Vendedores ambulantes a lo largo del camino al concierto, ofrecían camisas con el rostro de Juan Guaidó y gorras con el rostro de Nicolás Maduro con la señal de prohibido. También artículos alusivos a Venezuela y al concierto.
Desde José Luis Rodríguez “El Puma” hasta Juanes pidieron por el ingreso de estos insumos que ya van por más de 600 toneladas.
Al iniciar formalmente el evento, los asistentes se calmaron tras amenazar con saltar las bardas ante la distancia que había con la tarima y que hacía difícil la visual de los artistas.
El Puma, un icono musical para muchas generaciones venezolanas, fue el primero en subir a tarima e hizo palpable el paso del tiempo pues necesitaba ayuda para movilizarse. Pidió a militares no disparar al pueblo
“La muerte no podía llevarme sin ver a mi Venezuela libre. Basta ya de dictadura”, dijo el cantante quien sobrevivió a dos trasplantes de pulmón en 2018. Agradeció a Juan Guaidó, a la Asamblea Nacional y a los políticos de oposición mientras el público gritaba “¡libertad!”.
La música llanera venezolana tuvo su representación en la voz de Reynaldo Armas y el cuatro de Jorge Glem, de C4 Trío.
El cantante estadounidense de origen cubano, Jencarlos Canela recordó a la actriz Mónica Spears quien fue asesinada en una carretera de Venezuela en 2014.
“Tres años fuera y por primera vez estoy tan cerca de Venezuela”, reveló el cantante urbano, Danny Ocean quien dedicó sus temas “a todos aquellos que dejamos atrás”.
La música y el espectáculo dejaron claro que no hay fronteras para ellos. En su mayoría, los presentadores eran venezolanos y todos fueron ovacionados por la multitud.
El evento también sirvió para el reencuentro de Erika De La Vega con Luis Chataing y de Nelson Bustamante con Camilla Canabal.
Los comediantes George Harris y Marko Música también fueron aplaudidos así como la presentadora Patricia Zavala.
Los artistas, que se presentaban en tarimas móviles, tuvieron que lidiar con los problemas de audio que generaron malestar en más de uno. El que más sufrió fue Chyno y Dj Alessio. Maná regañó al equipo técnico y giraba instrucciones antes de iniciar su corta presentación.
Aunque hubo detalles (des) organizativos, el evento salió adelante. Incluso, se enlazaron con la llegada del presidente chileno, Sebastian Piñera y transmitieron sus declaraciones.
El ya popular “Maduro challange” no faltó. Varios artistas lo hicieron y el resultado fue estruendoso.
Los mensajes también tuvieron sus matices. Desde unos muy espirituales como los que enviaron Reik, Ricardo Montaner, Diego Torres hasta unos muy fuertes como el de Miguel Bosé, quien afónico sentenció: “Maduro, vete ya”. Otros muy tajantes como el de Maná que no sólo se dirigieron a Venezuela sino a otros artistas: «Maná no necesita que otros alcen su voz por nosotros. Tenemos nuestra propia voz”, dijo su vocalista, Fer.
Unos que arrancaron lágrimas hasta a la policía y al pueblo colombiano como el del influencer mexicano Daniel Habib quien terminó arrodillado y en llanto.
Algunos, fueron mensajes con tonos personales como el de la influencer venezolana Lele Pons quien en compañía de su padre, relató que se fue del país a los cinco años de edad.
Varios artistas dejaron claro que el concierto era un asunto humanitario y sin tintes políticos.
María Corina Machado y Lilian Tintori fueron recordadas por el cantante Jorge Villamizar quien reveló que la canción “Caraluna” la compuso pasando por Doña Caraotica, un lugar emblemático en Caracas.
Maluma y Silvestre Dangond desataron gritos, juntos y por separado. Maluma agradeció a todos los venezolanos, en especial a todos los que compusieron uno de sus temas más populares, “Felices los cuatro”.
Bosé fue, sin duda, el más polémico.
“Es el día más importante de mi vida. Vengo peleando desde hace 20 años (contra Hugo Chávez) y hace 11 años me presenté en un concierto por Venezuela”, fueron sus palabras.
Otro de sus mensajes que retumbó fue el que dirigió a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet: “mueva sus nalgas de una puñetera vez” para luego cerrar con: “Venezuela estoy a tus pies. Siempre. Chao”.
Las intervenciones se limitaron a un máximo de tres canciones por artistas. Muchos cantaron una o dos pero sin duda, la más rápida fue la de Juan Luis Guerra.
Carlos Vives y Santiago Cruz cantaron desplegando la bandera venezolana mientras que, Carlos Baute dejó claro: “quizás, esta lucha no se acaba mañana pero el mundo ha demostrado su solidaridad”.
