantener los puestos de trabajo, que es uno de los aspectos que más nos preocupan”, afirma Xiomara Hoyos, presidenta de la Asociación Industriales, Fabricantes y Ensambladoras de Motociclos (Aifem), quien afirma que las previsiones del sector para este año se centran en la producción de una 60.000 unidades.

Los productores de motos firmaron el pasado 17 de marzo un acuerdo similar al suscrito por las automotrices, según el cual los fabricantes deberán en lo sucesivo sufragar la compra de material de ensamblaje con dólares propios, una inversión que podrán recuperar con la venta de las motos.

Hoyos aclaró que este mecanismo servirá para las unidades de alta cilindrada, y recordó que el plan prevé que cada marca produzca una moto “productiva” que se comercializará en bolívares y con facilidades de financiamiento.

Al respecto, Yamaha es la primera marca en anunciar la producción de un modelo con estas características, que será vendido en Bs 260.000, según informó Pánfilo de Chellis, presidente de la empresa mixta inaugurada en 2015 y en la que el gobierno tiene la mayoría accionaria.

El plan también prevé que la industria podrá exportar 40% de su producción, lo que representaría una segunda fuente de recursos para mantener sus operaciones. Ello se traduce en unas 24.000 unidades con base en las estimaciones de Aifem.

– Amanecerá y veremos –

Pese a reconocer que el plan permitirá mantener a flote un sector prácticamente en quiebra, voceros del sector señalaron lo que es evidente: que la estrategia gubernamental tendrá resultados muy pobres.

“Muy pocos podrán pagar una moto en dólares. Eso quedará para un grupo muy pequeño”, comenta una fuente cercana a la industria que pidió el anonimato, quien añadió que varias empresas no cuentan con modelos de alta cilindrada en su portafolio porque su target fue siempre la moto de trabajo, un segmento que representa más de 60% de las ventas.

Las fuentes señalan que la moto “productiva” no tendrá el impacto esperado, pues su precio representa una inversión muy grande para la mayoría de los potenciales compradores.

En efecto, pese a que el precio de salida de Bs 260.000 (tomando como base el monto anunciado por Yamaha) es mucho menor al costo de una moto en el mercado secundario -donde se comercializan hasta por Bs 500.000- el monto representa un incremento de más de 1.000% frente a los precios vigentes hasta principios de 2014, fecha a partir de la cual fue prácticamente imposible comprar un vehículo de dos ruedas sin sobreprecio.

Lo que sí es bien visto por el sector es la posibilidad de exportar pues ello daría un respiro a la industria. No obstante, el problema del financiamiento representa un obstáculo difícil de sortear, en buena medida por la menguada musculatura de las empresas luego de dos años sin recibir divisas oficiales.

No menos importante es el tema de la deuda que por más de 800 millones de dólares mantiene el sector con sus proveedores internacionales, quienes exigen el pago para reanudar el despacho de material productivo.

Sin embargo, el gobierno espera que este mercado sea el verdadero motor de la industria pues, según cálculos del Ejecutivo, Venezuela alcanzará en tres años a exportar más de dos millones de motos, cantidad que supera con creces la producción total de Brasil, el mayor fabricante de las Américas.

De hecho, las cifras presentadas por el vicepresidente Miguel Pérez Abad no cuadran por ningún lado, pues mientras asegura que el sector tiene una capacidad instalada de 5,072 millones de unidades al año, voceros del área reconocen como válida la cifra de 1,5 millones de unidades.

Con base en esas cifras, Pérez Abad estima que en un plazo de cinco años la industria estaría produciendo 10 millones de motos, número que quintuplica la capacidad instalada de la industria brasileña.

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