Espectáculos

Ex Machina o nunca te fíes de una mujer

Hay temas que han sido tan tratados en el cine y la literatura que su valor no radica en la originalidad sino en el enfoque del guionista. Igual de importante es el estilo del director para narrar esa historia conocida. De una buena combinación entre ambos depende que el espectador no se sienta estafado. Ex Machina, filme de ciencia ficción que llega a las salas venezolanas, recorre ese peligroso camino entre los lugares comunes y la elegancia visual, que confunde al espectador.

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¿Puede una inteligencia artificial generar una conciencia propia? La pregunta no es novedosa. Ya en 1818 Mary Shelley nos mostraba como Frankestein generaba el caos al advertir su soledad. El escritor Isaac Asimov disertaba sobre la conciencia social en I Robot (1950). Sí, el mismo título que protagonizó en 2004 Will Smith, dirigido por Alex Proyas. Seis años antes, un relato del ruso que borda la discusión llegó a la gran pantalla, protagonizado por Robin Williams: El Hombre Bicentenario. Y así podemos seguir, recordando visiones apocalípticas, como Terminator o The Matrix hasta llegar al clásico del que todos beben: Blade Runner (1982).

Advertidos entonces del historial, ¿qué nexos con el pasado tenemos en Ex Machina?

1- A un Dr. Víctor Frankestein (interpretado por Oscar Isaac).

2- A un Frankestein (brillante la actuación de Alicia Vikander, lo mejor del filme).

3- Y a un Príncipe Azul (muy bien interpretado por Domhall Gleeson).

Estos tres personajes son la película, aunque también hay una asiática que está muy buenona y vale la pena recordar su nombre: Sonoya Mizuno. El quid del asunto se reduce a que Oscar crea una inteligencia artificial, de sexo femenino que hasta puede follar (y esto no es un detalle mínimo). El señorito Caleb, tras un concurso, es el escogido para probar la humanización del objeto creado. Como es de esperarse, este triángulo estará en constante tensión desde el inicio del experimento.

Si Ex Machina no fracasa es por su elegante propuesta visual. Se trata de un filme de 11 millones de dólares, que nos puede parecer mucho dinero a los que consultamos dolar Today, pero que en Hollywood es el 0,1% de lo que se gasta en mercadeo. Los efectos especiales no son la película, por el contrario, enriquecen el relato. La claustrofobia a la que somos invitados, en un escenario muy típico de las películas de terror o kubrickiano (quien por cierto no pudo terminar su obra Inteligencia Artificial), suma todo lo bueno de esta película.

Lo anterior se lo debemos a Alex Garland, un joven de 35 años que debuta tras las cámaras luego de escribir interesantes guiones para Danny Boyle, como 28 Días Después o La Playa. No obstante, es el propio el guión el punto débil de Ex Machina. Porque si bien el Tour de Force es la herramienta del escritor para sorprendernos en una historia conocida, es obligatorio ser verosímil a la hora de desatar esos nudos gordianos. Y, lamentablemente, no estamos ante tal caso.

El espabilado en la butaca se dará cuenta, por ejemplo, de la ramplona solución para que determinado personaje consiga determinada información, algo no acorde al carácter maniático y obsesivo de Oscar. Después, hay un sexto sentido que el fanático al terror desarrolla para advertir lo que viene. Y es allí donde se concentra lo bueno y lo malo de Ex Machina: con un poquito de formación en el género, ya sabemos lo que sucederá a mitad de filme.

Sin embargo, hay un cierre que nos remite a Saw (la original y mejor entrega de esta marca de terror), que funciona. Aún cuando también está muy apurado y no es acorde al ritmo pausado que Garland nos ha regalado. Muchos se han adelantado para decir que se trata de una película de culto. Para quien escribe se trata de una obra con muy buenas intenciones que obliga a pensar sobre la evolución de lo intangible en lo creado, como ya hiciera – y este sí de manera brillante- Spike Jonze en la maravillosa Her.

PD: Me pregunto por qué no se buscó un ángulo menos convencional. Que fuera un robot masculino el que intentara enamorar a una mujer con muy poca experiencia sexual. O incluso explorar una relación homosexual: hombre-hombre o mujer-mujer. Creo que allí el final habría sido más impactante.

https://www.youtube.com/watch?v=SEVapVSI2ZQ

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