Dos de los momentos que el público más espero fueron las presentaciones de Ricardo Montaner y la de Nacho, quien llegó en compañía de sus hijos.
Pero además, la gente quedó en silencio y acto seguido, estremecieron el lugar cuando Nacho invitó a quien fue su compañero de años, Chyno, a cantar juntos para dar una muestra de unión y de perdón.
El español Alejandro Sanz salió con una gorra tricolor y definiendo su relación con Venezuela como “cuando te enamoras de alguien y no sabes por qué”. Preámbulo para cantar “Corazón partido”.
Juanes, otro esperado del día, también tuvo una presentación accidentada. Justo cuando le tocaba cantar, irrumpió el Presidente Interino de Venezuela, Reconocido así por más de 60 países, Juan Guaidó en compañía de los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay así como del Secretario de la OEA, Luis Almagro.
Esto desató la histeria en el público y es que, sobre Guaidó pesa una prohibición de salida del país por parte del Tribunal Supremo de Justicia.
“Valiente”, gritaba el público que le pedía fotos y trataban de tocarlo. Detrás de él, a modo de guardaespaldas, los tres presidentes.
Una vez que pasaron hacia detrás de la tarima, unas personas del público comenzaron a discutir, razón que llevó al cantante a interrumpir su presentación en dos oportunidades y propinar sendos regaños a quienes discutían.
La famosa “Imagine” de John Lennon, fue la canción elegida por el empresario y organizador del concierto, Richard Branson, para cerrar el concierto. Branson no solo hizo mención a los niños y ancianos que mueren por falta de medicamentos y alimentos en Venezuela. También habló de Leopoldo López, preso político.
Durante el concierto, Branson aprovechó además para llegar hasta la Cadena que marca el fin de Colombia y el inicio de Venezuela.
Muchos artistas abandonaron el país inmediatamente al terminar de cantar. Varios aviones sobrevolaron la tarima, incluso.
La meta era recaudar 100 millones de dólares a través de donaciones. Aún se desconoce la cifra alcanzada pero sí otros datos como que había en el lugar más de 1.300 periodistas acreditados por la misma cantidad de medios; 400 toneladas de sonido con potencia de 5000 vatios y 600 toneladas de estructura. Más de 800 voluntarios y 1.800 efectivos de seguridad y Protección Civil quienes, por cierto, debieron hacer un arduo trabajo ya que fue impresionante la cantidad de personas desmayadas debido al fuerte sol y a pesar que la organización trató de repartir hidratación.
Las historias
Peregrinación. Así llegaron muchos asistentes al Puente Tienditas. Desde las 4:00am hacían filas para tener «los mejores puestos».
Laura Mancilla, vino desde Lara. Describe el viaje como «largo». Es bionalista. Aprovechó su estadía en Cúcuta para comprar medicinas y comida ya que no se encuentran en Venezuela.
Laura confesó que le duele tener que ir a un concierto en apoyo a su país “por esto”, refiriéndose a la ayuda humanitaria.
“Me duele que el motivo de esto sea porque mueren niños en mi país, por hambre. Yo tuve que dejar mi trabajo en un laboratorio porque no hay cómo trabajar. No hay reactivos, no hay materiales. No hay ni teléfono porque Cantv nunca fue a reportar una falla. ¿Cómo trabajas así?”, se pregunta.
Su intención es participar como voluntaria este 23 de febrero y “ver qué pasa”.
Stefania Borges, es cucuteña. Rompió en llanto durante la intervención de Daniel Habif. “Me duele que mis hermanos colombianos estén pasando por esto. No es justo. Yo he visto cómo cruzan, cómo pasan trabajo, cómo duermen en plazas. No es justo”, insiste mientras se seca las lágrimas.
Luis y Gilberto Rojas son hermanos. Son de Mérida y emprendieron camino hacia Colombia desde el miércoles. No solo querían venir al concierto sino colaborar como voluntarios para que la ayuda humanitaria ingrese.
“Nuestra abuela murió hace un año. Tenía cáncer y no pudimos conseguir todas las quimios ni los otros medicamentos. Tuvimos que hacer otras cosas -Luis es asistente de cocina y Gilberto, electricista- como vender lotería y hasta pedir en autobuses pero aún así, no nos alcanzaba el dinero”. Parte del trayecto a Cúcuta fue caminando y pidiendo cola.
Dicen estar esperanzados en que habrá un cambio en Venezuela. “Esto es de vida o muerte”, dicen ambos jóvenes ataviados con la bandera de Venezuela.
Desde la tarima, se observaban los contenedores dispuestos, y soldados, por el gobierno de Nicolás Maduro para impedir el paso en un puente que nunca ha sido usado pero que ha acaparado la atención mundial.